On Music Festival, doce horas de buenas ‘vibras’ y música analógica e ininterrumpida
La primera edición de la cita llevó al escenario de La Escalinata a catorce bandas en totalLa primera edición del On Music Festival se saldó ayer con doce horas de buena música y un excepcional ambiente festivo de la mano con doce combos del centro de estudios musicales On Music de Teruel, incluida la On Music Band, que reúne a los profesores del centro, además de dos grupos más procedentes del centro RockSchool de Valencia.
Rock, funk, soul, blues, indie o punk, sonidos en cualquier caso de las últimas décadas del siglo XX y primeras del presente, fueron los ritmos que pudieron escucharse, con grupo de todas las edades y un público numeroso e igualmente diverso.
No es la primera vez que el parque que hay entre la estación de Renfe y la Escalinata se utiliza como gran escenario. Hasta mediados de la primera década del siglo la Muestra de Folclore se celebró allí, y desde entonces ha acogido de forma puntual difererente eventos más reducidos.
Ayer salió a relucir el potencial que tiene para acoger festivales de música como On Music Fest, con un espacio amplio para seguir la evolución de las bandas de música que participaron, a pocos metros de la acción o bien algo más retirados, descansando. Las barras instaladas y varios food trucks ofrecían diferentes alternativas para almorzar, comer, merendar o cenar, según la hora y el apetito.
El festival arrancó a las 12 horas con The Nameless, uno de los combos que lleva más años en el centro de enseñanza de música contemporánea, y después, sin solución de continuidad -solo los minutos estrictamente necesarios para que un grupo se intercambiara por otro- fueron desfilando el resto. Tras The Nameless tocarón los dos conjuntos valencianos, The No Names y Hellbang, y a partir de allí fueron subiendo al escenario The News, Orión, La Estanquera y los Vallekas, Snake Eyes, La Probatina, El Coro On Music, Los Alicantes, Sons of the Sound, Renegados del Fun, On Music Band y Satanases del Infierno, que cerró la velada con una actuación algo más larga que el resto, de aproximadamente una hora.
El festival, organizado con la ayuda de la concejalía de Fiestas del Ayuntamiento de Teruel, se programó no tanto como un acto de fin de curso sino como un festival del rock a la vieja usanza, con doce horas de música ininterrumpida. Y el público respondió.