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Rivera se ofrece a la colaboración y reivindica la independencia judicial Rivera se ofrece a la colaboración y reivindica la independencia judicial
María Teresa Rivera (tercera por la derecha), con los magistrados integrantes de la Sala de Gobierno del TSJA, tras jurar su cargo como presidenta de la Audiencia

Rivera se ofrece a la colaboración y reivindica la independencia judicial

La nueva presidenta de la Audiencia destaca la presencia de la mujer en la Justicia
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La magistrada turolense María Teresa Rivera Blasco se convirtió este viernes en la primera mujer que asume la presidencia de una Audiencia Provincial en Aragón al jurar el cargo de este tribunal en Teruel. Rivera destacó la importancia de la mujer en la Justicia, se ofreció a la colaboración con todos los operadores jurídicos y reivindicó en su intervención la independencia del poder judicial como un derecho de los ciudadanos, a la vez que destacó el reto que va a suponer la puesta en marcha de los tribunales de instancia dentro de la reforma de la organización de la Justicia, cuya ley entró en vigor este año.

La sala de vistas de la Audiencia Provincial de Teruel acogió el acto de juramento de su nueva presidenta, puesto en el que Rivera llevaba en funciones desde el año 2021 después de haber ingresado como magistrada en este tribunal en 1996.

Para el juramento, la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, presidida por su presidente, Manuel Bellido, se constituyó en la Audiencia Provincial, donde se desarrolló el acto con la asistencia del cuerpo de jueces y de fiscales, así como de los letrados de la Administración de Justicia, y los representantes del Colegio de Abogados y de los procuradores. Asistieron también el director general de Justicia del Gobierno de Aragón, Jorge Cañadas, así como representantes de las instituciones turolenses, entre ellos la alcaldesa de la capital y senadora, Emma Buj, el subdelegado del Gobierno, Enrique Gómez, y la delegada territorial de la DGA, Rosa Sánchez.

El hermano de la nueva presidenta de la Audiencia, José María Rivera, que fue fiscal superior de Aragón, ofició como padrino de la magistrada, a quien acompañó a la sala de vistas para que realizara el juramento ante la Sala de Gobierno del TSJA, a la que se incorporó como miembro nato al asumir el cargo.
 

María Teresa Rivera en el momento de jurar su cargo como presidenta de la Audiencia. EFE/Antonio García

En su intervención, Rivera expresó su satisfacción por ser la primera mujer que se ponía al frente de la Audiencia Provincial, donde las otras dos magistradas también son mujeres. Recordó a quienes fueron “pioneras” y lucharon para que la presencia femenina en el mundo jurídico fuese una realidad. Aseguró que la mujer no accedió sin limitaciones a las facultades de Derecho en España hasta 1910, y que si bien podían cursar los estudios, las pocas juristas que ejercían después en los tribunales “no solo tenían que defender los intereses de sus clientes, sino que también tenían que defenderse de los prejuicios de una Administración de Justicia patriarcal”. Apuntó que fue en 1966 cuando pudieron acceder a las oposiciones para ingresar en la carrera judicial. Indicó que ahora son mayoría y su presencia también está aumentando en los órganos superiores.

“Sin duda, la presencia de la mujer en la Justicia la humaniza”, dijo Rivera, puesto que “su papel es esencial para garantizar que los tribunales reflejen la composición de la sociedad y aborden las preocupaciones de los ciudadanos”. Con ello, dijo, “refuerzan la legitimidad de los tribunales”.

El presidente del TSJA, Manuel Bellido, también se refirió a ello durante su intervención posterior, en la que afirmó que con la posterior designación de la presidenta de la Audiencia Provincial de Huesca, recientemente nombrada, “se normaliza una situación que resultaba anacrónica atendiendo a la composición actual de la carrera judicial, en la que las mujeres representan en estos momentos el 57% de todos los jueces y magistrados”. Manifestó que la designación de Rivera contribuía a “romper estereotipos y a enviar un mensaje positivo sobre la igual capacidad de hombres y mujeres para ocupar puestos de liderazgo y toma de decisiones, y servirá de inspiración para las generaciones más jóvenes”.

María Teresa Rivera asumió el propósito de “favorecer la buena colaboración entre todos los operadores jurídicos”. Recalcó que la Justicia emana del pueblo tal como recoge la Carta Magna, y los jueces y magistrados la ejercen “independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”.

Derecho de los ciudadanos

Aseguró que la independencia judicial no es un privilegio o una prerrogativa del juez considerado individualmente, sino que es “un derecho de los ciudadanos”. Citó a la presidenta del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Isabel Perelló, para indicar que “no hay una sociedad libre ni democrática sin jueces independientes, responsables e inamovibles”.

A lo largo de su intervención se refirió al reto que era la implantación de los tribunales de instancia para la eficiencia del servicio público de la Justicia, “que va a suponer un cambio esencial en el modelo organizativo y en la forma de despliegue en el territorio de la Administración de Justicia”. Consideró que la efectiva implantación de estos tribunales requiere de una “actuación coordinada” por parte de las Administraciones.

Rivera se autodefinió como “juez por vocación” y “orgullosa de serlo en Teruel”, donde ha ejercido toda su carrera judicial desde que la inició en 1986 como juez del Juzgado de Calamocha. Tuvo palabras especiales para su familia y en particular su padre, que fue quien le contagió el amor por Teruel y “me transmitió su pasión por el Derecho”. A él, y a su madre, les dedicó esta nueva etapa en su carrera judicial.