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Una investigación sociológica plantea que la despoblación de Teruel es todavía reversible Una investigación sociológica plantea que la despoblación de Teruel es todavía reversible
Una mujer llena un cántaro en una fuente en Guadalaviar, en una imagen de archivo

Una investigación sociológica plantea que la despoblación de Teruel es todavía reversible

Los datos muestran que la Serranía de Albarracín y la de Montalbán son las zonas con más problemas
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Cruz Aguilar

La despoblación en Teruel es un problema, y muy grave, sobre todo en algunas zonas, pero todavía reversible. La afirmación la pronuncia el sociólogo Alberto Zamorano y no lo dice porque sí, sino en base a un pormenorizado estudio en el que ha medido los niveles de despoblación en base a diferentes índices que van más allá de la densidad de habitantes o su edad media. La importancia del estudio radica en que, por primera vez, se han incluido a todas las comarcas de España, lo que permite establecer comparativas y detectar las áreas con mayor riesgo.

El estudio, con dato de 2023, es el Trabajo de Fin de Grado (TFG) de Alberto Zamorano Cuesta del doble grado universitario de Ciencias Políticas y Sociología. Con el título Entre la persistencia y el olvido: hacia una clasificación comarcal de la despoblación, el investigador ha dividido la situación demográfica de España en nueve niveles que van de la despoblación extrema, que se da sobre todo en lo que se denomina la Raya Leonesa, en las provincias de Zamora, León y Salamanca, hasta la expansión acelerada de la denominada Corona Madrileña, que rodea la capital de España, y gran parte del litoral Mediterráneo.

Teruel, emblema de la España Vaciada, no cuenta con ninguna comarca entre las denominadas de despoblación extrema, de las que sólo hay diez en España según el barómetro de Zamorano. La que peor está, en situación de despoblación alta, es la comarca agraria Serranía de Albarracín, que coincide casi en su totalidad con la delimitación administrativa Sierra de Albarracín, al ocupar el puesto número 32 de un total de 344. Entre las 50 con peores índices, concretamente en el puesto 49, está la Serranía de Montalbán, que en este caso ocupa gran parte de las actuales Cuencas Mineras, pero también abarca la zona con peores índices demográficos de la comarca del Jiloca. El autor del TFG, que es natural de Zamora, matiza que esta zona turolense quedó a un sólo punto de ser clasificada como de despoblación alta. En mejor situación están Maestrazgo (118), la Cuenca del Jiloca (137), Bajo Aragón (171) y la Hoya de Teruel, en el puesto 201.

El investigador detalla que, si se tiene en cuenta únicamente la densidad de población, la Serranía de Albarracín y el Maestrazgo ocupan los puestos séptimo y octavo, respectivamente, a nivel nacional, mientras que la Serranía de Montalbán está en el 17. La cuenca del Jiloca se sitúa en el lugar número 68 el Bajo Aragón en el 92 y la Hoya de Teruel es la única que no está entre los 100 primeros, aunque por poco, al ocupar el puesto 105.

Agrarias, no administrativas

Las delimitaciones que ha tomado como referencia Zamorano son las agrarias, que no coinciden con las administrativas que existen en Aragón, pero es la única distribución comarcal que incluye toda España disponible en el Instituto Aragonés de Estadística (INE), de donde ha tomado los datos. En este sentido, el experto detalla que un análisis provincial no resulta revelador, puesto que son demasiado extensas y el peso de las grandes ciudades desvirtúa la situación de gran parte de ellas. Tampoco usar como referencia el municipio muestra la realidad al no poder conocer la relación con los de alrededor.

Los índices analizados por el investigador de Zamora van más allá de la despoblación puesto que, como explica, hay que añadirle un componente temporal puesto que “la despoblación es un proceso y hay que analizar cómo evoluciona”. En ello juegan un papel fundamental las variables económicas como el crecimiento en el número de empresas o la evolución de la renta media por hogares. Además, también tiene en cuenta otros aspectos demográficos como el grado de envejecimiento, la edad media, la presencia de inmigrantes o la tasa de masculinidad.

Precisamente con respecto a las tasas de masculinidad, Alberto Zamorano reconoce que uno de los aspectos que le sorprendió a la hora de hacer el estudio es “no sólo que el medio rural está muy masculinizado, sino que las capitales de provincia están muy feminizadas”, por lo que hay “un gran desequilibrio”. En el caso de la Serranía de Albarracín la tasa de masculinidad llega al 122,46 (hay 22 hombres más por cada 100 mujeres).

La edad media de todas las comarcas turolenses, salvo la Hoya de Teruel, está por encima de la española, situada en 45,1, y en la zona de Albarracín supera los 51 años, una cifra que, sin embargo, como apunta Alberto Zamorano, está muy lejos de los 56 años que hay en la denominada Raya Leonesa. “Los datos de algunas zonas de Teruel son preocupantes, pero la pirámide demográfica no es insostenible, tiene al menos capacidad para remontar por sí misma”.

Otro de los aspectos tenidos en cuenta la población inmigrante. La media de España está en 14,4 y en la provincia de Teruel hay una comarca, que es el Jiloca, que la supera y casi roza el 15%. La presencia de inmigrantes es un síntoma de que hay actividad económica y que ese territorio resulta atractivo para los foráneos. Las tasas más bajas están en la zona de Albarracín y Montalbán, donde el porcentaje de población de otros países se queda en el 6,56% y el 9,63%, respectivamente.

Además, el documento tiene en cuenta tanto la evolución de las empresas, que en el caso de Teruel es negativa en todas las zonas salvo el Maestrazgo, y la renta medica por hogar, que es superior al 2,5% en todos los territorios.

Herradura española

En su TFG, Zamorano se centra en tres zonas que resultan llamativas por su concentración poblacional, como en el caso de lo que denomina Corona Madrileña de Desarrollo, o por la falta de ella, caso de la Raya Leonesa o la Herradura Española, donde uno de los extremos abarca varias comarcas de la provincia de Teruel. Precisamente esta forma de herradura se debe a que evita el centro de España, marcado por Madrid, y el litoral mediterráneo.

Otro de los espacios que destaca es Asturias, un caso que define como “particularmente ilustrativo” por una dependencia económica del sector minero que, con el proceso de descarbonización no ha encontrado sustituto viable y ha experimentado un declive acelerado. No hay alternativas económicas viables, lo que impide que la región desarrolle nuevas industrias que pudieran compensar la pérdida de empleos tradicionales y retener a su población.

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