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El Congreso aragonés de Neuroeducación reúne en Alcañiz a 120 profesionales docentes El Congreso aragonés de Neuroeducación reúne en Alcañiz a 120 profesionales docentes
El profesorado, en una de las ponencias del congreso

El Congreso aragonés de Neuroeducación reúne en Alcañiz a 120 profesionales docentes

Quinta edición del evento tras el parón provocado por la pandemia
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Aproximar la Neurociencia a las aulas para mejorar el aprendizaje del alumnado. Ese ha sido uno de los objetivos del Congreso aragonés de Neuroeducación celebrado este fin de semana en Alcañiz y que ha reunido a 120 docentes de distintas etapas educativas (Infantil, Primaria, Secundaria y Formación Profesional).

El Congreso, que ha podido volver a programarse tras permanecer varios años desconvocado como consecuencia de la pandemia de Sars-CoV-2, ha contado con varios ejes temáticos en esta edición: música y movimiento; aprender jugando; trabajo sobre la atención y cómo aprender a lo largo de la vida.

A través de este programa formativo se intenta poner de manifiesto que en el proceso de aprendizaje intervienen distintos mecanismos y entre ellos las emociones y la motivación son muy importantes. En este sentido, se plantea la necesidad de introducir la Neuroeducación en las aulas como una manera de transformar la forma de enseñanza, teniendo en cuenta procesos humanos que pueden influir o interferir en la enseñanza-aprendizaje.

Tal y como señaló Santi Herrera, miembro del equipo coordinador, “en las cuatro ediciones anteriores se habían abordado algunas temáticas distintas y éstas quedaban todavía pendientes de tratar”. Explicó que “sí se habían realizado talleres sobre la música y el movimiento en una edición anterior, pero  desde un punto de vista más práctico”.

Neurociencia en España

Éste ha sido, según Herrera, el primer congreso dedicado a la Neurociencia en España, si bien “en la provincia de Teruel llevamos más de ocho años tratando esta temática en la educación”. No en vano, recordó que “el congreso es fruto de un itinerario formativo anterior que se llevó a cabo entre los años 2012 y 2015 en centros educativos de la provincia, y a partir de este itinerario surgió el congreso, que ha sido pionero en nuestro país”.

Como ocurrió en las ediciones anteriores, el número de plazas, 120, se ha cubierto con creces. “Se presentaron 150 solicitudes y ha habido que dejar a gente fuera, como ya venía ocurriendo en los anteriores congresos”, apuntó Herrera, quien, además, enfatizó que “este año tenemos muchos profesores de fuera de la provincia de Teruel”.

Según apuntó el coordinador del certamen, el objetivo es que, a través de estos diferentes talleres, los profesores que participan en el congreso puedan observar y valorar “cómo sacar más provecho a lo que hacen en clase, para que el alumnado aprenda más, esté más a gusto y mucho más seguro”. No en vano, enfatizó, “hoy el profesorado sabe que abordar la neurociencia en el aula tiene una base científica que avala su aplicabilidad”.

El congreso arrancó el viernes con la inauguración y una primera ponencia, que corrió a cargo del neurólogo del hospital de Alcañiz, José Antonio Oliván.  A continuación, el profesorado se trasladó al Instituto Bajo Aragón para participar en los distintos talleres, que continuaron durante la jornada del sábado (en horario de mañana y tarde), de manera que los docentes fueron pasando por cada uno de los cuatro que se habían organizado en este programa.

La clausura corrió a cargo del doctor en Educación por la Universidad de Zaragoza y experto en Neuropsicología y Educación, Alberto Quílez Robres, quien dirigió una ponencia sobre la importancia que tienen en el aprendizaje del alumnado variables de tipo cognitivo, emocional y motivacional a lo largo de las distintas etapas de la vida.

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