Toni Nadal, el pasado jueves en el Teatro Marín de Teruel
Toni Nadal, entrenador de tenis: “Todo se puede entrenar y todo se puede mejorar si hay voluntad y nos ilusionamos”
“Toda la familia teníamos asumida la retirada de Rafael”
Toni Nadal es conocido por ser el entrenador y tío de Rafael Nadal. Durante más de dos décadas acompañó al carismático jugador de tenis que esta semana ha dejado las pistas profesionalmente. En espera de que su sobrino reciba un homenaje como se merece, Toni Nadal estuvo en Teruel impartiendo una conferencia, en un evento organizado por la Concejalía de Cultura y que llenó el Teatro Marín.
-La conferencia se planteaba con la permisa si a un niño le enseñas el drive, también le puedes enseñar la voluntad. ¿La voluntad es un valor?
- Yo no hablo de valores más de la cuenta. Hablo de que entiendo que en la vida, según se vea de una determinada manera todo funciona mucho mejor. No tengo otra pretensión. Lo que digo es que prefiero entrenar a un chico bien educado que a un mal educado. Prefiero que el chico que entreno tenga respeto por el rival que no lo tenga, prefiero más que se esfuerce a que no. Creo que es lo que toca.
-Eso ¿se trabaja desde casa?
-Claro porque es el centro principal para transmitir la educación a los jóvenes.
-¿Cómo se inculca el esfuerzo?
-Yo creo que todo se inculca, lo primero con reflexión, lo segundo, las cosas no es lo que te enseñan, sino lo que tú estás dispuesto a aprender porque yo ya puedo inculcar el esfuerzo, pero si el que lo recibe no está dispuesto a hacerlo, no va a funcionar. No solo entrené a mi sobrino, entrené también a muchos chicos y actué casi siempre o siempre igual. No era un tema de hablar, era un tema de hacerlo. Porque yo no creo tanto en la representación como en la acción. La sociedad funciona mucho mejor de esa manera. Y cuando eres un entrenador, o eres alguien que está en contacto con chicos, tu labor no se limita al mero ámbito deportivo, en este caso tenístico, sino que tienes que intentar ayudar a la formación de los chicos.
-El deporte ¿cómo puede ayudar?
-Yo no soy para nada defensor de los valores del deporte. Los valores son intrínsecos a la persona, indistintamente que se dedique al deporte o que se dedique o cualquier otra actividad. En todo hay gente correcta y gente no correcta. En el mundo del deporte hay deportistas que actúan con valores y deportistas que no. Yo he visto tramposos en el mundo del deporte, los veo ahora jugando a golf con gente mayor que te hace trampas. Entonces los valores no son intrínsecos al deporte son intrínsecos a la persona.
-¿Cómo hay que convivir con los tramposos en el deporte? ¿Hay que desmascararlos?
-No solo los del deporte, sino a todos. A los tramposos hay que desmascararlos, faltaría más. Ojalá todos los que se acostumbran a hacer trampas en la sociedad tuviera el rechazo del resto de la gente, pero no pasa. Lo vemos a nivel político, lo vemos en muchos ámbitos. Cuando el que hace trampas es el nuestro, pues se lo permitimos.
-¿Alguna vez se ha encontrado con alguna situación en la que son los padres los que animan a hacer esas trampas?
-Claro que me he encontrado con situaciones de estas y la verdad es que no lo entiendo, porque no conduce a ningún sitio. Si tú ganas haciendo trampas, qué valor tiene eso. A la gente nos importa demasiado ganar y lo vemos constantemente, pero creo que es un muy mal hábito.
-¿Cómo está viviendo esta semana con la retirada de su sobrino Rafael Nadal?
-Toda la familia lo teníamos muy asumido. Desde hacía tiempo que Rafael me lo había comunicado, después presentó un vídeo diciendo que se iba. Y cuando además sabes que el cuerpo ya no da para más, pues lo tienes asumido. Después, te vienen a la memoria muchas de las cosas vividas, muy buenos momentos, momentos de ilusión. Pero yo soy una persona que procuro no exagerar nunca las cosas, ni para bien ni para mal. Y lo vivo con una cierta tristeza, pero también con bastante normalidad. Era una cosa que tenía que llegar, estábamos totalmente preparados para ello, ya ha llegado, y no hay mayor problema.
