Teruel tiene uno de los registros más importantes de ornitópodos del país con cinco especies únicas
Los hallazgos de estos dinosaurios en la provincia han aportado diversidad al registro español y mundialTeruel cuenta con uno de los registros más espectaculares de ornitópodos, unos dinosaurios que poblaron los ecosistemas del Mesozoico moviéndose en grandes manadas como lo hacen hoy los antílopes en la sabana africana. En la provincia se han definido cuatro nuevos géneros, además de una nueva especie de Iguanodon, un dinosaurio icónico que fue descrito por primera vez hace 200 años en Inglaterra. Al cumplirse dos siglos del nacimiento de la dinosauriología mundial, los ornitópodos turolenses han aportado diversidad al registro español e internacional de estos dinosaurios cuyas dimensiones oscilaban entre los 2 y los 11 metros de largo. La última incorporación se produjo el año pasado con la publicación científica de Oblitosaurus bunnueli, hallado en Riodeva.
Iguanodon junto con Megalosaurus fueron los dos primeros dinosaurios que la comunidad científica dio a conocer al mundo hace dos siglos. Fue en la Inglaterra victoriana, mientras que en España los primeros registros de dinosaurios se publicaron también en el siglo XIX y se asociaron a Iguanodon. Aparecieron en la localidad turolense de Utrillas y en la castellonense de Morella, con lo cual los ornitópodos han sido especialmente relevantes para la dinosauriología española, aunque no ha sido hasta las tres últimas décadas con el desarrollo de esta ciencia en el país cuando se han empezado a describir nuevos géneros y especies.
Al cumplirse el segundo centenario de la dinosauriología mundial, los ornitópodos hallados en la provincia de Teruel conforman uno de los registros más importantes de estos dinosaurios descubiertos en España.
En total se han descrito cinco nuevos géneros y especies turolenses gracias al trabajo desarrollado por la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y el Grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza. Si a esos hallazgos se suman los dos nuevos ornitópodos definidos en la provincia de Huesca, Aragón acumula la mitad de los descubrimientos de esta clase de dinosaurios que se han producido en el país. Bien es cierto que Lleida le sigue los pasos puesto que en su provincia se han hallado otras seis nuevas especies.
En toda España se han descrito dieciséis nuevos géneros de estos animales desde que en 1993 se publicó en Lleida el ornitópodo Pararhabdodon isonensis. Tuvo que pasar más de una década hasta que se definió en la misma provincia otro nuevo género de esta familia de dinosaurios, al que se bautizó con el nombre de Koutalisaurus kohlerorum.
El tercer ornitópodo descrito en el país llegó en 2009, Arenysaurus ardevoli, hallado en Huesca, y un año después se publicó otro de estos dinosaurios, también oscense, Blasisaurus canudoi.
La provincia de Teruel se sumó a la lista en 2011 con el quinto ornitópodo descubierto en España, si bien habría que remontarse a 1872 cuando Juan Vilanova y Piera documentó en Utrillas y Morella los primeros restos de dinosaurios españoles que asignó a la especie Iguanodon, que había definido Gideon Mantell en Inglaterra en 1825.
El primer ornitópodo turolense descrito como un nuevo género y especie dentro del registro mundial fue Delapparentia turolensis y estuvo a cargo de paleontólogos del Grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza, al igual que el siguiente, publicado un año después con el nombre Gideonmantellia amosanjuanae. Los fósiles de ambos pertenecían a la colección de José María Herrero en Galve, cuyo museo alberga estos materiales en las nuevas instalaciones museísticas que se abrieron el año pasado.
En 2012 se sumó otro nuevo género de ornitópodo en la provincia de Teruel, Proa valdearinnoensis, por parte del equipo de la Fundación Dinópolis y cuyos restos, de varios ejemplares, fueron hallados en la Mina Santa María de Ariño.
