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Rosa María Sánchez Casas, delegada territorial del Gobierno de Aragón en Teruel: “Vivimos un momento dulce de desarrollo, de emprendimiento y  de políticas pensadas para Teruel” Rosa María Sánchez Casas, delegada territorial del Gobierno de Aragón en Teruel: “Vivimos un momento dulce de desarrollo, de emprendimiento y  de políticas pensadas para Teruel”
Rosa María Sánchez Casas en su despacho de la Delegación Territorial del Gobierno de Aragón en Teruel

Rosa María Sánchez Casas, delegada territorial del Gobierno de Aragón en Teruel: “Vivimos un momento dulce de desarrollo, de emprendimiento y de políticas pensadas para Teruel”

“Luchar contra la despoblación a veces es tan sencillo como dirigir esfuerzos básicos, simples, que no compliquen más la situación de los pueblos”
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Rosa María Sánchez Casas (PP) fue nombrada hace poco más de un mes delegada territorial del Gobierno de Aragón en Teruel. Asegura que está tomando todavía contacto con esta nueva responsabilidad política, pero tiene claro que su compromiso es la cercanía con los ciudadanos. “El territorio alberga la sabiduría, y creo que la función de la Delegación Territorial es que haya proximidad”, sostiene. Considera que “vivimos un momento dulce de desarrollo, de emprendimiento y de políticas pensadas para Teruel” debido a que el presidente Jorge Azcón “tiene muy presente a la provincia, como no se ha tenido nunca”. Reconoce que hay que ser realistas en la lucha contra la despoblación, y que a veces es “tan sencillo como dirigir esfuerzos básicos, simples, que no compliquen más la situación” de los pueblos.

-Acaba de llegar a la Delegación Territorial, ¿qué tal se está adaptando a sus nuevas responsabilidades?

-Pues la verdad es que muy bien, es un honor y un privilegio, un compromiso importante también y una responsabilidad. Yo creo que voy paso a paso, porque es mi forma de ser. Primero hay que conocer la Delegación, toda su estructura, la normativa que nos regula, sus funciones, y en eso estoy ahora mismo, en hacer una radiografía actual de cómo está para poco a poco adquirir un criterio propio de cómo llevarla adelante a partir de este momento.

-Es la primera vez que tiene una responsabilidad en la Administración autonómica, ¿cómo se siente en este ámbito público de mayores dimensiones de lo que conocía hasta ahora a nivel local y en la DPT?

-Insisto en que para tener un criterio tengo que empaparme bien de todos los contenidos, de las formas de trabajar, de las funciones. Ahora me siento todavía muy pequeña, pero espero estar a la altura y evolucionar en la responsabilidad que tengo, sobre todo para dar esa visibilidad al Gobierno de Aragón aquí institucionalmente, en la provincia, y luego para ser engranaje de esa labor administrativa que especialmente tienen las competencias de la delegación.

-Es también la primera mujer en asumir este cargo, ¿qué talante le imprimirá?

-Lo que me gusta es estar muy cerca de la gente, y precisamente yo creo que la Delegación Territorial es esa parte de la Administración autonómica que se le llama periférica, y lo que busca es eso, aproximarla al ciudadano de a pie. A mí, que me gusta muchísimo el territorio, quiero acercar todas aquellas políticas del Gobierno de Aragón a la sociedad, desde la cercanía y con humildad.

-¿Cómo se puede acercar la Administración al ciudadano?

-Hay que estar presente en el territorio, desde los municipios más pequeños a los más grandes. Eso va a generar ese vínculo. Hay que pisar el territorio, hablar con la gente, que no sean convidados de piedra, que sean testigos y decisores de su propio futuro. En el territorio se alberga la sabiduría, y creo que la función de la Delegación Territorial es que haya proximidad, cercanía, con humildad, y que la Delegación sirva para que las políticas del Gobierno de Aragón lleguen al ciudadano y se cumplan.

-¿Se escucha poco al territorio?

