Solicitan más de tres años de prisión por defraudar un año el pago de la luz de un bar
La responsable está acusada de poner a nombre de otra persona el abono de las facturas tras falsificar su firmaLa Fiscalía y la acusación particular pidieron el martes para una mujer acusada de estafa penas de prisión que van de los 3 años y medio a los 5 años y medio por haber defraudado presuntamente el pago de la factura de la luz de un bar durante un año, después de haber puesto a nombre de otra persona el contrato de suministro y el abono de las facturas tras falsificar su firma. La acusada negó que hubiese falsificado nada y argumentó que todo podía ser un “error” ajeno a ella.
El juicio quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Teruel, donde la víctima, de un pueblo de Zaragoza, vio por primera vez la cara de la acusada, C. B. S., que regenta un bar en una localidad del Bajo Aragón y que se sentó en el banquillo acusada de los delitos de estafa, usurpación indebida y falsedad de documento.
De acuerdo con la Fiscalía y la acusación particular, la acusada habría eludido durante un año, entre octubre de 2018 y septiembre de 2019, el pago de la factura eléctrica de su bar, que ascendió a 5.490,69 euros y que Endesa reclamó a la otra persona porque es la que figuraba en el contrato.
La compañía eléctrica, al no poder cobrar las facturas porque el número de cuenta facilitado al hacer el contrato no existía, acabó llamando a la mujer a cuyo nombre estaba el mismo, y esta se sorprendió porque no tenía relación alguna ni con el bar ni con su titular.
La empresa eléctrica presentó un monitorio contra la persona que figuraba como titular, un procedimiento judicial de reclamación de cantidad, y lo perdió al demostrarse que la firma del contrato era falsa. La eléctrica no pudo cobrar el dinero de la deuda que se había generado a nombre de esta persona, porque el número de cuenta era falso, y a raíz de entonces la encargada del bar suscribió otro contrato, esta vez sí a su nombre.
La víctima, una mujer de un pueblo zaragozano que jamás había tenido relación con el municipio turolense donde está el bar ni con la responsable del mismo, emprendió entonces acciones judiciales contra esta. Le acusa de haber utilizado su número de DNI y de haber falsificado su firma para suscribir el contrato de la luz. No se conocían de nada, así que se desconoce cómo pudo conseguir una fotografía de su documento de identidad para falsificar la firma, ya que este extremo no se aclaró en el juicio.
La acusación particular en representación de la víctima acusó a la responsable del bar de usurpación de identidad, falsedad y estafa. Por el primer delito le pidió un año de prisión, por el segundo otro año y por el tercero tres años y seis meses. Además, solicitó en la vista una multa de 2.160 euros, así como indemnizar con 5.490 euros a la empresa eléctrica, y con 1.000 euros a la víctima por los daños causados.
El ministerio público reclamó también una pena de tres años y seis meses por el dedito de estafa, además de una multa de 2.160 euros y las mismas cantidades que la acusación particular en concepto de responsabilidad civil. La empresa eléctrica no se personó en el procedimiento aunque podría hacerlo en ejecución de la sentencia, si es condenatoria, para reclamar la indemnización.
La defensa alega un error
La defensa pidió una sentencia absolutoria con el argumento de que la acusada no se había beneficiado de nada y había sido perjudicada por igual. “Aquí hay un error y no sé de quién ni por parte de quién”, aseguró. En su último turno de palabra la acusada insistió en que no había falsificado nada, que no conocía a la otra mujer y que lo estaba “pasando mal”, y dijo que estaba con una “depresión muy gorda” por algo que ella no había hecho. “Puede ser un error de ellos”, dijo en referencia a la compañía eléctrica.
Durante su declaración, la acusada manifestó que no se percató de lo que estaba pasando porque no miraba las cuentas, a pesar de que como advirtió el ministerio público había meses que la factura energética era de 500 euros y se incluía en la contabilidad como gastos del bar.
La gerente del bar tiene arrendado el local e inicialmente lo que tuvo es domiciliado el pago de la luz a su nombre, pero después, por algún problema que hubo, se cambió el titular del contrato, que es cuando apareció a nombre de la víctima, una mujer sin vínculos con el pueblo donde está el bar y que se encontró con la sorpresa cuando le llamaron de la empresa eléctrica para reclamarle los pagos sin saber de qué le estaban hablando.
La víctima dijo que le llamaron tres veces para reclamar y que ganó el juicio por reclamación de cantidad porque demostró que la firma había sido falsificada. El martes también declaró la perito calígrafo como prueba perificial y aseguró que la firma estampada en el contrato está falsificada. Aclaró que no pudo realizarse cotejo con la caligrafía de la acusada para ver si había sido ella porque esa comparativa no se le solicitó en el informe.
En la vista también declaró el propietario del bar, que tiene alquilado el local a la acusada, y sobre cuya declaración el fiscal aseguró que había entrado en contradicción con lo manifestado previamente en la instrucción. El ministerio público consideró que podría haber estado en connivencia con la acusada pero que no se habían encontrado pruebas contra él.
En el juicio quedaron muchas incógnitas sobre la manera como pudo apropiarse la acusada de una copia del DNI de la víctima, puesto que lo habría usado tanto para dar su número en el contrato como para copiar la firma y falsificarla. La abogada de la acusación argumentó que había conseguido una fotografía sin saber cómo, pero en la vista no quedó probado cómo pudo hacerse con él.
Tampoco se aclaró en el juicio cómo pudo resultar tan fácil que la empresa hiciera el contrato a nombre de otra persona. El fiscal insistió tras celebrarse la vista en la importancia de que la gente preserve sus datos personales para evitar este tipo de estafas.