Sermón de las Tortillas de Teruel: Un origen entre lo religioso y lo civil, con raíces en el mundo medieval
En el siglo XIX se citan las primeras referencias a la fiestaLa creencia general sitúa el origen de la celebración del Sermón de las Tortillas fundamentalmente en dos tradiciones. Una relaciona la celebración de esta fiesta con la renovación anual de los oficios municipales del Concejo de Teruel y la otra, con la misa de réquiem en la ermita de la Villa Vieja.
El historiador Serafín Aldecoa cree que la promoción de esta fiesta es más probable que esté relacionada con la parte religiosa y con alguna limosna, que era la manera de atraer a la gente, especialmente en épocas de carestía.
Así y todo, es en el siglo XIX cuando encontramos las referencias escritas más antiguas sobre la fiesta con su concepción actual, según recoge José Manuel Abad en un texto en el que repasa esta tradición.
Abad detalla que en los Estatutos de la Hermandad de la Villa Vieja de 1899 se recogían los actos lúdicos en “las vísperas que se cantan en la ermita de Nuestra Señora de la Villa Vieja la tarde del tercer día de Pascua de Resurrección de cada año”. Actos que se concretaban, continúa Abad en su texto citando los Estatutos en “un refresco que se da a los señores sacerdotes de la hermandad, señor predicador, junta de cargos y demás cofrades (…) en la ermita o en la iglesia de San Martín, según el estado atmosférico”, y que tenían su correspondiente manifestación popular entre el público que se esparcía en los alrededores para merendar roscas y tortillas, que sirvió para bautizar con este sobrenombre a la fiesta, según recoge el semanario Heraldo de Teruel en abril de 1897, primera vez de que consta ese nombre, según Abad.
Tras el parón de la Guerra Civil, en los años cuarenta y cincuenta hubo un cierto renacer de la fiesta y en los sesenta, continúa Abad, la titularidad de la fiesta se trasvasa, por su fuerte impacto popular, al Consistorio, aunque la hermandad la siga recogiendo en sus Estatutos del año 2000.
También encontramos referencias sobre la historia del Sermón precisamente en la hemeroteca de este periódico. Hace 25 años se publicaba un relato del libro La Semana Santa en Teruel, Apuntes históricos 4, por Carlos Hernández.
Recoge las palabras del padre Nicanor Abad, paúl: “El martes de Pascua de Resurrección se celebraba una fiesta religiosa en honor de Nuestra Señora de Villavieja. Toda la ciudad, después de comer, se encaminaba hacia el antiguo convento de Capuchinos, con su cesta bien surtida de alimentos. En la fiambrera nunca solía faltar una apetitosa tortilla española que cualquier mujer de esta tierra sabe hacer con inmejorable perfección. Por eso a esta imagen de la Virgen se llama popularmente la “Virgen de las Tortillas”.
Decía que se iniciaba la jornada sobre las cuatro de la tarde con una función religiosa, unos rezos, unos cantos y el sermón, que siempre se encargaba a un predicador importante. Terminados los cultos’, continuaba, ‘las familias se dirigían a los alrededores para merendar, beber y cantar. Los sitios elegidos eran Los Baños, las Atarazanas, el Martinete, la Fuente de los Fabianes y la bien famosa Cuesta de la Cera, explicaba Carlos Hernández en su texto. Allí comían tortillas, de diferentes clases, y de postre la “rosca” que en otros sitios se conocía como “mona de Pascua”.
La fiesta se empezó a celebrar en este convento, continúa, en 1720, fecha en que se construyó el edificio y el último sermón que fue dicho en esta fiesta de Resurrección, tuvo lugar en 1935, pues unos meses más tarde, el 10 de diciembre, los P. Paúles se vieron obligados a abandonar el viejo convento de Capuchinos.
Festejo taurino
Las vaquillas del festejo taurino se han convertido, al calor de la afición por el mundo de los toros de la ciudad, como otra de las citas de este martes de Pascua, como el broche final para quienes han disfrutado en el campo. Este 2019 el festejo conmemora 20 años desde su recuperación a manos de un grupo de aficionados que, explican, recogieron firmas para que este evento, hasta entonces intermitente, se hiciese de manera estable.