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Y no ha empezado Y no ha empezado

Y no ha empezado

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Raquel Fuertes

Lamento comunicarles que la campaña electoral para las elecciones autonómicas y municipales aún no ha empezado. O sea, todo lo que estamos escuchando, sufriendo, viendo y soportando no es más que el calentamiento de un partido que se prevé bronco y carente de buen juego. De hecho, las malas artes que se están viendo en esta agotadora pretemporada hacen pronosticar una campaña llena de insultos, malos modos y peores artes. Y, casi se me olvida, grandes promesas que (la experiencia nos precede) sabemos que jamás se cumplirán.

Las últimas semanas la cosa va adquiriendo tintes vergonzantes. Y, aunque la temática y los modos cambian por barrios, se confirman las peores sospechas: qué pocos hay que vengan a solucionar los problemas de los ciudadanos y cuántos vienen a pillar cacho sin importarles cómo. “El fin justifica los medios”, lo peor es cuando el fin no es el buen gobierno sino el alargarse al máximo en el sillón de turno. Perdonen mi evidente enfado, fruto de la decepción y de lo visto en más de 40 años de elecciones. Me gustaría ser más positiva y poder dar fe de que la democracia, con todas sus imperfecciones, funciona en una sociedad como la nuestra. Ojalá.

En el lado de los que mandan y aprovechan para hacer campaña para los de su partido en ayuntamientos y autonomías me avergüenza esa cantidad de pagas, paguitas, bonos, descuentos y promociones que, de repente, surgen para captar el voto de, sobre todo, los más jóvenes (este es el target al que van ahora, tras una subida de las pensiones que no nos podemos permitir). Hipotecas avaladas, descuento en interrail, herencias por decreto, leyes de vivienda exprés… Todo vale para eludir el verdadero problema: la gente joven no encuentra un trabajo digno que le permita iniciar su vida independiente y formar una familia (esta frase hará que me tachen de facha, así están las cosas).

Y al otro lado no hay nada consolador, la verdad. Más bien sería exacto decir que no hay nada. Pocas propuestas realistas, mucha crítica al rival, pero ninguna incursión en campo contrario que deje entrever una estrategia ganadora, un programa claro.

Esperemos a que esto empiece de verdad y escuchemos propuestas reales y, como decía Anguita, los programas. A ver si el tedio finalmente merece la pena.