-Creo que el presidente Azcón tiene muy presente a la provincia de Teruel, como no se ha tenido nunca. Pienso que es evidente en todos sus relatos, en todas sus intervenciones, en todas sus propuestas, e incluso en la última reunión que tuvo con el presidente del Gobierno de España, creo que Teruel estuvo más presente que nunca. Y no solo en eso, sino en políticas sociales; ahora mismo se está pensando en el territorio rural más que nunca. Ese sello de identidad rural que está poniendo este Gobierno de Aragón creo que va a ir a más, sinceramente.

-¿Y desde el Estado cree que se escucha al territorio?

-El Gobierno central en este momento lleva su hoja de ruta en la que no voy a entrar. Pero sí que es cierto que no hay semana que algún parlamentario del PP hable sobre el medio rural en las Cortes Generales. Ese pulso que tienen que hacer nuestros representantes políticos se está haciendo. Estamos muy presentes de esta manera, cada día más, y al final tanto el presidente Azcón como todos estos parlamentarios nacionales están llevando esas reivindicaciones necesarias para la provincia con un protagonismo muy importante en los últimos tiempos.

-¿Cómo ve la situación de la provincia de Teruel?

-Con mucho optimismo, pero no un optimismo baladí. Desde las diferentes administraciones, tanto los ayuntamientos como la Diputación y las comarcas, creo que se están haciendo trabajos muy importantes. Estamos viviendo un momento dulce de desarrollo, de emprendimiento y de políticas pensadas para la provincia. Siempre se puede hacer más, hay que ser autocríticos. Y en eso también el Gobierno de Aragón está reactivando un análisis sobre las políticas, los procedimientos, la burocracia, y se está pensando en todo para el desarrollo de la provincia. El presidente de la Diputación lo ha dicho muchas veces y yo hago mías sus palabras, en el sentido de que Teruel es una provincia de oportunidades; cada comarca tiene su idiosincrasia y su potencial, y sabiendo desarrollar eso, y respetando lo que eso conlleva, las debilidades son fortalezas intrínsecamente relacionadas. La provincia de Teruel se está creyendo las oportunidades que tiene, a nivel de formación, de desarrollo de la industria y de sectores muy potentes como es la agroalimentación o el aeropuerto.

-La pérdida de habitantes y el envejecimiento conlleva serias dificultades para el desarrollo, ¿cómo debería afrontarse la despoblación siendo realistas?

-En el tiempo que llevo en la Delegación he estado en muchos eventos y reuniones y he tenido la oportunidad de sacar un titular, que es “he vuelto a casa”. Eso lo estoy escuchando mucho de gente que se ha ido fuera a formarse y ahora ha vuelto, porque tiene oportunidades de regresar. Lo de volver a casa se está instalando en la provincia porque tiene una calidad de vida extraordinaria que no la dan otras ciudades. También hay que ser realistas, no podemos pretender que todo vaya a evolucionar igual ni a la misma velocidad. Hay pueblos en los que su máxima tiene que ser el mantenimiento de lo que tenemos y otros en los que hay que dirigir esfuerzos muy concretos.

Hay que hacerlo pensando en la realidad que tenemos. En un pueblo pequeño hay que mantener unos servicios óptimos para que la calidad de vida y el bienestar de las personas permanezcan ahí y perduren en el tiempo hasta que eso dure. Luego hay otros núcleos de población a los que hay que destinar muchos más esfuerzos, que creo que es lo que se está haciendo. Eso lo he vivido con mucha intensidad desde la llegada del presidente Azcón al cambiar en los tres primeros meses el pliego del servicio del transporte sanitario. Eso está unido a otras medidas para el mantenimiento de los servicios o su mejora, y lo vemos en el sistema sanitario ahora que se está hablando de su reorganización. Se está trabajando concienzudamente y creo que se están dando los pasos necesarios. Es verdad que llevamos muchos años hablando de despoblación y a veces es tan sencillo como dirigir esfuerzos básicos, simples, que no compliquen más la situación. La ruralización de las leyes es algo importante, que el Gobierno de Azcón lo está entendiendo también.

