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Nuevos trabajos académicos inciden en la desigualdad que provoca la despoblación Nuevos trabajos académicos inciden en la desigualdad que provoca la despoblación
El turolense Diego Loras (d) con Javier Soria, uno de los editores del ensayo ‘La desigualdad en España’

Nuevos trabajos académicos inciden en la desigualdad que provoca la despoblación

El economista turolense Diego Loras recalca que las soluciones deben adecuarse a cada caso concreto
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Nuevos trabajos académicos que acaban de publicarse ponen el foco de atención en que la despoblación es uno de las mayores factores generadores de desigualdad en España. El economista turolense Diego Loras es uno de los autores que participa en estas investigaciones. Ha escrito uno de los capítulos del libro La desigualdad en España, en el que recalca que las soluciones deben adecuarse a cada caso concreto, y que no valen las mismas políticas para todos los territorios. Otro de los trabajos que acaban de publicarse, el VI Informe sobre la Desigualdad en España, de la Fundación Alternativas, advierte también de que la diversidad territorial en términos demográficos es un “desafío” para las políticas públicas.

La literatura académica sobre la despoblación sigue aportando nuevos trabajos de análisis en los que incide sobre la necesidad de aplicar políticas adecuadas en esta materia, en un contexto además de cambios sociales importantes que amenaza con agravar las desigualdades a consecuencia de la demografía, el cambio climático y la transición digital.

Estos son los tres ámbitos en los que se centra el informe anual de la Fundación Alternativas sobre la desigualdad, en el que se afirma que la diversidad territorial existente en términos demográficos y económicos “supone un desafío para la efectividad de las políticas” públicas, con todas las implicaciones sobre empleo, distribución de renta, exclusión, calidad de vida, salud, bienestar y desarrollo de las políticas de cuidados que conlleva.

Son 26 los expertos que han participado en el informe de la Fundación Alternativas, mientras que en el libro La desigualdad en España lo hacen una treintena, tanto nacionales como internacionales, entre ellos Diego Loras.

Publicado por la editorial Lengua de Trapo, este volumen ha sido definido como la “enciclopedia” de la desigualdad en España por la variedad de enfoques con que la aborda, entre ellos los desequilibrios territoriales y la despoblación. Los editores de este ensayo son Berna León, Javier Carbonell y Javier Soria.

Los investigadores recalcan que la desigualdad es, en última instancia, “una decisión política”, porque de sus acciones depende lograr una sociedad más justa y solidaria. Y dentro de ese ámbito de estudio se han preocupado de introducir uno dedicado a la despoblación y los desequilibrios territoriales cuyo autor es Loras, que titula Desigualdad territorial, brecha rural y despoblación.

En el mismo, el economista turolense insiste en que aunque por lo general se habla de la España vaciada como una unidad, “hay diferencias sustanciales en los distintos territorios que la componen”, puesto que “la intensidad con la que el fenómeno afecta a unas u otras no es igual, y las soluciones que se le pueden aplicar, también varían en función de estas características”.

Es algo que parecen no entender las políticas del reto demográfico que se están aplicando a nivel estatal sobre un problema candente que incide en la “desigualdad” que sufren los territorios despoblados, puesto que como afirma este economista, la sostenibilidad social se reduce, más todavía que la económica, “en modelos de desarrollo que acumulan la mayoría de población en grandes ciudades, mientras dejan despoblado el medio rural”.

Brecha urbano-rural

Loras ofrece en el capítulo que ha escrito una perspectiva histórica de la despoblación y la brecha urbano-rural existente, a la vez que compara la situación con otros países. Apunta que el problema de esta desigualdad territorial ha ido creciendo, aunque ha merecido una menor atención por parte de la literatura académica.

Recalca que España es el país de Europa “con una mayor desigualdad territorial de despoblación”, y aporta datos objetivos con un mapa europeo con cifras que permite comprobar que es el único Estado de la Unión con esa situación. Sí aparece también la zona norte de los países bálticos, si bien precisa que en esos otros territorios no ha habido un proceso de despoblación a lo largo de la historia, a diferencia del caso español, sino que siempre han estado poco habitados por las condiciones climáticas extremas.

Admite el investigador turolense que la definición de la España vaciada es una cuestión todavía no esclarecida en el debate académico, y aporta para intentar discernir esta cuestión un mapa con la tipología de las provincias españolas con esta problemática en función de su grado de despoblación, que divide en tres grupos: seis que tienen cierto dinamismo y perspectivas de crecimiento; otras seis que muestran síntomas de estancamiento; y once “muy afectadas”, cuyas perspectivas “son muy negativas de cara al futuro si no se interviene desde el sector público”, y entre las que se encuentra Teruel.

Es en este punto donde incide en que las políticas del reto demográfico no pueden ser iguales para todos sino que debe profundizarse en las provincias que se encuentran peor. Para corregirlo insiste en los servicios, la mejora de la movilidad por ser “ineficiente” la existente, además de un reequilibrio de las oportunidades, puesto que “la sostenibilidad social se reduce más aún que la económica en modelos de desarrollo que acumulan la mayoría de la población en grandes ciudades, mientras dejan despoblado el medio rural”.

Apunta otras ideas importante a tener en cuenta, como que la cohesión del territorio influye directamente en la cohesión social porque “fortalece las democracias” y contiene los “populismos”; y que un medio rural habitado “es fundamental para luchar contra el cambio climático”. Argumenta que es fundamental que las políticas públicas desconcentren los polos de desarrollo, como han hecho históricamente en otros países europeos, y que para ello “se planteen políticas públicas de reequilibrio territorial para tener territorios poblados y sostenibles en el futuro”.