La Fundación Dinópolis sumó en 2015, el mismo año que en Castellón se publicó Morellando beltrani, una nueva aportación con la descripción de la especie Iguanodon galvensis tras el hallazgo de una guardería de dinosaurios en la mina de arcilla de Galve. Galvensis es una variante del mítico dinosaurio descrito hace dos siglos por Gideon Mantell en Inglaterra. El espectacular fósil de Iguanodon de Aliaga que se exhibe en el Museo Aragonés de Paleontología de Dinópolis también acabó asignándose a la nueva especie galvensis de este ornitópodo.
A la cabeza
La provincia de Teruel se colocó a la cabeza de los ornitópodos españoles, si bien después llegaron los hallazgos en Soria de Magnamanus soriaensis en 2016, y en años sucesivos en Lleida los de Adynomosaurus arcanus, Pareisactus evrostos, Fylax thyrakolasus y Calvarius rapidus.
El último nuevo género de ornitópodo hallado en España es también turolense y se llama Oblitosaurus bunnueli. Se describió hace justo un año en la provincia de Teruel por parte de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, y es un ejemplar excepcional porque con sus 7 metros de largo está considerado como el ornitópodo de mayor tamaño del Jurásico de Europa. La evolución llevaría a esta clase de dinosaurios a aumentar de tamaño durante el siguiente periodo geológico, el Cretácico.
Los fósiles de Oblitosaurus bunnueli, cuyo nombre quiere decir el lagarto olvidado de Buñuel, aparecieron en el yacimiento de Barrihonda-El Humero a principios de este siglo. Es el mismo lugar donde se encontró Turiasaurus. Su estudio posterior determinó que se trataba de una nueva clase de ornitópodo que vivió entre hace 150 y 145 millones de años aproximadamente.
Los fósiles de este nuevo género de ornitópodo pueden verse en la vitrina de novedades del Museo Aragonés de Paleontología de Dinópolis, y está pendiente de exhibirse al público una reconstrucción en vida a tamaño natural de cómo era este animal que ha hecho la Fundación Dinópolis.
El ornitópodo más pequeño aparecido en la provincia es Gideonmantellia amosanjuanae. En vida mediría apenas 2 metros de largo y durante mucho tiempo se pensó que se trataba de un Hypsilophodon. Una revisión de los materiales llevada a cabo por el Grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza determinó que se trataba de un nuevo género y especie.
El fósil de Galve corresponde a un ejemplar juvenil de un metro de longitud, aunque al crecer habría duplicado su tamaño. Vivió en el Cretácico Temprano entre hace 129 y 125 millones de años. Las investigaciones de los más de 100 huesos que José María Herrero encontró de este ejemplar en Galve, han llevado a la conclusión de que era muy rápido al poseer un esqueleto liviano que le permitía adquirir grandes velocidades para huir de los depredadores.
El nombre científico de Gideomantellia amosanjuanae hace referencia a Gideon Mantell, el naturalista británico que describió el género Iguanodon en el siglo XIX, y a la científica de la Universidad de Zaragoza María Olga Amo Sanjuán. Este ejemplar es, de momento, el esqueleto más completo de un ornitópodo en España. En el Museo de Paleontología José María Herrero de Galve se ha hecho una reconstrucción en vida de este animal que lo muestra con el cuerpo parcialmente cubierto por filamentos (protoplumas), si bien su cola y patas presentan escamas como si fuese un ave.
Otras especies
De Galve son también Iguanodon galvensis y Delapparentia turolensis, dos ornitópodos del Cretático Temprano, el primero de los cuales estaría datado entre hace 129 y 120 millones de años, y el segundo entre 129 y 125 millones de años. Ambos habrían alcanzado dimensiones similares con una longitud de 11 metros y un peso estimado de 4 toneladas.
Iguanodon toma su nombre de “diente de iguana”, como lo acuñó quien describió este género, Gideon Mantell, y lo que es nuevo es la especie de Teruel. Es decir, se trata de un Iguanodon pero con rasgos que lo diferencian en algunos aspectos, de ahí que no se haya clasificado dentro de la especie bernissartensis como es la original, sino que se le haya atribuido una nueva a la que se ha llamado galvensis en honor a Galve.
