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José Luis Corral, historiador: José Luis Corral, historiador:
Corral, en el Teatro Municipal de Alcañiz donde impartió una conferencia previa a la recreación de La Concordia

José Luis Corral, historiador: "En España no tenemos líderes desde hace tiempo, quizá porque los españoles se acostumbran a lo fácil"

El experto es muy crítico con los dirigentes políticos por "tensionar" y presentar "una sociedad en blanco y negro"
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José Luis Corral es catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Zaragoza. Con motivo de la conmemoración de La Concordia de 1412 ofreció una conferencia en el Teatro Municipal sobre el parlamentarismo en Aragón y su origen.

-¿Mirando al pasado podemos comprender o afrontar mejor el presente y el futuro?
-Siempre he dicho que la Historia no es una materia del pasado, sino del presente y del futuro, y tenemos que aprender de nuestro pasado. Los aragoneses tenemos una suerte extraordinaria con nuestra Historia, porque en la Edad Media surgió, no el parlamentarismo en el sentido moderno que conocemos, pero en los años del Interregno, que van de 1410 a 1412, surgió la idea, especialmente en Alcañiz, Calatayud  y Caspe, de que los problemas se podían arreglar hablando, parlamentando. Que se reunieran nuncios, representantes de tres estados (hablando en sentido moderno) diferentes como Aragón, Valencia y Cataluña para ponerse de acuerdo en la necesidad de tener un mismo rey es extraordinario, y nunca había pasado hasta el siglo XV. Hasta entonces, los problemas sucesorios se dirimían siempre mediante la guerra, pero con la muerte de Martín I se usó la palabra.

-¿Un ejemplo para los políticos de nuestro país?
-Es un ejemplo para los políticos actuales, que están tensionando demasiado la situación política y nos presentan una sociedad en blanco o negro. La Concordia de Alcañiz y el Compromiso de Caspe nos demuestran que hay matices en gris y en colores, y esa es una enseñanza extraordinaria que los políticos deberían aprender, porque los políticos actuales no saben Historia, no leen Historia, ignoran el pasado y cometen unos errores absolutamente monumentales.

-¿Será porque la Historia que han aprendido está escrita desde un punto de vista demasiado centralista?
-Se habla mucho de la manipulación que se hace de la Historia desde Cataluña, especialmente en los últimos años, pero claro, desde Castilla, desde el centralismo castellano, la manipulación ha sido brutal y se ha reducido la Historia de España a la de Castilla. Hasta incluso hoy tenemos un Jefe del Estado al que apellidamos con el ordinal VI, cuando en Aragón no hubo ni siquiera un Felipe I. Ese es un error histórico que habría que haber corregido. Si se quiere seguir la tradición, que se siga la de todos los territorios que conforman la Monarquía hispánica. Y lo mismo ocurre con las lenguas, con las leyes. Así que esa idea de pactar y parlamentar tan común en Aragón, no tanto en Castilla, habría que recuperarla, aunque para eso los políticos tendrían que dedicar algo más de tiempo a leer Historia, a aprenderla y a saber que con la Historia, que es maestra de vida, pueden aprender muchas cosas.

El pasado

-¿Es demasiado habitual que se tergiverse el pasado?
-Está pasando, no solo con la Historia sino con las Humanidades en general. En el Bachiller, en Primaria ya no digo nada, y en Secundaria desde hace unos 15 años, ha habido unos recortes tremendos. Va a desaparecer, si no lo ha hecho ya, la Filosofía, también la Literatura, la Historia de la Literatura, la Historia... La Historia del Arte está quedando reducida al mundo de los guías de arte y poco más, a una especie de turismo muy ligero sin profundidad en el pensamiento, una deriva muy peligrosa donde todo es muy rápido, no hay tiempo para la reflexión, y no se permite que la gente tenga una mentalidad crítica. Actualmente utilizamos unos dispositivos móviles que son muy eficaces si se utilizan bien, pero no nos dejan pensar. Le damos a una tecla o a un botón, tocamos una pantalla táctil y seguimos hacia adelante, nos llevan de la mano a donde otros quieren y no hay posibilidad, alternativa. Eso es lo que se pretende, y sin Historia, sin Filosofía, sin Literatura ni Humanidades vamos hacia una sociedad imperfecta y peligrosa, porque estamos abocados a unas minorías, que son las que controlan todo ésto.

