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Los dinosaurios con placas, la elegancia de los reptiles terribles del Mesozoico en la provincia Los dinosaurios con placas, la elegancia de los reptiles terribles del Mesozoico en la provincia
Los dos corpóreos que representan en vida cómo era ‘Dacentrurus’ con un gran realismo en Tierra Magna de Dinópolis

Los dinosaurios con placas, la elegancia de los reptiles terribles del Mesozoico en la provincia

El registro de estegosaurios en varios municipios turolenses es de los más importantes de Europa
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Podían medir hasta 10 metros de longitud, pero lo más fascinante de su anatomía eran las placas y las púas que exhibían en su lomo y en la cola. Estos dinosaurios con placas, llamados estegosaurios, encarnan a la perfección la elegancia de los lagartos terribles del Mesozoico y fueron uno de los animales más comunes en los ecosistemas del Jurásico turolense. De hecho, el registro de sus fósiles en varios municipios de la provincia es de los más importantes de Europa. No pertenecen a un género nuevo sino a uno que ya se conocía y que fue descrito en el siglo XIX en Inglaterra, Dacentrurus armatus, pero su singularidad en Teruel es tal que representan a una de las grandes especies de dinosaurios halladas en la provincia.

Tan representativos son los estegosaurios de los dinosaurios encontrados en las comarcas turolenses, que el dibujo de uno de ellos aparece en el logotipo de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis. En sus inicios era un saurópodo el que aparecía dibujado, pero posteriormente se cambió. Y en la sede de esta institución científica, un gran mural de Pascual Berniz con uno de estos dinosaurios es el que da la bienvenida a los visitantes.

Municipios como Riodeva y El Castellar han arrojado numerosos fósiles de estos animales, y no sólo restos directos como son los huesos sino también las huellas que dejaron impresas en el sedimento. Tan común son estas icnitas, que en El Castellar se llegó a describir en el año 2010 un nuevo icnogénero correspondiente a las pisadas de estos animales, que recibió el nombre de Deltapodus ibericus.

Galve es otro de los municipios turolenses donde se han encontrado fósiles de estegosaurios, que pueden verse en el Museo de Paleontología José María Herrero de la localidad, y recientemente la Fundación Dinópolis publicó varios artículos que gracias a este registro turolense clarifican la clasificación de los estegosaurios europeos, además de arrojar luz sobre cómo se movían y sus hábitos gregarios, puesto que se desplazaban como si fuesen manadas.

El Museo Aragonés de Paleontología en Dinópolis alberga numerosos fósiles de estos estegosaurios encontrados tanto en El Castellar como en Riodeva, y en la sede del parque paleontológico en este último municipio también se exhiben otros fósiles, además de una maqueta de cómo eran en vida. Pero la representación más espectacular de estos animales es la que hay en Tierra Magna, dentro de Dinópolis, con dos ejemplares que parece que estuviesen en movimiento y que exhiben su elegancia.

Los últimos meses han sido pródigos en la publicación de trabajos científicos de la Fundación Dinópolis sobre estos animales, en los que trabaja desde hace tiempo para su exhibición tanto en los museos del conjunto paleontológico, como para enseñarlos in situ en el mismo lugar donde aparecieron.

Es lo que se hizo en el yacimiento de San Cristóbal en 2019, que es un caso excepcional en Europa de musealización de un yacimiento de fósiles de dinosaurio en el sitio donde se hallaron. El lugar se inventarió por primera vez en 2005 y tras varias intervenciones se optó por dejar la mayoría de los huesos en el afloramiento para exhibirlos allí protegidos por una caseta acristalada.

Tras unas primeras extracciones, fue en 2015 cuando se reabrió el yacimiento y con ayuda de maquinaria pesada se fueron alcanzando los niveles en los que estaban los fósiles. No son huesos articulados, sino una acumulación de los mismos, probablemente arrastrados por alguna riada. Es un yacimiento espectacular porque aparecen vértebras dorsales completas, muchas costillas y otros elementos óseos fragmentados. Es el conjunto de fósiles de estegosaurio más completo de los hallados en Europa.