-Ha escrito dos libros, ¿qué ha querido transmitir en ellos?
-He escrito sobre todo uno, el segundo, colaboré porque un amigo mío me lo pidió. En mi libro -Todo se puede entrenar- parto de una idea muy clara. Lo único que pretendía en ese libro es transmitir mi manera de hacer, mi manera de entender el deporte, mi manera de entender la ilusión nuestra, la que teníamos Rafael y yo para alcanzar unos retos importantes y el camino que elegimos. Pero yo no pretendí nunca ni ser dogmático ni hacer creer que hicimos nada especial. En el libro transmití una idea, que es la que tengo bastante reflexionada, que es que todo se puede entrenar, como dice el título, aunque es incompleto porque debería decir “todo se puede mejorar”. Y yo creo que lo que quería transmitir es que en la vida, una de las cosas que marca la diferencia del ser humano con el resto del mundo animal es la capacidad de mejorar, la voluntad de mejorar. Lo mismo que la capacidad de ilusionarnos, que es otra de las grandes diferencias. Entiendo que tengo que mejorar, por encima de todo, mi cabeza. Yo le decía a Rafael, cuando era joven, que era muy difícil, sino casi imposible, que dominara la pelota si no era capaz de dominar su voluntad.
-¿Cómo era como entrenador?
-Yo fui un entrenador que, como no doy un gran valor al deporte, pues siempre intenté que el deporte fuera lo que era para los antiguos griegos: un complemento necesario en la formación del ser humano. Yo no hice nunca nada en una pista que no hubiera hecho fuera.
Aplicaba los mismos principios dentro que fuera y eso es lo que intenté trasladar en este libro. Y después entiendo que hay muchos caminos para alcanzar los objetivos. Yo propuse este y otros que han hecho cosas totalmente diferentes probablemente les ha ido igual o incluso mejor. No pretendo ser dogmático ni influir más de la cuenta, me limito a explicar lo que yo entiendo que tiene valor
-¿Cómo se prepara uno para la dificultad?
-Pues con hechos. Lo decía Goethe, el escritor alemán: El talento se construye en la calma, el carácter en la tempestad. Yo soy una persona que procuro ser lógica y aplicar el sentido común entiendo que la formación por encima de todo es dejar gente válida para el futuro. Ese es el valor de la formación.
-La conferencia se planteaba con la permisa si a un niño le enseñas el drive, también le puedes enseñar la voluntad. ¿La voluntad es un valor?
- Yo no hablo de valores más de la cuenta. Hablo de que entiendo que en la vida, según se vea de una determinada manera todo funciona mucho mejor. No tengo otra pretensión. Lo que digo es que prefiero entrenar a un chico bien educado que a un mal educado. Prefiero que el chico que entreno tenga respeto por el rival que no lo tenga, prefiero más que se esfuerce a que no. Creo que es lo que toca.
-Eso ¿se trabaja desde casa?
-Claro porque es el centro principal para transmitir la educación a los jóvenes.
-¿Cómo se inculca el esfuerzo?
-Yo creo que todo se inculca, lo primero con reflexión, lo segundo, las cosas no es lo que te enseñan, sino lo que tú estás dispuesto a aprender porque yo ya puedo inculcar el esfuerzo, pero si el que lo recibe no está dispuesto a hacerlo, no va a funcionar. No solo entrené a mi sobrino, entrené también a muchos chicos y actué casi siempre o siempre igual. No era un tema de hablar, era un tema de hacerlo. Porque yo no creo tanto en la representación como en la acción. La sociedad funciona mucho mejor de esa manera. Y cuando eres un entrenador, o eres alguien que está en contacto con chicos, tu labor no se limita al mero ámbito deportivo, en este caso tenístico, sino que tienes que intentar ayudar a la formación de los chicos.
-El deporte ¿cómo puede ayudar?
