Satué invita a superar el individualismo en la celebración del Corpus Christi
Un centenar de niños cumplen la tradicion de lanzar pétalos a la CustodiaJosé Antonio Satué, obispo de Teruel y Albarracín, invitó a los creyentes a “superar el individualismo, la indiferencia y el sálvese quién pueda” durante su tradicional intervención en la plaza del Torico, con motivo de la festividad del Corpus Christi. Satué insistió en que “la fiesta del pan”, que celebra la Eucaristía el jueves posterior a la Santísima Trinidad, “no hace referencia únicamente al pan que nos alimenta y sacia nuestro hambre”, que también, sino “al pan que alimenta la fraternidad y la solidaridad afectiva y efectiva con muchas personas que sufren en su cuerpo o en su alma”, y el pan que acaba con “el hambre de sentido y de esperanza, que en alguna ocasión nos ha hecho a todos sentir desmotivados y desilusionados, afectados por el ambiente de desánimo en el que vivimos inmersos”.
Lo hizo arropado por un centenar de niños que han tomado la primera comunión a lo largo del mes pasado, y que participaron en la procesión y en el tradicional acto de lanzamiento de pétalos de rosas a la Custodia Mayor de la Catedral de Santa María de Mediavilla, donde una hora antes había tenido lugar la misa oficiada por el propio Obispo. Una de las misas que más fieles reúnen en la catedral a lo largo del año, y que de hecho obligó a colocar numerosas sillas de plástico para acoger a todas las personas.
Durante esa misa Satué se dirigió especialmente a los niños, por ser aquellos que han tomado la comunión durante este años los protagonistas. En ese sentido el obispo tiró de didáctica para explicar el concepto del Corpus Christi, que resumió en tres términos centrales: cuerpo, pan y pobreza. “Cuerpo entendido como la reunión de diferentes partes y miembros que forman un todo; pan como el alimento que nutre ese cuerpo pero también el espíritu; y pobreza porque cuando hacemos el bien a un necesitado, no solo de pan para saciar su hambre, sino también de compañía, de atención o de amistad, somos bendecidos por Dios”, explicó.
Tras esa homilía arrancó la procesión, desde la plaza de la Catedral hasta el Torico, pasando por la Marquesa, y después de regreso a la plaza del Ayuntamiento por Yagüe de Salas, acompañados como siempre por la Banda de Música Santa Cecilia de Teruel, que ofreció marchas como Triunfal, Hosana, Nuestro Padre Jesús o el Himno Nacional de España.
Por detrás de los niños comulgantes procesionó la peana del Corpus con la Custodia Mayor, una pieza realizada en 1742 por el platero cordobés Bernabé García de los Reyes, por encargo del obispo de Teruel Francisco Pérez Prado, nacido en Aranda de Duero en 1678 y tan riguroso que en ocasiones provocó conflictos por la prohibición vía edicto de actos como bailes, corridas de toros o fuegos artificiales. El caso es que esa custodia, que mandó engarzar hace casi tres siglos, está considerado uno de los tesoros catedralicios de Teruel como muestra de la tradición de la platería cordobesa en Teruel.
La celebración del Corpus Christi supuso además el regreso a la completa normalidad tras varios años de diferentes vicisitudes: el año pasado no pudo tener lugar la procesión por la abundante lluvia que descargó, y en 2022 se celebró bajo un sofocante calor y todo el protagonismo fue para el Torico, que horas antes de la procesión había caído de su columna al retirar las sogas que la prendían precisamente para que pudiera pasar la custodia. Y en 2021 tuvo la particularidad de retomar la tradición después de un año en blanco, el de 2020, en el que la Pandemia de coronavirus obligó a cancelarla.