-En cambio la realidad es tozuda y llevar profesionales al medio rural cuesta porque ellos no quieren, como pasa con los médicos.

-Pero eso también está evolucionando favorablemente. Nos hemos encontrado un panorama de contratación a nivel docente y sanitario que no era precisamente el adecuado y en este momento se está trabajando mucho y creo que bien. Evidentemente, soluciones mágicas no hay, ni a corto plazo. El cortoplacismo al final nos lleva a tomar decisiones repentinas pensando en réditos rápidos y la vida no es eso en general. Al igual que madura una fruta, todo necesita su tiempo. Hay cuestiones que necesitan de su propia evolución para que maduren y en función de esa evolución se va adquiriendo también el conocimiento de cómo mejorarlas.

-¿Cómo ve la implantación de las renovables?

-Creo que este Gobierno ha sido claro: ordenación y plan de energía. Se va a respetar el territorio, se van a respetar los entornos naturales y en función de eso y toda la industria que está viniendo, si respetamos eso y generamos el tejido empresarial y las oportunidades de negocio y el empleo en el territorio, pues de eso estamos hablando en este momento. No es nada diferente de lo que defendemos desde el territorio al final, que se respeten las diferentes idiosincrasias. A lo mejor hay comarcas que, evidentemente, tener una serie de molinos no le afecten y a lo mejor en otras comarcas es un desacato.

-¿Le preocupa la tensión que está generando esto?

-Al final el territorio tiene que hablar y en eso tenemos que ser respetuosos. No podemos caer en el cortoplacismo. Polarizar a la sociedad no trae nada bueno y al final eso lo busca quien lo necesita. Estamos en un Gobierno que quiere consensuar las políticas que ponga en marcha y ahí está al respeto a los demás. Cuando tú te sientas a hablar, en esto o en otras cosas, estás dando opción a todo el mundo a que su posicionamiento esté encima de la mesa e incluso convencer de lo contrario, pero siempre dentro del respeto. La polarización no es buena para nadie.

-Faltan trabajadores, los reclaman los empresarios, ¿cómo se pueden captar, porque al final está relacionado con otras carencias como que no hay vivienda disponible?

-Para garantizar que en el medio rural se asiente población tiene que haber vivienda y servicios. El Gobierno de Aragón está apostando como nunca en ello y está trabajando en la dirección adecuada. Cierto es que son medidas que no van a dar resultados a corto plazo, pero el despliegue que se está haciendo es para que esto sea una realidad lo antes posible y creo que se está gestando bien. La vivienda y el mantenimiento de los servicios en cualquier entorno rural es fundamental para asentar población. El otro día se nos decía que necesitamos alrededor de 300.000 trabajadores extranjeros en el país. Pues vamos a trabajar para que esas políticas de extranjería faciliten no solo visados sino también arraigos, y tenemos que ser ágiles. Es una política que corresponde al Gobierno central.

-¿La inmigración es vital para la provincia?

-La inmigración es vital y necesaria en la provincia, y entiendo que imprescindible si somos realistas. Nos falta población y, además, que quiera hacer trabajos que a lo mejor en España otros no quieren. Al final creo que todo es un entramado necesario para el desarrollo de la actividad empresarial, que es la que genera oportunidad, empleo, economía, el pago de impuestos y que en definitiva hace que todo fluya. El empresariado tiene que tener un lugar importantísimo en las políticas, de respeto y de acompañamiento absoluto.

-Hay dos medidas fundamentales en la provincia para impulsar la actividad económica, que son el Fite y las ayudas al funcionamiento, ¿cómo considera que deberían aplicarse?

