Solicitan 15 años de prisión por una presunta agresión sexual a una sobrina
Los hechos ocurrieron en la vivienda de los tíos y la víctima tenía once añosLa Fiscalía y la acusación particular pidieron este martes 15 años de prisión para un hombre acusado de agredir sexualmente a su sobrina, de 11 años de edad en el momento en que ocurrieron los hechos durante el puente del Pilar de 2022. El caso quedó visto para sentencia en la Audiencia Provincial tras un juicio en el que el acusado insistió en que no se había producido tal agresión sexual, al igual que manifestó su compañera sentimental, que se encontraba en ese momento en la vivienda que comparten en un pueblo de la Comarca del Jiloca.
El tío de la menor está acusado de un presunto delito de agresión sexual a una menor de edad y la pena que pide tanto el ministerio fiscal como la acusación particular son 15 años de cárcel. La fiscal solicitó además el pago de una indemnización a la víctima de 10.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los afecciones psicológicas causadas a la menor al padecer trastorno depresivo y ansiedad.
El abogado de la defensa solicitó la libre absolución al considerar que no se había producido ninguna agresión sexual y que las acusaciones no habían aportado ninguna prueba de cargo que dijese lo contrario, por lo que pidió que se hiciese valer la presunción de inocencia.
El hombre declaró después de que lo hicieran el resto de los testigos al solicitarlo así su abogado, y negó que nada de lo que había dicho la menor hubiese ocurrido. La víctima no declaró en el juicio al ser menor de edad y lo que se practicó fue una prueba preconstituida, que consistió en una grabación previa que se reprodujo durante la vista oral, en la que explicó lo ocurrido en una conversación con técnicos judiciales especializados en esta clase de asuntos para tratar con menores.
Los hechos presuntamente delictivos ocurrieron en el puente del Pilar del año 2022, cuando la menor viajó a la casa de sus tíos en un pueblo del Jiloca para pasar unos días sola con ellos. La madre de la menor es prima hermana de la mujer del presunto agresor, con lo cual este no es tío carnal sino político.
Fueron la madre y el padrastro de la víctima los que la llevaron a la casa de los tíos en la provincia de Teruel desde Zaragoza, en donde residen junto con otra hija. La niña de once años pasó varios días en la casa de sus tíos y durante el relato de los hechos en la prueba preconstituida explicó que la noche anterior al Pilar su tío intentó besarla, y que a la mañana siguiente la despertó de la cama, la bajó al salón y allí la desnudó, le tocó sus partes íntimas y le metió los dedos, y empezó a penetrarla analmente aunque no terminó.
En ese momento la tía dormía en una planta superior de la vivienda junto con el niño de 3 años que tiene con el acusado, que negó por su parte en la vista oral que hubiese pasado nada de lo relatado por la menor, y que desconocía por qué le acusaba de semejantes hechos.
La menor dijo también que ese mismo día, cuando estaban en el Parque de Atracciones de Zaragoza con otros familiares, se le acercó su tío para preguntarle si le había gustado y que se había quedado con ganas de hacerlo otra vez. Las manifestaciones de la menor con sus expresiones textuales costó seguirlas en el juicio por la audición y los cortes que se producían en la grabación.
Tras aquel suceso la menor no dijo nada hasta seis meses después cuando lo contó a unas compañeras en el colegio, se enteró una profesora y lo puso en conocimiento de la jefatura de estudios, activándose el protocolo para estos casos. Lo comunicaron a los padres y estos presentaron una denuncia en la Guardia Civil en Zaragoza, que es la provincia donde viven.
Cuando la víctima le contó a su profesora lo ocurrido fue en abril de 2023, seis meses después, y según declaró la docente le explicó que había sufrido “abusos” y “acoso”, porque además de lo ocurrido aquel día su tío le había estado mandando mensajes por el móvil. La profesora explicó que había afectado en el rendimiento escolar de la menor, a la que se refirió como alumna ejemplar, y que incluso tuvieron que activar el protocolo por ideación suicida.
Temor y amenazas
Según los testimonios de la menor, refrendados por los de la profesora en la vista oral, no dijo nada por temor, ya que según ella su tío le había amenazado si decía algo y además temía que no le creyesen. A raíz de entonces la víctima estuvo sometida a tratamiento psicológico y la madre explicó en el juicio que en agosto de este año le dieron el alta, pero que tenía que volver a llevarla porque había tenido una “recaída” ya que durante el último mes no se le iba de la cabeza.
La noche en la que la niña denunció que su tío intentó besarla en dos ocasiones cuando estaban solos en el salón de la vivienda, cenó en la casa también el suegro del acusado, que en su declaración en el juicio dijo que él estaba allí y no ocurrió nada de lo que había dicho la menor.
La mujer del acusado declaró que si su compañero se hubiese levantado de la cama y hubiera ocurrido lo que la menor dijo que pasó, se hubiese enterado porque tiene el despertar fácil, y que no fue así. Comentó que fue ella la primera que se levantó, preparó el desayuno y despertó tanto a su pareja como a la sobrina.
Las peritos psicólogas dijeron que el relato de la menor era coherente y consistente, y que la ansiedad y depresión era compatible con los hechos denunciados. AâÂÂÂÂpreguntas de la defensa sobre anteriores problemas de la menor, dijeron que la sintomatología apareció en los meses posteriores al supuesto abuso.