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Cuidar a los mayores Cuidar a los mayores

Cuidar a los mayores

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Javier Arnal

El pasado viernes el CIS publicó una encuesta sobre edadismo. Se realizó entre el 10 y el 16 de enero, con 5.006 entrevistas a mayores de 18 años, cubriendo 1.324 municipios y 50 provincias. El edadismo es un término admitido en el diccionario de la Real Academia Española en 2022, es decir, muy reciente, y se refiere a la edad como discriminación, especialmente de las personas mayores.

Otro término más negativo, y hasta cruel, es el de gerontofobia, la fobia a los ancianos, el rechazo directo y frontal de los mayores. Con cierto sentido del humor, es absurdo, porque la juventud es un período que se acaba con los años: todos hemos sido jóvenes y hay que tener la generosidad de respetar y cuidar a los mayores.

En esa encuesta del CIS destaca el dato de que el 58,6 % de los mayores de 65 años cree que los hijos les atienden peor que antes. Merece una cierta reflexión este dato, con todas las cautelas de una encuesta y teniendo presente que conocemos situaciones en que no es así, o requeriría matizar mucho. Tercera edad… y cuarta edad en aumento.

La provincia de Teruel está envejecida, cada vez más, y ojalá este fenómeno vaya cambiando, pero la realidad es la que es. Zamora es la provincia más envejecida de España, y la comunidad autónoma más envejecida es Asturias. No consuela a Teruel.

En diversas ocasiones, los jóvenes de hoy manifiestan que viven mejor que sus padres y abuelos -¿son más felices?-, pero que vivirán peor que ellos cuando sean mayores: es evidente la percepción de que las pensiones y la calidad de vida peligran.

Todos hemos escuchado a matrimonios de mediana edad, o ya en la tercera edad, que son muy conscientes de que, cuando no se valgan por sí mismos, sus hijos no les cuidarán, y tendrán que ir a una residencia. Y no pocos se angustian por el precio actual de las residencias de mayores, pues no saben si podrán pagársela, aunque confían en que los hijos les ayuden económicamente si llega el caso. Ahora, en la provincia de Teruel hay 35 residencias, a precios más asequibles que en otras provincias.

Los cambios sociales son evidentes en las familias. Hace cincuenta años apenas había residencias de mayores en España: los abuelos vivían en casa de alguno de los hijos cuando ya era necesario, e incluso iban de casa en casa de los hijos, que asumían con realismo y serenidad ese cuidado de sus padres. Todos conocemos casos en que la mejor opción y el mejor cuidado es una residencia, pero que no sea por comodidad filial.

En aquellos años había una situación que ha cambiado mucho: el ama de casa se dedicaba íntegramente a la familia y a la casa, incluyendo abuelos. Desde hace tiempo, la mujer casada suele tener un trabajo al margen del hogar y, con el aumento de las rupturas matrimoniales, la atención a los abuelos está muy en entredicho. A todo ello sumemos que la esperanza de vida va en aumento y que muchos abuelos dedican con generosidad tiempo a los nietos mientras los hijos trabajan. Es el cuadro actual.

La brecha generacional existe, y existirá. Pero cuidar a los mayores siempre es un deber de justicia y afecto. El CIS alerta ¿nos engaña Tezanos también en esta encuesta?