Los escolares del colegio Ensanche de Teruel descubren referentes femeninos en la tecnología
La turolense Ana González anima a las niñas a convertirse en científicasLa celebración esta semana del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia ha llegado, a través de la iniciativa nacional 11 de febrero, a varios centros educativos turolenses con propuestas para dar visibilidad a las contribuciones femeninas en este campo y animar a las pequeñas a convertirse en las investigadoras del futuro. La turolense Ana González, técnico de servicios de atención al usuario de la empresa Aragonesa de Servicios Telemáticos, estuvo este miércoles en el colegio público Ensanche de la capital con los estudiantes de quinto de Primaria, a los que ofreció una charla amena y participativa que despertó el gusanillo por la tecnología en muchas alumnas.
González tiene claro que una de las principales barreras que provoca que sean muy pocas las mujeres que optan por las carreras tecnológicas está en que a las niñas y las jóvenes les faltan referentes. “Hace años estaba tan mal visto que una mujer fuera científica que algunas incluso utilizaban seudónimos y eso se ha traducido también en que en los libros de texto no hablen de las contribuciones de las mujeres. A las grandes científicas no se les da visibilidad”, lamentó la experta turolense.
Por ello, su charla comenzó animando a los pequeños -niños y niñas porque en el cambio tienen que participar todos-, a averiguar si varios inventos los habían realizado hombres o mujeres. Los escolares pudieron comprobar que las mujeres están detrás de contribuciones que han mejorado mucho la vida diaria de las personas como el lavavajillas, el primer fármaco contra la leucemia, el tejido kevlar, el antecesor del e-book o la tecnología wifi, entre otros.
Seguidamente, les propuso un juego de pistas para conocer mejor a algunas de estas científicas como Ada Lovelance que desarrolló el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina y que da nombre a un lenguaje de programación (ADA); a Hedy Lamarr que conjugó su faceta como actriz con la tecnología militar y desarrolló un sistema en el que se basa la actual wifi y el bluetooth.
Pero también hubo espacio para lo más cercano con las figuras de la aragonesa Rosa Monge que trabaja en el ámbito de la microtecnología y los biochips y Elena García Armada, que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico.
El alumnado aprendió de una forma muy divertida y participativa. Ana González también les contó su propia experiencia personal. Animó a la chicas a romper tópicos y a apostar por la ciencia y la tecnología y sobre todo “a luchar por sus sueños”.
González también les habló de los retos del futuro en temas como el cuidado del medio ambiente, la inteligencia artificial o el internet de las cosas para los que van a ser necesarios profesionales bien formados en el ámbito de la tecnología.
Tras la charla, Ana González se mostraba muy satisfecha porque los niños y las niñas habían sido muy participativos. “Me han transmitido sus ganas de estudiar y de apoyarse unos a otros y con mucha ilusión”, comentó y confió en haber aportado su “granito de arena” para que en unos años estas chicas que le dijeron que querían ser astronautas, inventar la vacuna contra el cáncer o ayudar a que las personas parapléjicas puedan andar “persigan esos sueños”.