Los turolenses se rinden a los encantos de los mastines, reyes de la ganadería trashumante y extensiva
Alrededor de 70 espectaculares perros del Pirineo se reúne en la Exposición Nacional celebrada en la ciudadEn torno a 70 espectaculares mastines del Pirineo, con sus respectivos dueños, lucieron tipo este sábado en Teruel durante la Exposición Monográfica Nacional, que organiza anualmente el club que lleva casi 50 años trabajando para que no se extinga esta raza canina autóctona.
En Teruel es la segunda vez que recala desde 2019, y volvió a levantar una enorme expectación, tanto en la exposición propiamente dicha, que se desarrolló por la mañana en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Teruel, durante la que se desarrolló la competición entre los diferentes animales, como en la concentración que por la tarde se realizó en la plaza del Torico.
Y es que la exposición que organiza el Club del Mastín del Pirineo de España (CMPE) anualmente no solo se dirige a profesionales o criadores aficionados, que aprovechan este encuentro para intercambiar información y contactos y también para obtener un punto necesario si quieren competir en el Campeonato de España de la especialidad, sino que “también queremos que sea un acto abierto al público para que la gente conozca al mastín de Pirineo”, explica Jesús Sanz, presidente del CMPE
En lo que se refiere a la competición de la mañana, los jueces valoraron a los participantes con respecto al estandar que existe de raza. “Ese estándar define cómo tiene que ser morfológicamente el animal, junto a unas características del carácter”, explica Sanz. “De ese modo, los jueces valoran aspectos como que el perro se deje tocar, que no sea tímido ni agresivo, que no lleve el rabo entre las patas, y que sus rasgos morfológicos se aproximen a ese estándar en función del sexo y la edad del animal”.
Belleza y afabilidad
Los mastines sorprenden, más allá de su belleza, por su afabilidad con los humanos, por lo que muchos niños -y adultos, claro- quedaron prendados de estos animales, a quienes pueden mirar a los ojos de igual a igual. “Lo correcto es preguntar al dueño antes de acariciar al perro”, explica Jesús Sanz, “pero el 99.9% de los mastines se dejan tocar sin problema. Hay que tener sentido común, claro, no es bueno entrar a un perro por detrás porque es mejor que te vea venir”.
Estos animales tienen un gran instinto territorial y son especialistas en defender lo suyo; la casa, la finca, el ganado y los dueños. Cuando están trabajando en su territorio marcan perfectamente los límites de su finca, y tienen hábitos nocturnos para prevenir el ganado del ataque de las alimañas. Ese instinto es innato, pero también requiere cierta educación: “Hay que desarrollar su instinto, así que un perro adulto que nunca ha estado con ganado se encontrará fuera de sitio si de repente lo llevo a una explotación. El animal tiene que conocer su territorio y su ganado desde cachorro, no puede estar yendo de aquí para allá continuamente”.
Amantes del mastín pirenáico
Entre los aproximadamente setenta participantes, ayer se reunieron criadores de toda España, además de otros países como Francia, Italia u Holanda, fundamentalmente. Para definir el perfil del propietario, Jesús Sanz bromea diciendo que “normalmente somos chalados”. “Para criar un mastín hay que estar un poco loco porque las razas gigantes como esta son complicadas de manejar. Este perro no lo puedes criar en un piso, así que la mayor parte de nosotros vivimos en el campo, tenemos un lugar adecuado, y dispones del tiempo necesario en el día a día”. A partir de ahí el perfil es muy variado; abundan los veterinarios o los ganaderos, desde luego, pero también cualquier otra profesión no siempre vinculada al campo.
El mastín del Pirineo es un perro trabajador que estuvo a punto de desaparecer en los años 40. Durante décadas se utilizó para defender los rebaños del lobo y de los robos, pero en Aragón desaparecieron los lobos a principios de siglo XX, “con lo cual la raza perdió su utilidad y comenzó un declive” que se intensificó en la guerra civil, época de carestía y hambre en la que no tenía sentido criar un animal que necesita gran cantidad de comida, como este perro, y que no cumplía una función económicamente útil a la unidad familiar.
A partir de 1977 el declive de la raza comenzó a detenerse, gracias a la creación del CMPE, que fue el primer club para recuperar una raza de perro autóctona en España. Inicialmente se empezó a utilizar en extensiones ganaderas extensivas contra el zorro, “y desde que hace pocos años empezó a haber de nuevo lobo en Aragón todavía ha cobrado más importancia”, explica Sanz, “aunque es verdad que hoy en día se utilizan mastines y otras razas de características similares”.
Ley de Bienestar Animal
Recientemente se aprobó el anteproyecto de la Ley de Bienestar Animal, cuyo reglamento está todavía por desarrollar, aunque lleva meses levantando polémica por las obligaciones y derechos nuevas que puede significar para los propietarios de perros. A este respecto, Jesús Sanz explicó que desde su punto de vista personal, es una buena noticia que regule la cría del sector canino en España, una actividad que en numerosos países de nuestro entorno lo está desde hace años. “La opinión pública ha hablado de esta ley sin tener mucho conocimiento, como supongo que ocurre con otras muchas. Se decía que habría que castrar a todos los animales, que no se podría criar, auténticas barbaridades, y parecía que se iban a extinguir los perros en diez años”. El anteproyecto final no recoge los extremos que en algunos medios de comunicación llegaron a publicar, aunque es verdad que “todavía no sabemos exáctamente cómo quedará la Ley, porque quedan todos los desarrollos reglamentarios que son los que definen como se aplica”, explica Sanz. En cualquier caso Jesús Sanz es optimista porque “parece ser que se reconocerá la figura del criador familiar, que podremos seguir criando con una serie de requisitos y obligaciones. Pero eso es lógico porque todo el que ejerce una actividad, la que sea, tiene que tener una serie de obligaciones”.
Por otra parte quedan cosas, según Sanz, que es necesario depurar a través de la reglamentación. Tal y como está redactado el anteproyecto de ley los mastines del Pirineo y cualquier otra raza de perro que trabaje con el ganado son técnicamente perros abandonados, porque está más de 48 horas sin su propietario y este no ha denunciado su desaparición.
El CNMP es uno de los colectivos con los que la dirección general de Derechos de los Animales del Ministerio de Derechos Sociales se puso en contacto para elaborar el texto de la nueva ley. “De entrada creo que eso está bien”, explica Jesús Sanz, “porque escuchar, han escuchado a los distintos sectores implicados. Cómo acabe la Ley, eso ya dependerá de cómo se redacten los diferentes reglamentos que la regulen”.