-¿Quiénes son?
-Los de siempre, la minoría que ha dominado el mundo desde que prácticamente se asentaron los primeros pobladores del Neolítico y se instituyó la propiedad privada de los medios de producción. Esos, que en su día fueron los amos, después los señores feudales, los grandes capitalistas... que han controlado el sistema productivo, que han intentado controlar las mentalidades mediante distintos mecanismos; la religión, mediante una ética determinada, anulando la conciencia crítica, acabando con las disidencias... Incluso en nuestro país es muy difícil salirse de un determinado circuito si no estás con tres o cuatro planteamientos políticos que después se reducen a dos. Esos, los propietarios de los grandes sistemas de producción económica, siguen ahí, y tienen nombre y apellidos.

-Hoy, leyendo una parte de la prensa española, parece que pactar para gobernar es casi un delito, cuando parlamentos como el de Aragón son tan diversos que necesariamente ha de llegarse al pacto para gobernar la Comunidad.
-Es algo asombroso. Madrid tiene tres millones de habitantes, una población que representa el 6-7% de la población española, pero genera el 80% de las noticias en los telediarios. Aunque ahí esté el Gobierno, eso no puede ser. Se trata de un centralismo madrileño que se debería evitar equilibrando más el territorio. En Madrid hay una prensa que está monopolizando toda la información y que no responde a la realidad del país, y lo que esos medios de comunicación nos ofrecen no es la realidad. Cuando los reporteros de Madrid salen de la capital parece que se desplacen a otro planeta. Y todo eso es muy peligroso, porque está generando un estado de opinión que no responde a la realidad ni al espíritu pactista que ha habido en Aragón desde el siglo XIII.

-¿Pero realmente fueron tan pactistas las cortes aragonesas medievales?
-Las Cortes de Aragón eran las únicas de toda Europa que tenían cuatro brazos (dos de ellos pertenecientes a la nobleza) y había algo más de espacio para el debate. Baste con seguir las actas de las Cortes, y allí se observa cómo la gente de las aldeas y de las comunidades acudía con sus reivindicaciones. Y todo eso no ocurría en Castilla. Recordemos que en 1348 a Alfonso IX le intentan imponer las Cortes castellanas una especie de trayectoria jurídica y su respuesta es que es él el que habla por Castilla, algo que no ocurrió con ningún rey aragonés, que juraba los usos y costumbres de todos y cada uno de sus territorios. Eso en Castilla no pasaba.

Los Borbones

-Los juraron hasta que llegó Felipe V y la dinastía de los Borbones.
-El parlamentarismo aragonés empezó ya a perder fuerza con la dinastía de los Austrias. Fernando El Católico es un rey muy querido y citado en Aragón, pero fue bastante antiaragonés. Apenas vivió aquí un año. El resto estuvo en Castilla y otros territorios. Era un castellano, como su padre y su madre. Los Trastámara tenían todas sus propiedades e intereses en Castilla. Con él, Aragón quedó convertido en un traspaís, y ese parlamentarismo fue decayendo hasta los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, que acabaron con la autonomía aragonesa y sus Fueros. Quedó algún resquicio en el derecho privado, pero muy residual.

-¿Podría concluirse, entonces, que la muerte de Martín El Humano de Aragón marca el declive de la autonomía aragonesa?
-Efectivamente, con la llegada de los Trastámara Aragón es un reino más, y no digamos cuando se produce la unión de los Reyes Católicos. A partir de ese momento Aragón se convierte en un territorio de segunda fila.

