Los pequeños comercios cierran filas contra el Black Friday
La turolense Belén Royo representa a una plataforma nacional que lucha por los valores añadidos de los establecimientosLas políticas de promociones continuas, el adelanto las temporadas año tras año y el cambio climático hacen que sean muchos los pequeños comercios que se ven obligados a bajar la persiana por no se capaces de afrontar los gastos que supone tener una tienda abierta al público.
Por ese motivo, más de medio millar de tiendas de toda España se han unido en una plataforma denominada #PidoUnCambio, una agrupación de comercios que busca diferenciarse de las grandes superficies poniendo en valor lo que el comercio de cercanía ofrece frente a las grandes superficies. “Un consumo de calidad que no se deje llevar por la vorágine de la guerra de precios constante que les obliga a vender sin apenas margen y en detrimento de la viabilidad de su negocio”, explica la turolense Belén Royo, que con su perfil en Instagram bybelenroyo, en el que tiene más de 15.000 seguidores, fomenta el el movimiento slow fashion siguiendo los parámetros del slow food.
Royo recuerda que el objetivo de las pequeñas tiendas es unificar las temporadas, sin adelantarlas a momentos que no coinciden con la climatología, lo que supone que los productos se “quemen” cuando llega la hora de comprarlos haciendo que tengan que fomentar su consumo con promociones agresivas que incentiven la venta.
Por otro lado, apunta también buscan respetar el periodo de rebajas para no “acostumbrar” al cliente a una rebaja o promoción continúa y que les impida vender la mercancía al precio establecido y con el margen necesario para mantener la viabilidad del negocio haciendo frente a los pagos que asumen cada mes.
En este sentido, la plataforma sigue sumando adeptos y han elaborado un manifiesto que les de visibilidad y cohesión entre los diversos comercios que sufren las consecuencias de la política de ventas de las grandes superficies.
“Las promociones y los descuentos continuos socavan la sostenibilidad del comercio y la economía local. Vemos cada día en nuestras calles nuevos locales que cierran, tiendas que no han sobrevivido a la desaceleración de las ventas fruto del aumento agresivo de rebajas de precios. Son pan para hoy y hambre para mañana”, considera esta plataforma.
Por eso, la plataforma ha hecho un manifiesto donde se resume sus demandas.
Recuerdan que sin comercio local “nuestros pueblos y ciudades pierden vida y valor porque es la pieza clave de las economías locales y sustentan el resto de sectores productivos. “Atrae inversión a nuestros pueblos, barrios y ciudades. Aumenta el valor de las propiedades con las que comparten espacio. El futuro del país pasa por el desarrollo de su inmenso mercado doméstico y del consumo interno”.
Apuntan también que sin comercio local el consumidor pierde capacidad de elección. “Muchos productos son expulsados del mercado no por elección del consumidor, sino por las estrategias comerciales que priman un grupo cada vez menor de productos cuyos costes de producción son muy bajos, su calidad limitada y su variedad reducida”.
Denuncian que el consumidor no sólo pierde capacidad de elección de productos, también pierde capacidad de elegir su experiencia de compra, de elegir libremente cómo y cuándo comprar, empujado por la compulsividad que propagan las estrategias de las rebajas permanentes.
Critican que las rebajas continuas desprotegen al consumidor. “Lo que, en principio, debería beneficiarle, acabar siendo algo que rechaza”, apuntan. De este modo, si recibe un aluvión de ofertas y promociones constantemente, acaba viéndose sobrepasado y las rechaza de plano, incluso sin mirarlas, ya que percibe un interés excesivo en el comercio en incentivar el consumo a cualquier precio. Cuanto más agresiva es la política comercial, más desprotegido se encuentra el consumidor.
Los patrones de consumo han cambiado. El sistema de temporadas se ha quedado desfasado con respecto a la climatología. “Antes se compraba con antelación, la gente compraba abrigos antes de la llegada del invierno y lo mismo ocurría con la ropa de baño, pero ahora se compra con urgencia, se quieren las cosas ya para usarlas al momento”, señala Royo, por lo que adelantar la llegada de las colecciones acaba quemando el producto antes de que el consumidor sienta necesidad de comprarlo, y ello lleva a la necesidad de un descuento anticipado. “Es una pescadilla que se muerde la cola”, dice.
La innovación es la clave. “Apostamos decididamente por la innovación. No podemos estar estancados en ‘lo de siempre’, en el pasado que funcionaba bien y que debe regresar. Estamos comprometidos en la labor de edificar un comercio de vanguardia adaptado a los rápidos cambios y progresos que configuran la realidad que vivimos”, concluye.
Intenciones
Los miembros de la plataforma ha realizado una declaración de intenciones para dejar claro que no piden la protección de las instituciones públicas ni reclaman subvención alguna. “No exigimos medidas que eliminen la competencia. Llevamos años viendo cómo todo este tipo de acciones han fracasado, una tras otra, sin que la sangría de cierres se haya detenido”, apuntan. Tampoco quieren muletas para caminar “queremos caminar libremente sin obstáculos”.
“Queremos ser los actores protagonistas del futuro de nuestros negocios y en involucrar al resto de actores: proveedores, fabricantes y clientes y queremos clientes para poder vender, no queremos vender para poder tener clientes” aseguran en su declaración.