Síguenos
Vacaciones con chispa Vacaciones con chispa

Vacaciones con chispa

Javier Arnal

En agosto parece que el mundo se paraliza. Es el mes de vacaciones por excelencia. El “cerrado por vacaciones” nos acompaña y yo diría que hasta nos alegra que esas tiendas o talleres puedan tener vacaciones: no tener vacaciones suele ser síntoma de zozobra profesional y situación límite.

Las vacaciones son necesarias, física y mentalmente. Sin exagerar ni obsesionarse, porque a nuestro alrededor hay personas que no tienen vacaciones, que no pueden tenerlas. Hace unos días, fui a comprar un accesorio para el móvil, y le pregunté al encargado de la tienda, de mediana edad, extranjero, si cogía vacaciones: me contestó que solo los domingos, y sentí pena.

Aunque pueda resultar extraño, hay que valorar y organizarse un poco las vacaciones. Conforme se tiene más edad y experiencia en la vida, se valoran más. Si alguien se plantea las vacaciones con ansiedad, llega casi agotado, las disfruta menos y no suele sacarles jugo. Sin embargo, con sentido común y pensando en nuestra familia, se descansa mejor en vacaciones. No quejarse del calor suele ir bien a todos.

Las vacaciones veraniegas requieren un poco de iniciativa. A veces observo a algunos que esperan ese período como un globo a punto de explotar, que se desinfla cuando llegan, pero casi aburridos a los cuatro días, porque desean dormir, bañarse, siesta y televisión. Eso aburre pronto, y más a la propia familia. O nos planteamos las vacaciones con un poco de chispa, diversión y buen humor, con salidas o visitas, o el aburrimiento lleva a desear la vuelta a la normalidad.

La provincia de Teruel multiplica su población en agosto. Es posible que se triplique, sobre todo en las fiestas de la Virgen y San Roque. Entre fiestas patronales y lugares frescos y tranquilos, muchos descendientes de turolenses regresan unas semanas o unos días, y también muchos valencianos. Mora de Rubielos, Albarracín, Bronchales, el Bajo Aragón, el Jiloca, Gúdar o Maestrazgo … tienen un imán veraniego consolidado.

Recuerdo que el año pasado, un 5 de agosto, me propuso Paco, buen amigo, recorrer el camino natural desde San Blas hasta el embalse del Arquillo. Fue un paseo estupendo, fresco, a la sombra, junto al río Guadalaviar. A veces no valoramos lo que tenemos. Mientras, en Benidorm hay más personas en agosto que en toda la provincia de Teruel: cada uno elige, pero desde luego que no me esperen en Benidorm, donde solo he estado por trabajo. Hay gente para todo. La masificación, para no pocos, es un atractivo: para mí algo misterioso, lo reconozco. Está claro que de Teruel no es cualquiera.

Chispa para unas vacaciones en que disfrutemos de la naturaleza, e incluso de la lectura, que descansa mucho. Liberarse de las nuevas tecnologías y de las redes sociales suele descansar. Es básico disfrutar de la gastronomía turolense, de las costumbres, de las celebraciones religiosas y de la gente sin encerrarse en uno mismo o en casa, para que tengan chispa y no convirtamos las vacaciones en una modorra individualista.