Endesa derribará en febrero la chimenea de 343 metros de la central térmica de Andorra

Endesa derribará en febrero la chimenea de la central térmica de Andorra. Junto a la voladura de las torres de refrigeración, el pasado 13 de mayo, será el hito  más espectacular y polémico de todas las labores de desmantelamiento, que llegan ya al 60% de su ejecución.

Fuentes de las empresas que participan en los trabajos de desmontaje indicaron que la voladura de la chimenea podría efectuarse la segunda semana de febrero y que la contrata que se hará cargo ya está preparando la compleja operación. Desde la eléctrica no confirmaron la fecha exacta, aunque sí apuntaron al mes que viene para llevar a cabo una de las operaciones más críticas en el marco del desmantelamiento de la planta debido a las dimensiones de la estructura esbelta, de 343 metros de altura y 28 de diámetro.

El derribo se producirá semanas más tarde que el de la chimenea de la central a carbón de Compostilla (León), también en desmantelamiento, que se producirá el 26 de enero.

Cabe recordar que el pasado 13 de mayo Endesa voló con 275 kilogramos de dinamita las tres torres de refrigeración de la última térmica turolense en actividad, que quedó desconectada de la red el 30 de junio de 2020.

El director general de Endesa en Aragón, Ignacio Montaner, indicó el pasado 15 de diciembre, durante la presentación del proyecto de futuro de la compañía para el territorio tras adjudicarse el concurso del Nudo Mudéjar, que habría que invertir “millones de euros para que la chimenea siga en pie, y hacer un mantenimiento preventivo para consolidar la infraestructura”, un coste que ni la empresa ni ninguna administración pública están dispuestas a asumir.

De esta forma, no prosperarán peticiones de puesta en valor del patrimonio energético e industrial como fuente de desarrollo rural sostenible, como pidió en unas jornadas en 2020 en Andorra la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM).

En el plano político, el propio Ayuntamiento de Andorra pidió el pasado junio, a instancias de Elijo Andorra y PP -ningún grupo municipal votó en contra-, la continuidad de la chimenea, para lo que solicitaba que se declarase como Bien Industrial y se paralizase cualquier trámite encaminado a su derribo al tratarse de “un emblema para la localidad y también para la provincia de Teruel”.

Teruel Existe, por su parte, lamentó en repetidas ruedas de prensa y comunicados que se vaya a acabar borrando del mapa “un símbolo para todo el Bajo Aragón histórico” que podría dinamizar turísticamente una zona en transición justa.

Piden una ‘operación retorno’

Por otra parte, los sindicatos han solicitado a la dirección de Endesa, por el momento tan solo de forma verbal, que recoloque a la decena de trabajadores de la empresa matriz que todavía no han podido acercarse a Andorra ni a los proyectos renovables de la compañía en Aragón después del cierre de la térmica. Algunos fueron destinados a hidroeléctricas del Pirineo, a Lérida, a Barcelona o a Castilla La Mancha.

“Una vez adjudicado el concurso del Nudo Mudéjar a Endesa, se ha solicitado ya a la dirección que los trabajadores vayan viniendo para formarse en parques renovables para que, cuando salgan las plazas, puedan optar a ellas. Hay gente que está en Teruel, Alcañiz o Zaragoza, pero a otros aún los tenemos lejos y queremos que vuelvan”, destacó el delegado del comité estatal de Endesa por UGT Alejo Galve.

“Se ha pedido ya en una reunión, pero nos remiten al acuerdo de recolocaciones firmado, en el que figura que si hay oportunidades laborales en la zona, como va a ser el caso, tienen que retornar. Cada vez que tenemos una reunión, insistimos”, prosiguió Galve. “Lo mejor es traerlos ya y que se vayan formando con el montaje de parques eólicos y fotovoltaicos porque va para tres años que están fuera”, insistió.

Cabe recordar que, dentro de la adjudicación del Miteco, Endesa ha tenido que depositar 221,3 millones de euros en concepto de garantía hasta el cumplimiento de sus compromisos de inversión y empleo, y debe crear 380 empleos directos y 5.944 indirectos, priorizando excedentes de la térmica y mujeres.

La eléctrica invertirá más de 1.500 millones de euros. Deberá tener plenamente operativa la instalación energética y todo el conglomerado de proyectos de acompañamiento socioeconómico cinco años después de obtener el permiso de acceso a red.