-Yo no soy para nada defensor de los valores del deporte. Los valores son intrínsecos a la persona, indistintamente que se dedique al deporte o que se dedique o cualquier otra actividad. En todo hay gente correcta y gente no correcta. En el mundo del deporte hay deportistas que actúan con valores y deportistas que no. Yo he visto tramposos en el mundo del deporte, los veo ahora jugando a golf con gente mayor que te hace trampas. Entonces los valores no son intrínsecos al deporte son intrínsecos a la persona.
-¿Cómo hay que convivir con los tramposos en el deporte? ¿Hay que desmascararlos?
-No solo los del deporte, sino a todos. A los tramposos hay que desmascararlos, faltaría más. Ojalá todos los que se acostumbran a hacer trampas en la sociedad tuviera el rechazo del resto de la gente, pero no pasa. Lo vemos a nivel político, lo vemos en muchos ámbitos. Cuando el que hace trampas es el nuestro, pues se lo permitimos.
-¿Alguna vez se ha encontrado con alguna situación en la que son los padres los que animan a hacer esas trampas?
-Claro que me he encontrado con situaciones de estas y la verdad es que no lo entiendo, porque no conduce a ningún sitio. Si tú ganas haciendo trampas, qué valor tiene eso. A la gente nos importa demasiado ganar y lo vemos constantemente, pero creo que es un muy mal hábito.
-¿Cómo está viviendo esta semana con la retirada de su sobrino Rafael Nadal?
-Toda la familia lo teníamos muy asumido. Desde hacía tiempo que Rafael me lo había comunicado, después presentó un vídeo diciendo que se iba. Y cuando además sabes que el cuerpo ya no da para más, pues lo tienes asumido. Después, te vienen a la memoria muchas de las cosas vividas, muy buenos momentos, momentos de ilusión. Pero yo soy una persona que procuro no exagerar nunca las cosas, ni para bien ni para mal. Y lo vivo con una cierta tristeza, pero también con bastante normalidad. Era una cosa que tenía que llegar, estábamos totalmente preparados para ello, ya ha llegado, y no hay mayor problema.
-Ha escrito dos libros, ¿qué ha querido transmitir en ellos?
-He escrito sobre todo uno, el segundo, colaboré porque un amigo mío me lo pidió. En mi libro -Todo se puede entrenar- parto de una idea muy clara. Lo único que pretendía en ese libro es transmitir mi manera de hacer, mi manera de entender el deporte, mi manera de entender la ilusión nuestra, la que teníamos Rafael y yo para alcanzar unos retos importantes y el camino que elegimos. Pero yo no pretendí nunca ni ser dogmático ni hacer creer que hicimos nada especial. En el libro transmití una idea, que es la que tengo bastante reflexionada, que es que todo se puede entrenar, como dice el título, aunque es incompleto porque debería decir “todo se puede mejorar”. Y yo creo que lo que quería transmitir es que en la vida, una de las cosas que marca la diferencia del ser humano con el resto del mundo animal es la capacidad de mejorar, la voluntad de mejorar. Lo mismo que la capacidad de ilusionarnos, que es otra de las grandes diferencias. Entiendo que tengo que mejorar, por encima de todo, mi cabeza. Yo le decía a Rafael, cuando era joven, que era muy difícil, sino casi imposible, que dominara la pelota si no era capaz de dominar su voluntad.
-¿Cómo era como entrenador?
-Yo fui un entrenador que, como no doy un gran valor al deporte, pues siempre intenté que el deporte fuera lo que era para los antiguos griegos: un complemento necesario en la formación del ser humano. Yo no hice nunca nada en una pista que no hubiera hecho fuera.
Aplicaba los mismos principios dentro que fuera y eso es lo que intenté trasladar en este libro. Y después entiendo que hay muchos caminos para alcanzar los objetivos. Yo propuse este y otros que han hecho cosas totalmente diferentes probablemente les ha ido igual o incluso mejor. No pretendo ser dogmático ni influir más de la cuenta, me limito a explicar lo que yo entiendo que tiene valor
-¿Cómo se prepara uno para la dificultad?
-Pues con hechos. Lo decía Goethe, el escritor alemán: El talento se construye en la calma, el carácter en la tempestad. Yo soy una persona que procuro ser lógica y aplicar el sentido común entiendo que la formación por encima de todo es dejar gente válida para el futuro. Ese es el valor de la formación.