Lo miras y descubres esa expresión de derrota, de no saber por dónde tirar. Cuál es el siguiente paso que debe dar. O cómo decirte que quiere tirar la toalla, que no puede más y que la vida le duele.
No puedes dejar de pensar en todo lo que calla y tampoco le quieres decir que sabes cuánto sufre porque todos hemos pasado por ahí. Que es el peaje para convertirse en adulto, esa fase vital en la que constatará que no todo se puede, pero que hay que pelearlo y que, si no sale, pues a otra cosa. Pasando página, aunque pese.
Rompe el silencio con un “mamá, no valgo para nada”, que te cruza el corazón como una cuchillada limpia, certera, dolorosa y fría. Te parte en dos. Y le quieres decir que claro que sí, que sirve para más de lo que cree, que es un tipo estupendo, que la vida trae momentos malos y días de sol, que hay que salir y luchar. Y… Y…
Sí. Le quieres decir muchas cosas, pero solo bajas la mirada para que no vea tus lágrimas. No sabes cómo la vida puede mostrarse a veces tan amarga y sin salidas cuando en realidad queda tanto por delante. Su futuro. No te explicas cómo ha podido pasar el tiempo tan rápido y cómo de la frustración por no alcanzar su juguete favorito ha pasado a desesperarse porque quizás sus compañeros le hacen eso que en la tele llaman bullying. O porque la selectividad (que tampoco sabes cómo se llama este año) le angustia después de años de condescendencia escolar. O porque ha descubierto que la carrera no tiene nada de atractivo y mucho de sacrificio sin horizonte…
Sí, las frustraciones van creciendo con él y adquieren la dimensión de su envergadura física. Pero lo que te hace sentir pequeña a su lado no es su altura. Es la tristeza de esos ojos y de ese “no valgo” que quieres responder de la forma correcta. Que suene cariñoso, pero realista. Que le dé apoyo, pero que no lo mantenga en mundos ideales que no existen. Y que le haga saber que le quieres, que le comprendes, que tú también le necesitas, que la felicidad que está buscando también tendrá momentos como este. Que podrá con ello. Que no se rinda. Que tome decisiones. Y que vale mucho.