Una interesante actividad comienza este sábado, 8 de febrero, en el Casino turolense, en la plaza San Juan. Un ciclo de sesiones bajo el título Para matrimonios con rodaje, dentro de lo que parece un plan más amplio con el título de Familia en marcha.
Son cuatro sesiones, desde el sábado 8 de febrero con la sesión Compromiso de fidelidad, hasta el 14 de junio sobre Sexualidad. En medio, las sesiones Diálogo matrimonial y Trayectoria conyugal. Cada sesión la imparte un ponente distinto, y todos ellos tienen amplia experiencia en orientación matrimonial y familiar.
Hace unas semanas, escribí La familia cuesta abajo, subrayando las señales que me parecen más importantes para admitir que la familia necesita revitalizarse, con urgencia, por la importancia que tiene para nuestra felicidad personal, para la familia y para la sociedad. Un lector de ese artículo me comentó que tal vez falta un poco para que nos demos cuenta del gran deterioro actual y creciente del matrimonio y la familia, a la vez que seguimos oyendo que la familia es lo primero. Hay que cuidarla mejor.
Hace muchos años, me llamó la atención el comentario que me hizo una tía mía, en Calamocha. No sé cómo surgió la conversación. Ella me dijo, con gran confianza: “Muchas veces me podía haber separado de tu tío, pero menos mal que no lo he hecho: con paciencia y cariño, se puede ir resolviendo casi todo, pasa la tormenta y es mejor para toda la familia”.
Ese comentario de mi tía me llamó muchísimo la atención. Ya en España había entrado con cierta fuerza la separación matrimonial; el divorcio, todavía no. El realismo y la perspectiva de ese comentario se me grabaron, como se comprueba al recordarlo ahora.
La convivencia entre mis tíos era buena, no reflejaba tensiones de entidad, y es que, en realidad, no había tensiones de entidad entre ellos, sino diferencias, roces normales en toda convivencia, o al menos eso percibía yo. Y con sus hijos – mis primos – era una familia alegre, que daba gusto ir a verles, y siempre dispuestos a ayudar, invitarte a tomar algo, su casa abierta siempre.
La familia es decisiva para la armonía y el equilibrio personal. Es el único lugar donde se quiere a uno por lo que es, no por lo que tiene. Exige cuidarla, invertir tiempo, formarse un poco para valorar que, con frecuencia, las diferencias pueden enriquecer, y no son obstáculos, sino enfoques u opiniones de un sano pluralismo, que ofrecen un espacio de libertad y de saber querer de verdad. La familia reconforta en los momentos fáciles y difíciles. Matrimonio y familia son como plantas que hay que regar y cuidar.
Es clave en la familia que el matrimonio se refuerce, se cuide, se actualice. En recién casados y en matrimonios con rodaje, como aborda esta interesante actividad. Para no confundir lo ordinario con lo aburrido, para tener paciencia y reconocer las deficiencias personales, y tener muy en cuenta siempre a los hijos. El calor del hogar facilita el desarrollo integral de los hijos y las tensiones les dañan mucho: no lo ignoremos. Fortalecer y renovar la familia siempre es mejor que reparar y recuperar.