-Volviendo al Interregno, ¿qué contexto y qué circunstancias se tuvieron que dar en Aragón para que, por primera vez, se intentara resolver la sucesión al trono sin recurrir a la guerra?
-No se ponen de acuerdo los historiadores. En mi opinión, esto ocurrió porque Aragón había vivido momentos muy convulsos, sobre todo a partir de la guerra de los dos Pedros, que dejó al territorio destrozado en su mitad occidental, en la zona más próxima a la Corona de Castilla, con ocupaciones de los castellanos, cesiones... Para no caer en otra guerra o debido a las pestes que asolaron el territorio hubo gente con sentido común que decidió ponerse de acuerdo. A veces ocurren cosas así y ésto ocurrió. Aparte de lo anterior, a veces aparecen personas que son capaces, no de cambiar la Historia por sí mismos, pero sí de arrastrar a muchas personas. Ocurre con grandes profetas como Jesucristo, Mahoma o Buda, y con grandes líderes políticos, que hoy no tenemos. En Aragón tuvimos la suerte de contar con un personaje, Berenguer de Bardají, que era el Letrado Mayor de las Cortes de Aragón y un extraordinario abogado. Él fue quien supo preparar un discurso jurídico-político para convencer a los compromisarios para poner en marcha ese pacto. Él conocía la Historia de Aragón y sabía que mediante el parlamento, el acuerdo y el debate se podía evitar la guerra civil que amenazaba la Corona de Aragón. De hecho, había habido algunas actuaciones violentas como las que protagonizó Jaime de Urgell, que estaba dando problemas desde hacía algún tiempo. Sin embargo, Berenguer de Bardají supo tejer unos argumentos jurídicos extraordinarios. Aparte de lo anterior, está el compromiso de aragoneses, catalanes y valencianos de aceptar una votación, y eso ocurre cuando aceptas todo el proceso que ha llevado a esa votación.

Acuerdos

-¿Hoy seríamos capaces de aceptar acuerdos como aquellos?
-Harían falta confluencias. En primer lugar, haría falta tener líderes dispuestos a serlo. El líder es el que se pone el primero, no el que ordena a unos guardias civiles salir con una lancha a enfrentarse a seis canoas de 1.000CV cada una. El líder es el que se monta en la lancha, el que se baja en último lugar del barco, el que está en las duras, y no tenemos esos líderes, sino líderes que se van a las fiestas de los Premios Goya o a otras cosas. No tenemos desde hace tiempo líderes en España. Y hace tiempo que faltan, quizá porque el pueblo español está acostumbrado a lo fácil, al subsidio y a las subvenciones.

-¿Por qué Aragón y Cataluña suelen estar en permanente  confrontación dialéctica por unas cuestiones u otras?
-Es que ambas tienen clases dirigentes lamentables. La clase política catalana, que dirige Barcelona desde prácticamente el siglo XI, es la que ha gobernado la Generalitat, familias que todavía están hoy en el Gobierno. Son los Pujol, los Fabra, los Mas, los Pompeu Fabra. Son los mismos que en el siglo XIX estaban al frente del comercio de esclavos negros de África con Puerto Rico o con Cuba. Los tatarabuelos de Artur Mas, expresidente de la Generalitat, eran negreros, y capitalizaron sus empresas para poder comprar bienes de equipo, telares, en Frankfurt, en París y Manchester. De qué iba a tener Cataluña en la segunda mitad del siglo XIX el desarrollo industrial que tuvo. Eso ocurrió porque se capitalizó con dinero de la venta de esclavos, igual que hicieron muchas empresas norteamericanas en el siglo XIX.

-¿En los libros de Historia se obvian partes de la Historia?
-No se cuenta toda la Historia porque las grandes editoriales siguen estando en manos de estas mismas familias, aunque ahora se ha ampliado más el abanico. ¿Quien se atreve a decirle a Florentino Pérez lo que ocurrió con la recalificación de los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid? ¿Quién se atreve a decir que hubo una verdadera actuación ilegal y corrupta en el Ayuntamiento de Madrid para recalificar unos terrenos que no podían recalificarse? Este tipo de cosas las vemos todos los días, como ahora con lo del caso Koldo García. Los líderes políticos han de dar la cara, asumir sus responsabilidades y dimitir, pero en España se asumen responsabilidades, aunque no se dimite. Tenemos unos líderes políticos lamentables y la relación entre Aragón y Cataluña ha estado marcada por ese tipo de líderes, corruptos, pagados de sí mismos, preocupados solamente por su beneficio en el sentido más amplio del término. Y vamos a peor, porque, aunque parezca mentira, el control de los medios de comunicación es cada vez mayor. Cuando pones la televisión o escuchas la radio y ves a los tertulianos que hay, ya sabes qué van a decir sobre una determinada cuestión: el argumentario del partido político que lo ha colocado ahí. Y si no siguen ese argumentario, al día siguiente esos tertulianos ya no están en la tertulia, y dejan de ingresar un buen dinero. Y el dinero lo puede casi todo.

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