Estante con distintos aceites de oliva
El sector espera que el consumo nacional de aceite de oliva se resienta si el alza de precios continúa
La comercialización interior ya descendió en octubre y noviembre
El sector cree factible que con el alza de los precios actual el consumo nacional de aceite de oliva acabe resintiéndose. No en vano, según se desprende de los datos publicados por la Agencia de Información y Control Alimentario (Aica), la comercialización de aceites de oliva en España descendió un 5% en los dos primeros meses de esta campaña oleícola 2022-2023 respecto a la anterior, lo que representa una disminución del 10% si se toman como referencia las últimas cuatro campañas.
La comercialización de aceites de oliva de España fue de 240.300 toneladas en los meses de octubre y noviembre, a un promedio mensual de 120.000 toneladas al mes. Según este dato, el descenso del consumo en el mercado interior en el segundo mes de
campaña se colocó ya por debajo del de la campaña anterior.
Una prueba de que el consumo está regulándose es que el precio del aceite virgen y el del lampante están en niveles similares, con apenas 10 céntimos de diferencia por tonelada este mes de diciembre. Como se ha dicho anteriormente, el primero cotizó a 5,15 euros el kilo en origen y el segundo a 5,05, según los precios que figuran en el sistema POOLRed. Se observa que estos dos aceites están prácticamente igualados, a pesar de que los lampantes son aceites con mucha más acidez. Este sería, por tanto, un primer efecto de la subida de precios.
Según el almazarero José Gabriel Alcober, si se mantuviera el consumo de aceite de oliva, es posible que no hubiera aceite suficiente para el mercado nacional, para enlazar con la siguiente cosecha. Señaló que “se está partiendo de la base de que se producirá una bajada de consumo a nivel general importante, lo que permitiría llegar al enlace con la siguiente cosecha; no obstante quien dice que no se volverán a recuperar los precios actuales si después de bajar el consumo despega otra vez”, se preguntó.
Pese a la escasa cosecha de esta campaña, Alcober consideró que “la producción normal a la que estamos acostumbrados se volverá a recuperar en uno o dos años”. Consideró, además, “normal que subidas en los precios del aceite de oliva tan bruscas sean difíciles de asimilar por los consumidores”.
La campaña 2021-2022 tuvo una importante producción, de casi 1,5 millones de toneladas, junto a unas existencias iniciales de más de 420.000 toneladas y unas importaciones de más de 210.000 toneladas, según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
En 2021-2022 se destinaron a la exportación más de un millón de toneladas de aceite de oliva, mientras que unas 600.000 fueron a parar al consumo interior. Fueron niveles récord que no tienen nada que ver con los que se esperan en la actual cosecha, que comenzó en octubre, con un aforo previsto de 780.000 toneladas de aceite de oliva, la mitad de la última cosecha.
Tras varias campañas consecutivas a la baja, el precio de este producto español comenzó a recuperarse en el año 2021 y se ha elevado hasta un 40% desde el año pasado hasta marcar máximos este mes de diciembre.
La comercialización de aceites de oliva de España fue de 240.300 toneladas en los meses de octubre y noviembre, a un promedio mensual de 120.000 toneladas al mes. Según este dato, el descenso del consumo en el mercado interior en el segundo mes de
campaña se colocó ya por debajo del de la campaña anterior.
Una prueba de que el consumo está regulándose es que el precio del aceite virgen y el del lampante están en niveles similares, con apenas 10 céntimos de diferencia por tonelada este mes de diciembre. Como se ha dicho anteriormente, el primero cotizó a 5,15 euros el kilo en origen y el segundo a 5,05, según los precios que figuran en el sistema POOLRed. Se observa que estos dos aceites están prácticamente igualados, a pesar de que los lampantes son aceites con mucha más acidez. Este sería, por tanto, un primer efecto de la subida de precios.
Según el almazarero José Gabriel Alcober, si se mantuviera el consumo de aceite de oliva, es posible que no hubiera aceite suficiente para el mercado nacional, para enlazar con la siguiente cosecha. Señaló que “se está partiendo de la base de que se producirá una bajada de consumo a nivel general importante, lo que permitiría llegar al enlace con la siguiente cosecha; no obstante quien dice que no se volverán a recuperar los precios actuales si después de bajar el consumo despega otra vez”, se preguntó.
Pese a la escasa cosecha de esta campaña, Alcober consideró que “la producción normal a la que estamos acostumbrados se volverá a recuperar en uno o dos años”. Consideró, además, “normal que subidas en los precios del aceite de oliva tan bruscas sean difíciles de asimilar por los consumidores”.
Cosechas muy dispares
La campaña 2021-2022 tuvo una importante producción, de casi 1,5 millones de toneladas, junto a unas existencias iniciales de más de 420.000 toneladas y unas importaciones de más de 210.000 toneladas, según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
En 2021-2022 se destinaron a la exportación más de un millón de toneladas de aceite de oliva, mientras que unas 600.000 fueron a parar al consumo interior. Fueron niveles récord que no tienen nada que ver con los que se esperan en la actual cosecha, que comenzó en octubre, con un aforo previsto de 780.000 toneladas de aceite de oliva, la mitad de la última cosecha.
Tras varias campañas consecutivas a la baja, el precio de este producto español comenzó a recuperarse en el año 2021 y se ha elevado hasta un 40% desde el año pasado hasta marcar máximos este mes de diciembre.
