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Un docente de Teruel muestra los logros de la gamificación en la enseñanza del inglés Un docente de Teruel muestra los logros de la gamificación en la enseñanza del inglés
El turolense Luis Gil (en el centro), junto a sus alumnos de Oklahoma

Un docente de Teruel muestra los logros de la gamificación en la enseñanza del inglés

Luis Gil logra ‘cum laude’ en su tesis con un proyecto que aplicó en Estados Unidos
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A través del juego con proyectos en los que el alumnado colabora en su diseño se mejora la motivación en el aprendizaje del inglés como segunda lengua y se reduce significativamente la ansiedad lingüística. Estas son algunas de las principales conclusiones de la tesis doctoral que defendió en diciembre el turolense Luis Gil sobre gamificación educativa y que obtuvo la calificación cum laude y la opción a premio extraordinario con un proyecto de investigación-acción que llevó a cabo en Estados Unidos.

Gil, maestro y psicopedagogo, realizó su doctorado en la Uned en Filología Inglesa, en el área de Lingüística Aplicada (adquisición, enseñanza y aprendizaje de lenguas). Su tesis se ha basado en una propuesta didáctica que llevó a cabo en Estados Unidos, en Oklahoma, y que posteriormente también implementó en el colegio de Monreal del Campo.

“Estuve de profesor visitante en EEUU tres años. Impartía clases de inglés como lengua extranjera a alumnado cuya familia no hablaba inglés como primera lengua y a un grupo de estudiantes que acababan de llegar a Estados Unidos y venían de situaciones muy difíciles, de experiencias bastante traumáticas, eso me hizo pensar que no debía solo apoyarles a nivel lingüístico, sino también emocional”, explicó el profesor turolense.

A partir de ahí apostó por la gamificación como metodología y codiseñó con su alumnado una propuesta para la enseñanza de inglés y dedicó su tesis a analizar los resultados.

Los alumnos de Gil aprendiendo con el juego codiseñado con su profesor

Estudió cuáles eran los videojuegos favoritos de los niños, vió  qué era lo que les hacía únicos, qué les hacía prestar más atención o qué elementos les parecían más atractivos. El juego más popular era el Clash Royale. Analizó sus dinámicas de juego y valoró cuáles podía extrapolar al aula y creó junto a sus alumnos Class Royale ESL Edition. Había seis familias de cartas y cuatro niveles lo que permitía trabajar las diferentes destrezas lingüísticas.

La investigación analizó el comportamiento de los estudiantes en términos de atención y motivación. Se realizó un pretest y un postest para ver la evolución. La motivación aumentó un 20 %, confirmando una de las hipótesis de Gil, y hubo otro aspecto muy destacado que la ansiedad lingüística -el miedo a cometer errores- disminuyó un 60 %. “Fue un dato revelador. Al fin y al cabo el alumnado no sabía exactamente qué es lo que se esperaba de él, estaba en un sistema educativo nuevo en el que no sabía cómo interactuar y este proyecto tuvo un impacto positivo en su autoconfianza”, resaltó.

En el diseño de juego los niños fueron protagonistas y eligieron que la actividad fuera analógica que las recompensas fueran gemas como las de juego original y las tarjetas de las familias también. Así que el profesor turolense hizo un crowdfunding que le permitió elaborar todo el material con las tarjetas, los cofres, etc. El proyecto lo compartió a través de una web en la que cualquier docente lo puede descargar para ponerlo en práctica. EEUU es el país donde más descargas se han hecho, seguido de España y México. También ha llegado a lugares como Rusia, Italia, Francia o Korea. El 61% imparte docencia en Educación Primaria, el 29% en Educación Secundaria y el resto en otras enseñanzas (Educación Infantil, Formación Profesional, Escuelas Oficiales de Idiomas, Educación de Adultos, Universidad…).

Cuando volvió a España, Luis Gil también lo implementó con sus alumnos en Monreal del Campo, ya sin realizar un análisis científico de los resultados, pero con una percepción muy positiva.

“Algo en común que tienen los niños en los diferentes países en que he trabajo es la ilusión por jugar. Es un denominador común que les une a todos y es motivador. Lo único que es necesario es que nadie se quede atrás, proporcionarles las herramientas para que todo el mundo pueda evolucionar dentro de sus posibilidades”, resaltó el autor de esta tesis.