Más de 4.000 personas llenan la plaza de toros de Teruel para asitir al Torneo del Rey

Ocho caballeros (siete hombres y una mujer) se batieron en el torneo que la villa de Teruel celebró con motivo de la visita del Rey Jaime I. El acto, celebrado en la plaza de toros de la capital en la tarde del sábado, congregó a unas 4.000 personas con el tendido lleno y una gran emoción durante las dos horas de actuación.

El torneo estaba organizado, como el año pasado, por la asociación Caballeros del Rey Don Jaime I y contó con la presencia de varios de los personajes destacado de la recreación histórica: el tenente, su esposa doña Elfa, el Obispo de Albarracín y el rey niño.

El monarca aragonés entró en la plaza montado en su caballo, dio una vuelta al albero antes de subir al palco de presidencia del torneo y fue vitoreado por los asistentes.

El acto comenzó presentando el premio que recibiría el ganador de la competición: dos de los mejores caballos de todo el reino, algo que se pudo comprobar ya que su adiestrador mostró las habilidades de los animales montando de pie a los dos equinos a la vez y sorteando con ellos algunos obstáculos.

Tras esta exhibición, se presentó a los ocho competidores, siete hombres y una mujer, Leonor de Aquitania, que acudía al torneo tras la muerte de su esposo.

 

Los caballeros demostraron su destreza en sus cabalgaduras y su gallardía a través de diferentes pruebas con las que, además de poder conseguir el ansiado premio, demostraron al Rey Don Jaime su gran valía para la batalla. Para el desafío, primero se hicieron dos equipos de cuatro caballeros cada uno y poco a poco se fueron eliminando competidores hasta que solo quedó uno.

Entre las pruebas propuestas, los caballeros mostraron su habilidad con la lanza, tanto tocando los obstáculos que les marcaban yendo al galope, como demostrando su pericia para herir con ella a su adversario, a través de una diana. Asimismo, se midieron también con su arte con la espada.

Público entregado

Fue un espectáculo cargado de emoción y riesgo y donde el público participó activamente ya que cada parte de las gradas iba con unos competidores, por lo que la plaza vibró con los gritos de ánimo para los contendientes.

Los organizadores del evento quisieron dedicarle el torneo a Antonio Esteban, recientemente fallecido y que había participado activamente en Las Bodas de Isabel de Segura y en otras celebraciones como la Vaquilla.

Tras el torneo, que duró unas dos horas, se celebró un festejo taurino, con entrada independiente, un toro al estilo jubillo que tuvo el atractivo de que era de la ganadería de Victorino Martín. Además, se soltaron vacas enfundadas y capones de la ganadería de Víctor Ustarroz.

Estos actos estaban organizados por la asociación El Ruedo y la buena acogida quedó demostrada con las largas colas para sacar las entradas, desde las seis de la tarde.