A esta especie corresponderían tanto los ejemplares de distintas edades excavados en la mina de arcilla de Galve, en una zona de anidamiento, como el de Aliaga, que se conocía con anterioridad y que fue asignado a ella después.
El yacimiento apareció en la cantera de arcillas de Sibelco en Galve y fue encontrado por los paleontólogos de la Fundación Dinópolis en las labores de control que hacen. Determinaron que era una guardería, una zona donde estaban las crías de una manada y que pudieron verse afectadas por el cauce fluvial que pasaba a su lado. Los fósiles pueden verse en el Museo Aragonés de Paleontología en una vitrina especial que alberga algunos de los huesos encontrados pertenecientes a un individuo adulto, uno juvenil y 13 crías. De estas últimas aparecieron más de un millar de huesos. En otro espacio se exhibe el fósil del ornitópodo de Aliaga, también de la especie Iguanodon galvensis, y su reconstrucción corpórea se encuentran en el área de Tierra Magna.
En los años 60 del pasado siglo, el paleontólogo francés Albert F. de Lapparent estudió los fósiles de dinosaurios que había encontrado Herrero en Galve y publicó entre ellos varias vértebras de la cola y el cuello, así como huesos de la cadera, que atribuyó a Iguanodon. Es uno de los fósiles emblemáticos e históricos de la provincia, un material muy bonito que cuando se inauguró Dinópolis se exhibió al principio en la sede central, hasta que se abrió el satélite de Galve, donde se expone desde entonces.
En 2011, una revisión de estos fósiles publicada en la revista científica Estudios Geológicos determinó que se trataba de un nuevo género que fue bautizado con el nombre Delapparentia turolensis en honor al paleontólogo Lapparent. Este ejemplar hallado en el yacimiento La Maca de Galve sería prácticamente similar a Iguanodon. Hay fósiles de este dinosaurio que pueden verse en la sede de Legendark de Dinópolis y otros en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza. A partir de su estudio, los científicos determinaron que era un ejemplar anciano por la presencia de algunos elementos fusionados de su esqueleto.
‘Proa valdearinnoensis’
El quinto ornitópodo con nombre propio hallado en la provincia de Teruel es Proa valdearinnoensis, un dinosaurio que ha dado muchas alegrías a los investigadores, y cuyo esqueleto original montado puede verse en la Sala de los Dinosaurios del Museo Aragonés de Paleontología en Dinópolis junto con el de ÂÂÂÂÂÂÂÂÂÂEuropelta carbonensis.
Proa es también un iguanodontio al estar emparentado con Iguanodon. Lo describió la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis a partir de varios ejemplares excavados en la mina Santa María de Ariño, de ahí su nombre. El género alude a la proa de un barco por la similitud que la misma tiene con el fósil del predentario (pico) del dinosaurio, que es el hueso más característico de este animal para identificarlo. El nombre de la especie se refiere a la Val de Ariño.
Tan listo como el depredador
Este ornitópodo llegó a ser portada de la prestigiosa revista científica norteamericana Journal of Comparative Neurology, después de que investigadores de la Fundación Dinópolis y de la Fundación ARAID publicasen en la misma un artículo sobre el tamaño del encéfalo del animal. El trabajo de paleoneurología se hizo con la colaboración del escáner del Hospital Obispo Polanco de Teruel y determinó que estos ornitópodos pudieron haber sido tan listos como sus depredadores carnívoros.
Además, cuenta con el mérito de haber sido el primer esqueleto original de un dinosaurio montado en España para su exhibición pública. Está en el Museo de Dinópolis desde 2015 y el año pasado se incorporaron más fósiles al montaje original, pasando de 135 a 169. Es uno de los contenidos de Dinópolis que no puede perderse uno al visitar el parque paleontológico por su excepcionalidad; algo que es común a todos los ornitópodos descritos en la provincia por su singularidad, que convierte a estos dinosaurios en una de las grandes familias de reptiles gigantes que poblaron Teruel en el Mesozoico y que hoy no dejan de fascinar.
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