![Mejorar la gestión pública](/uploads/diariodeteruel/contenidos/74518_250112-22-02.jpg)
![Mejorar la gestión pública](/uploads/diariodeteruel/contenidos/m_74518_250112-22-02.jpg})
La columna Presupuestos más sociales del pasado 29 de enero escoció a quien tenía que escocer. Menos impuestos y menos empleados públicos era mi mensaje. Dato del INE la semana pasada: hay 3.581.200 empleados públicos. Quienes trabajan y lo hacen bien se han sentido apoyados y agradecidos. Podría haber insinuado cargos, pufos y burocracia excesiva, y no en tierras lejanas -que también- sino en Teruel y provincia.
Mejorar la gestión pública es posible, si entre todos nos lo proponemos: los que están al frente, en medio o debajo, y cualquier ciudadano que vea puestos inútiles o maniobras intolerables, en perjuicio de nuestros bolsillos o de nuestra vida cotidiana, con unos servicios públicos deficientes. Quejas, reclamaciones, denuncias: no tragar, no tapar.
Ejercitar nuestros derechos también tiene una dosis de ejercitar nuestros deberes, por el bien de todos. Es intolerable, por ejemplo, que muchos servicios públicos no se presten por las tardes. Hay que abandonar nuestro trabajo o pedir permiso para encajar en el horario de los funcionarios. Por turnos, esos servicios deberían facilitarse por la tarde.
No es de recibo que en una ciudad se sepan situaciones y se toleren. Tal vez por aquello de hoy por ti, mañana por mí. Existen los expedientes y sanciones, pero se teme incoarlos. Parece que unos tapan y otros amenazan con destapar. Auténticos abusos. Todo ello aumenta la desconfianza hacia los gobernantes, pues convierten en cortijo lo que deben gestionar con mucha responsabilidad, pues son recursos pagados por todos.
Ha habido cargos o puestos que se han cubierto con personas sin la titulación necesaria. Y durante años. Los denominados cargos de confianza se deben cubrir con responsabilidad profesional, y no dar la razón a un político que afirmaba que “¡en quién voy a tener más confianza que en alguien de mi familia!”.
Los alcaldes y presidentes deben ser críticos, sin excusarse en que los anteriores procedían igual. Hay cargos que deberían cubrirse mediante concurso de méritos, y no a dedo, bien porque se prevea expresamente, bien por ética.
Más concursos de méritos en las instituciones. Establecer el proceso de contratación con méritos, puntuando titulación académica, experiencia, proyecto para ese puesto y entrevista personal, dando unos puntos a esos baremos. ¿Cabe la arbitrariedad también en el concurso de méritos? Por supuesto, pero menos que a dedo.
Sigamos con la confianza para un puesto. Conviene establecer un período de prueba, claro, y revisar el rendimiento de esa persona. Un hermano, marido o primo de un cargo político puede desempeñar bien un puesto… o no: es cuestión de objetivar y evaluar.
Mejorar la gestión pública es tratar a los ciudadanos como adultos durante los cuatro años de mandato, no solamente en las urnas. Consultarles, con una consulta vinculante, las decisiones muy relevantes. Hay poquísima democracia interna en los partidos políticos y una gran desconfianza a supeditar decisiones al voto ciudadano.
Peatonalizar el Centro Histórico de Teruel debería ser aprobado por los turolenses, no solo por el ayuntamiento. ¿Se rebajará el impuesto de circulación? Siento incordiar.