Los futuros maestros de Infantil se aproximan al modelo de escuela al aire libre
La pionera Katia Hueso imparte una charla sobre Educación en la naturalezaLa educación en la naturaleza, un modelo que funciona desde hace décadas en los países germanos y escandinavos y que poco a poco también se abre camino en España, tiene beneficios tanto para el aprendizaje de los niños como para su salud emocional y física. Así lo destacó este miércoles en Teruel la pionera y fundadora del proyecto Grupo Saltamontes, Katia Hueso.
La especialista impartió una conferencia en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, organizada por el profesorado del Departamento de Didácticas Específicas de la Universidad de Zaragoza del Grupo Beagle que se desarrolló gracias la programa Expertia y que estaba dirigida especialmente al alumnado de grado de Magisterio de Infantil.
Hueso explicó los fundamentos pedagógicos y teóricos de esta metodología y habló del Grupo Saltamontes que lleva once años trabajando en esta línea. Aunque dedicó buena parte de su charla a exponer los beneficios de la educación en la naturaleza para la salud y para el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
“Para mí es clave que los futuros docentes sepan qué es esto, lo puedan aplicar en su práctica diaria o incluso puedan emprender su propio camino fundando una escuela de este tipo. Este es el caldo de cultivo ideal para formar a los futuros maestros en esta mirada”, comentó Hueso.
Grupo Saltamontes
Desde el punto de vista curricular, la impulsora del Grupo Saltamontes aseguró que se afianzan mucho los aprendizajes porque “se hacen de forma mucho más orgánica, más natural, adecuada a los ritmos de aprendizaje de cada niño y a los intereses de cada momento”.
La docente destacó los beneficios emocionales. “Está demostradísimo que la naturaleza nos hace sentirnos mejor y baja los niveles de estrés”, comentó. Sobre la salud física detalló que el movimiento al aire libre contribuye a fortalecer los músculos, el sistema inmunológico y aumenta la vitamina D, entre otros.
Hueso señaló que la pandemia ha contribuido a que haya una sensibilidad mayor hacia este modelo sobre todo entre los profesionales y las familias pero que no se ha traducido en un pico de inscripciones en las escuelas. Y es que estos centros son privados porque todavía no hay un reconocimiento oficial.
En ese sentido, la especialista argumentó que los responsables políticos “tienen una oportunidad de oro” para darse cuenta de que este modelo tiene interés y funciona. “La administración tiene que abrir un poco la mirada y que los requisitos que ponen a las escuelas no sean tan estrictos. No se trata de cambiar la ley, sino de interpretarla de manera que las escuelas de este tipo tengan cabida en ella”, defendió Katia Hueso.