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Un estudio demuestra la presencia de chopos cabeceros bicentenarios en la cordillera Ibérica Un estudio demuestra la presencia de chopos cabeceros bicentenarios en la cordillera Ibérica
La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, y del gerente del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, Chabier de Jaime

Un estudio demuestra la presencia de chopos cabeceros bicentenarios en la cordillera Ibérica

Presentada una investigación del IPE-CSIC y el Parque Cultural del Alto Alfambra
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La directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, Marisancho Menjón, ha participado este martes en la presentación de una investigación sobre la edad de los chopos cabeceros, en la que se constata la presencia de árboles de esta especie con más de 200 años en los valles del sur de la cordillera Ibérica, incluido el territorio del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista internacional ‘Forest Ecology and Management’, se llevó a cabo en la primavera de 2021 por un equipo formado por Jesús Julio Camarero, Ester González de Andrés y Michele Colangelo (Instituto Pirenaico de Ecología – CSIC) y Chabier de Jaime (Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra). Fruto de este trabajo, el Parque Cultural ha elaborado el audiovisual ‘Entre árboles centenarios’: https://www.youtube.com/watch?v=Xwltia9nIc0.

El chopo cabecero es el álamo o chopo negro (Populus nigra) manejado como árbol trasmocho, esto es, descabezado o cortado a cierta altura de su tronco para que produzca brotes, inaccesibles al ganado, que originen nuevas ramas susceptibles de ser aprovechadas mediante su desmoche periódico. Esta fue la solución encontrada en el pasado a la necesidad de madera de obra, combustible y forraje y de pastos en territorios deforestados con clima frío y seco de la cordillera Ibérica. Los esquejes de chopo negro fueron plantados a lo largo de las riberas, casi siempre cerca de espacios agrícolas, también con el fin de fijar los cauces y de proteger las parcelas cultivadas ante las crecidas.

Ejecución del estudio

Para la ejecución del estudio, el equipo investigador utilizó técnicas de dendrocronología (análisis de los anillos anuales de crecimiento presentes en el tronco de los árboles) en siete choperas de las cuencas de los ríos Pancrudo, Aguasvivas, Huerva y Alfambra. Fueron seleccionados noventa y ocho chopos cabeceros maduros, con buen estado de conservación y con el tronco macizo, extrayéndose dos testigos radiales mediante barrenas Pressler a 1,3 m. sobre el suelo. No fueron muestreados chopos de gran diámetro, de aspecto decrépito o con huecos en el tronco, rasgos son propios de los árboles más longevos.

El análisis dendrocronológico arrojó una anchura media de anillo o tasa media de crecimiento de 2,5 mm. Los chopos cabeceros más viejos se encontraron en Navarrete del Río (237 años) y Aguilar del Alfambra (208 años). Por lo general, los árboles con mayores diámetros eran también los de mayor edad, pero no siempre fue así.

La investigación demuestra que estos árboles bicentenarios, aunque no son la mayoría, están bastante presentes en las riberas de la cordillera Ibérica. Asimismo, su presencia secular y continua en los paisajes agrarios del sur de este sistema montañoso viene a confirmar que se trata de un paisaje histórico.

Diámetros

De forma sorprendente, se han encontrado también álamos negros trasmochos con valores de diámetro normal de tronco inferiores a los 100 cm y más de 200 años de longevidad. Estos hechos sugieren que el número de chopos cabeceros bicentenarios debe ser notable y que algunos pueden superar los 300 años.

Los chopos negros son los árboles de mayor tasa de crecimiento en climas templados. Según algunos autores esta especie puede alcanzar una longevidad de 250 a 300 años. Esto demuestra nuevamente que el manejo de los árboles mediante el desmoche periódico prolonga su longevidad y que, en el caso de los chopos, permite que esta se aproxime al límite biológico de la especie.

El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra

El manejo del chopo negro (Populus nigra) y del sauce blanco (Salix alba) como árboles trasmochos surge históricamente en la cordillera Ibérica con el objeto de optimizar el aprovechamiento los recursos naturales en periodos de acusada deforestación y en el marco de economías multifuncionales. El desmoche periódico de estos árboles de ribera proporcionaba madera de obra, combustible y forraje, siendo compatible con el aprovechamiento de los pastos frescos cercanos a los ríos por las importantes cabañas de ovino dedicadas a la producción lanar.

La gestión productiva de estos árboles mantenida en el tiempo ha creado unas arboledas con chopos y sauces centenarios que ofrecen hábitat a una compleja comunidad biológica por la abundancia de huecos y de madera muerta. Esta práctica campesina, por otro lado, constituye todo un saber hacer colectivo, un patrimonio inmaterial que se ha plasmado creando un paisaje cultural único en Europa.

La ribera del Alfambra, entre Gúdar y Galve, con sus veinte mil ejemplares, alberga la mayor arboleda de chopo cabecero de Europa. Es una dehesa fluvial con árboles podados regularmente para producir vigas, leña y forraje. Este aprovechamiento ha creado árboles de grandes troncos y complejas cabezas que de gran interés para la vida silvestre. La gestión tradicional por la comunidad local ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural Inmaterial por el Gobierno de Aragón que, a su vez, lo ha incluido en el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra. Ababuj, Aguilar del Alfambra, Allepuz, Camarillas, Cedrillas, El Pobo, Galve, Gúdar, Jorcas y Monteagudo del Castillo son los diez municipios que integran el Parque Cultural.

Este conjunto formado por un río de montaña, frescos prados y árboles esculturales, es un territorio para descubrir la ancestral cultura local y disfrutar con la observación de la naturaleza. Además, tiene un indudable interés didáctico, estético y científico. Desde el Parque Cultural se ofrece un espacio repleto de árboles centenarios cuidados y aprovechados por generaciones de campesinos, constituyendo así todo un patrimonio natural y cultural.

 

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