-Ambas dependen del Gobierno central, que debe ser ágil. Las formas y los tiempos son importantes, y hacer las cosas bien no lo es menos. El Fite está pensado para la inversión en el territorio, la generación de empleo y el asentamiento de población, y creo que está en la línea adecuada, pero honestamente hay que hacer más esfuerzos para que sea más ágil. En cuanto a las ayudas al funcionamiento, pues qué decir, a ver qué vamos a decirle a la Unión Europea cuando veamos que no se han invertido todas aquellas que teníamos autorizadas porque hay una falta de, no sé si llamarlo interés, porque no quiero entrar a juzgarlo de esa manera. Pero es una necesidad imperiosa que pide clamorosamente el sector empresarial y los autónomos. No nos equivoquemos, el 95% del tejido empresarial de nuestro país lo generan las pymes y los autónomos. Hombre, pues algo habrá que hacer, y además rápido y bien porque debe haber autocrítica desde la institución que le competa porque no me parece que perder oportunidades sea una vía.

-Escuchar más al territorio, lo que decía antes.

-Sí, hace décadas que se viene hablando de esto y ahora el Gobierno autonómico está intentando hacer una radiografía de todos aquellos procedimientos que se puedan aminorar en el tiempo o agilizar para llevarlos a término. Y desde la Delegación Territorial hay que hacer también esa labor de información y de divulgación. Muchas veces el territorio únicamente lo que está es desinformado. Acercar el conocimiento y la información al ciudadano de a pie es vital, para que elija entre todas aquellas cuestiones que pone en marcha el Gobierno de Aragón y que decida con su propia libertad de decisión. Pero para eso tienes también que informarle bien y es vital acercar la institución de la Autonomía al ciudadano.

-Aunque todavía esté tomando contacto como me decía al principio, parece tener claro lo que quiere hacer al frente de la Delegación Territorial, ¿cuáles son esos objetivos?

-Hacer esa labor de engranaje entre la Administración autonómica y el ciudadano. Creo que a mí cuando me llama un alcalde o lo hacen de un colegio, por poner un ejemplo, mi labor es acercar esa necesidad o esa inquietud. Yo tengo que saber muy bien cómo estamos funcionando arriba para dar una solución rápida al ciudadano. Esa es la labor fundamental, hacer las cosas en tiempo y forma. Yo me veo haciendo una labor de engranaje. Hay diferentes perfiles a los que tenemos que atender, desde una tutela de menores al permiso de un salón de juego o los permisos de los espectáculos taurinos. También políticas sociales, becas, una ayuda de libros o de comedor, o procedimientos de discapacidad. Hay tantos perfiles a los que atender que hay que saber mucho de todo y muy bien. Cuando te llaman a la puerta tienes que dar una respuesta lo más eficiente y eficaz dentro de su marco legal y hacerlo rápido. Así es como yo entiendo la política y en este caso mi puesto

-¿Qué mensaje querría trasladar a los turolenses tras haber asumido este cargo?

-De absoluta aproximación y cercanía. Cercanía de una institución autonómica muy preocupada por el territorio. Por decirlo de otra manera, tenemos un Gobierno de Aragón, un presidente, muy preocupado y ocupado por las cuestiones del territorio. No es un tema baladí para Azcón ni la provincia de Teruel ni sus necesidades, ni su idiosincrasia. Mi compromiso es que esas políticas que desde arriba se adopten, yo tenga la capacidad de acercarlas al territorio y servir de engranaje de toda esa cadena tan grande que es el Gobierno de Aragón.

-Cercanía.

-Sí, cercanía y humildad, saber escuchar mucho. El territorio es muy sabio y lo está haciendo bien durante décadas porque ahí permanece la gente, es verdad que con esas dificultades de despoblación, pero yo creo que al final su patrimonio, en todos los sentidos, el inmaterial, el arquitectónico, y hay tantas formas de vida a desarrollar en las diferentes comarcas de la provincia de Teruel que hay todo un mundo. Yo que me considero una persona tozuda y comprometida en las cosas, tengo que adquirir un criterio propio para abordar bien mi trabajo, y me veo aquí con una cantidad ingente de trabajo para desarrollar.

 

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