Tal diversidad de restos directos e indirectos convierte a la provincia en un paraíso de estos animales al cumplirse este año el 200 aniversario de la dinosauriología mundial, cuando el naturalista y geólogo inglés William Buckland publicó científicamente el primer dinosaurio en el año 1824, aunque aquel ejemplar se trataba de un saurópodo al que bautizó con el nombre de Megalosaurus. Los estegosaurios llegarían más tarde y no fue hasta 1875 cuando se describió el nuevo género Dacentrurus armatus al que pertenecen también los fósiles de Teruel.

Su descubridor fue el mismísimo Richard Owen, que fue quien acuñó el término dinosaurio para englobar a los grandes reptiles del Mesozoico que empezaron a dar a conocer William Buckland y Gideon Mantell en 1824 y 1825. Este nuevo género se bautizó inicialmente con el nombre de Omosaurus armatus, pero al conocerse que otra especie fósil ya se denominaba igual, en 1902 se le llamó Dacentrurus.

San Cristóbal

El ejemplar del yacimiento de San Cristóbal es uno de los más completos de Europa y pertenece al Jurásico Superior, cuando fueron hegemónicos, hace aproximadamente entre 155 y 145 millones de años. Eran animales cuyo esqueleto revela que tenían una gran elegancia con su doble hilera de placas y púas desde el comienzo del cuello hasta el final de la cola, en algunos casos con longitudes de hasta 10 metros.

Estos fósiles turolenses han arrojado importantes datos sobre esta familia de dinosaurios a nivel mundial. En junio pasado, una investigación de la Fundación Dinópolis en colaboración con la Uned, publicada en la revista científica Zoological Journal of th Linnean Society, estudió en profundidad el esqueleto del estegosaurio de San Cristóbal y ayudó a esclarecer la diversidad de estos dinosaurios con placas durante el Jurásico Superior.

Se estudiaron otros fósiles y se compararon, y entre las conclusiones más destacadas fue la asignación a Dacentrurus armatus no sólo de los fósiles de El Castellar, sino de otros diez ejemplares procedentes de distintos países europeos.

El análisis fue a más y llegó a la conclusión de que el estegosaurio Miragaia longicollum de Portugal no puede considerarse como un género y especie válidos, sino que por el contrario se reasigna a Dacentrurus armatus. Además, y la especie Miragaia longispinus pasa a ser registrada como Alcovasaurus.

Los paleontólogos de ambas instituciones llegan también a la conclusión de que Dacentrurus y Stegosaurus stenops son los únicos estegosaurios reconocidos por ahora en el Jurásico Superior de Europa.

El registro fósil encontrado convierte además a Dacentrurus, según los paleontólogos de la Fundación Dinópolis y de la Uned, en el estegosaurio más abundante de los ecosistemas costeros del Jurásico Superior europeo, según el director gerente de la institución científica turolense, Alberto Cobos. Cuando se presentó este importante hallazgo científico, el paleontólogo destacó la relevancia que tenían estos descubrimientos para esclarecer la clasificación sistemática de estos animales que son icónicos en la dinosauriología mundial.

Cobos valoró también entonces que los hallazgos de la provincia de Teruel son una “ventana única para el estudio de los estegosaurios”, tanto por los huesos encontrados como por sus huellas. Tanto es así, que al poco tiempo apareció otra publicación científica en la revista Scientific Reports, que analizaba la mayor muestra recopilada de huellas de estos animales y hacía un profundo análisis en 3D de las pisadas que dejaron en sedimentos frescos.

El estudio se hizo sobre 86 huellas de ocho yacimientos distintos, la mayoría de ellas en el afloramiento de El Castellar, donde se estima que hay alrededor de 800 huellas. La conclusión es que los Dacentrurus que dejaron esas huellas caminaban en una misma dirección y a una marcha similar, lo que indica que se movían en manadas y tenían un comportamiento gregario. Aunque la comunidad científica especulaba con esa conducta, ha sido a través de este estudio como se ha podido confirmar esa hipótesis y darla por segura.

Pasear por el Museo Aragonés de Paleontología en Dinópolis y adentrarse en la sección del Jurásico donde se exhiben los fósiles de Dacentrurus hallados en Teruel, es como abrir una ventana al pasado y recorrer esos parajes costeros y lacustres por los que estos gigantes con placas deambularon como una más de las maravillas paleontológicas que conserva la provincia.

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