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Los ingenieros conciencian sobre la concentración de gas radón en los edificios de Teruel Los ingenieros conciencian sobre la concentración de gas radón en los edificios de Teruel
Miguel Cervera, durante su conferencia

Los ingenieros conciencian sobre la concentración de gas radón en los edificios de Teruel

Conferencia de Miguel Cervera en el Colegio Oficial
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Miguel Cervera ha estado en el Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería de la rama industrial, Ingenieros Técnicos Industriales y Peritos Industriales de aragón en Teruel, ofreciendo una charla que tituló Radón la muerte silenciosa. El ponente subrayó los efectos nocivos que este gas noble puede tener para la salud de las personas, ya que se trata de la primera causa de cáncer de pulmón en no fumadores en España, con cifras de mortandad de entre 1.000 y 1.500 fallecidos al año. Pero también señaló que existen métodos relativamente sencillos para reducir las partículas alfa en las que se descompone el radón, que inhaladas por el ser humano, son las desencadenantes del problema.
A pesar de llevar este título, Miguel Cervera no quiso ser alarmista y señaló que “simplemente por respirar, cualquier persona inhala 2 milliSievert (unidad que mide la dosis efectiva de exposición a las partículas alfa) lo que no constituye un riesgo para la salud” y añadió que hay muchas cosas que se pueden hacer para evitar que este gas que emana inevitablemente de la corteza terrestre, acabe acumulándose en los edificios donde vive y trabaja la población, lo que representa el verdadero problema.
Como cualquier otro gas, el radón tiende a ascender a la atmósfera y en este camino antes de su total disolución, puede filtrarse en las estructuras de los edificios a través de cámaras de aire, de las arquetas de las viviendas que comunican con el inodoro, de los tubos de canalización, etcétera. Además hay materiales de construcción que son, en sí mismos, una fuente de este gas. 
Las partículas alfa que emite el radón y que después inhalan los seres humanos se almacenan en los alveolos pulmonares y pueden llegar a causar cáncer pulmonar. Además, con el tiempo, este radón termina descomponiéndose en partículas de plomo, un material conocido por ser altamente cancerígeno. No obstante, existen algunos factores como el tabaquismo que agravan la situación y es que “un fumador tiene un 40% más de posibilidades de contraer cáncer de pulmón por radón”, indicó Cervera
La Unión Europea, a través de la legislación Euratom 35, estableció que unos niveles de bequerelios (unidad que mide la concentración de partículas alfa de radón) superiores a 300 por metro cúbico deben ser considerados como peligrosos y sería necesario llevar a cabo actuaciones para su reducción. “En mi opinión personal, todo lo que pase de 150 Bq/m3 ya debería considerarse para ser intervenido”, apuntó Miguel Cervera. En Estados Unidos este valor se establece en los 149 Bq/m3 y en Reino Unido en 200 Bq/m3.
En el caso particular de Teruel, está considerada como zona de Nivel 1, con alrededor de un 11% de concentración de radón. Otras zonas de España como Galicia, Extremadura o Madrid, superan el 30%, constituyendo un verdadero riesgo para los habitantes. En la otra parte, existen áreas geográficas como toda la costa mediterránea o el norte de España, donde los niveles apenas alcanzan un 5%. La concentración de radón en unas zonas u otras se debe, principalmente, a la morfología del suelo, siendo las ricas en basalto(7.0), granito (5.0), las áreas arcillosas (3.7) y las arenosas (0.5) las más afectadas. 
Pero los niveles de radón varían constantemente incluso en una misma zona. La humedad, la temperatura, el viento o la presión atmosférica pueden ser determinantes en la concentración de este gas.
Actualmente existen medidas reflejadas en el Código Técnico de la Edificación que pueden mitigar la emisión de partículas alfa. Una es la utilización de materiales de construcción que por su composición no emitan radón y otras se refieren a actuaciones una vez el edificio ya está construido, como pueden ser unas barreras anti-radón que reduzca dicha emisión. “Hay un gran desconocimiento entre los técnicos y arquitectos de este problema. Es esencial que se tenga en cuenta antes de comenzar un edificio, por ejemplo el hospital que se construyó en Alcañiz, yo llamé para advertir de este problema, pero no me hicieron caso y no se midieron los niveles de radón y lo mismo puede ocurrir en el hospital que va a construirse en Teruel”, lamentó Cervera.
Ahora, la legislación ha establecido un Plan de Rehabilitación Urbana que concede subvenciones para actuaciones destinadas a reducir el radón, aunque en Aragón no hay una partida específica para ello. De cualquier manera, la conciencia por este tema empieza a ser mayor y el Plan de Riesgos Laborales actual contempla que a esos 2mSv de radón a los que se expone cualquier persona de forma inevitable, se sume, como máximo, uno más al año, por el hecho de permanecer en el puesto de trabajo.