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“¿Me quemaré si toco el sol?” “¿Me quemaré si toco el sol?”
Un grupo de escolares observa el sol sin riesgos con el telescopio Sun Gun del Cefca

“¿Me quemaré si toco el sol?”

Los talleres del Cefca con telescopios solares triunfan entre los escolares en la plaza San Juan
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La ciencia divulgada con cariño puede convertirse en un terrón de azúcar que excita a los niños como si se hubiesen comido un montón de chuches y que abre sus mentes al conocimiento sin límites. Es lo que experimentaron los escolares que este viernes participaron en las actividades organizadas por el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) con motivo de la celebración de la Semana de la Ciencia. “¿Me quemaré si toco el sol?”, preguntó una niña a uno de los astrofísicos que impartía un taller en la plaza de San Juan y cuyo protagonista era el astro rey. “Si lo tocas desaparecerás completamente, te vas a evaporar”, le respondió el científico para dejar boquiabiertos al resto de los estudiantes.

Con sus 6.000 grados de temperatura es mejor que el sol siga estando a 150 millones de kilómetros de distancia de la Tierra y que cuando nos expongamos a él utilicemos cremas protectoras, explicó el astrofísico del Cefca, Stylianos Pyrzas, a unos escolares de La Salle durante el taller Aventura solar desarrollado en la plaza San Juan, en el que aprendieron cómo funciona el sol después de recorrer las instalaciones del centro de astrofísica en la antigua sede del Banco de España.

Los pequeños acabaron convencidos de que la ciencia es divertida, como aseguraba Sofía, de 9 años, a quien lo que más le había gustado eran las “explicaciones” de los científicos. “Imaginaba que iba a ser más aburrido, pero es muy divertido”, dijo mientras esperaba que una nube pasase de largo para poder ver el sol con un telescopio especial que tiene el Cefca.

Su compañera Irene recordaba como lo más impactante las “fotografías gigantes” que tienen dentro del edificio en las paredes “llenas de galaxias y estrellas”. Y a Noa le impresionó ver la maqueta del Observatorio de Javalambre y descubrir que los telescopios son muy grandes. “Me los imaginaba como un telescopio normal, como estos de la plaza San Juan”, indicó.

Se refería a los dos telescopios solares que el equipo científico del Cefca montó en la calle para ver el sol. Uno de ellos, el Sun Gun, permite observarlo en grupo con sus manchas solares en una pantalla que amplía la imagen del visor, mientras que el otro lo había cedido la asociación Actuel de Teruel.
 

Telescopio solar especial cedido por Actuel que permitió a los estudiantes ver las protuberancias del sol

Pyrzas explicó que con el Sun Gun es posible observar la fotosfera del sol, lo que es la superficie del astro y emite la mayoría de la luz. “Con él se pueden observar claramente lo que llamamos las manchas solares”, precisó. Las mismas, que pueden ser del tamaño de varias tierras, se deben a que son regiones con baja temperatura y eso da la sensación de que está manchado al no emitir tanta energía.

El otro telescopio especial para ver el sol, prestado por la Agrupación Astronómica de Teruel, contiene un filtro estrecho que permite observar un rango restringido de toda la luz emitida por el astro en el color rojo. Permite observar la cromosfera, la capa inferior de la atmósfera solar donde se pueden ver fenómenos como las protuberancias y los filamentos, que son como esas eyecciones que lanza.

Aprendizaje

Con estos dos telescopios, Pyrzas explicó que se ofrece a los escolares que participan en los talleres “una imagen más completa del sol y por primera vez pueden ver estas características”. La intención, tratándose de niños tan pequeños, es que aprendan que es una estrella muy activa como las que se ven por la noche en forma de puntitos, y que si nos resulta tan grande es por su proximidad a la Tierra. Junto a los telescopios les mostraron unos paneles con información de relevancia, tanto del sol como de la forma de poder observarlo sin riesgos, ante los próximos eclipses solares que habrá a partir de 2026 y que harán de la provincia un lugar excepcional en todo el mundo para poder verlos.

La temática elegida para los talleres con motivo de la Semana de la Ciencia tenía que ver precisamente con ese acontecimiento, ya que el Cefca quiere ir informando ya de ese fenómeno que se espera que atraiga a numerosos visitantes a la provincia para observarlo.

Los talleres comenzaron el jueves pasado y seguirán celebrándose el lunes y el martes de la próxima semana. Están participando más de 300 alumnos de cuatro colegios turolenses, que han visto con esta actividad una oportunidad de acercar la ciencia a los estudiantes.

Carmen, profesora del Colegio La Salle que acompañaba a uno de los grupos este viernes comentó que era una experiencia “muy positiva” para los niños puesto que es la “oportunidad de ver cómo trabajan los científicos”, así como hablar con ellos y poder preguntarles. “Es ver la realidad de la ciencia más cercana”, dijo, que después completarán con otras actividades en el aula para fijar conocimientos.

La docente destacó que esto ayudaba a crear interés entre los pequeños por la ciencia. “Despierta su curiosidad y les motiva, y eso les atrae porque los niños son muy creativos”, añadió.

En grupos de unos veinte estudiantes, lo primero que hacen en el taller es recorrer las instalaciones del Cefca acompañados por científicos que les van explicando los misterios del cosmos y en qué consiste su trabajo, así como para qué sirven los telescopios del Observatorio de Javalambre en el Pico del Buitre.

Los astrofísicos adaptan su lenguaje al de los niños para que comprendan conceptos básicos y se hagan una idea de lo que es la astrofísica y el estudio del cosmos. Para ello se ayudan también de las fotografías murales que ilustran las paredes de las dependencias del Cefca, así como la maqueta del Observatorio de Javalambre.

Ya en la calle, Pyrzas les explicó conceptos básicos del sol y pasaron a hacer las observaciones con los dos telescopios habilitados. El científico recalcó que les quieren concienciar de cómo observar el sol de forma segura ante la expectación que irá creciendo conforme se acerquen los eclipses que habrá en 2026, 2027 y 2028, además de “despertar su curiosidad” y las “vocaciones científicas”.

Y a la vista de la reacción de los escolares y del bombardeo de preguntas que lanzaron lo consiguió, porque se fueron aprendiendo cosas tan curiosas como que el sol es tan grande que podría albergar más de un millón de tierras, o que su radio es 109 veces el radio de nuestro planeta. También que la luz del sol tarda en llegar unos 8 minutos hasta la Tierra, pero que el día que se apague no nos enteraremos hasta 100.000 años después, ya que es el tiempo que le cuesta a un fotón llegar desde su núcleo hasta la superficie.