Julio Esteban, segundo por la derecha, con Arturo Aliaga, Ramón Millán y Santiago Gonzalvo en una imagen de 2018
Los críticos del PAR dejan el partido y critican que el presidente Aliaga haya "profundizado en nuevas heridas y divisiones"
Entre los que se marchan están los turolenses Julio Esteban, Berta Zapater o Carlos Sánchez
El Partido Aragonés ha sumado nuevas bajas de destacados miembros del sector crítico bajo el argumento de "la absoluta falta de democracia interna", y entre los que se encuentran Elena Allué, rival directa de Arturo Aliaga en el último congreso en el que éste revalidó la presidencia, recurrido por presuntas irregularidades y que fue anulado por el Juzgado de Instancia número 18 de Zaragoza.
“El Partido Aragonés no tiene solución interna para la defensa del aragonesismo y España” aducen desde el sector crítico del PAR, liderado por Elena Allué, quien ha presentado su baja en el partido junto a Julio Esteban, Javier Callizo, Berta Zapater, Lucía Guillén, Carlos Sánchez o Pepe Sanmiguel y que se suman a las que durante estos meses se han producido de otros militantes de reconocida trayectoria política como José María Fuster, Marina Sevilla, Ramón Millán o el histórico alcalde del Bajo Aragón histórico, Fernando Cavero.
En opinión de los críticos, los hechos probados por la sentencia que anula el congreso son de “tal gravedad que descalifican a sus autores, coautores y cómplices para seguir un solo minuto más, no ya al frente del partido, sino incluso como militantes de base. Si todavía conservan un mínimo sentido de la dignidad, unos y otros no tienen otra salida que abandonar los órganos de dirección y el propio partido al que tanto daño han hecho.”
Sin embargo, "cansados de esperar" que Arturo Aliaga iniciara, con su Comisión Ejecutiva, un camino hacia la reconciliación interna del partido como le solicitaron, critican que el presidente del PAR haya "profundizado en nuevas heridas y divisiones", también entre quienes le apoyaron, y que "han sumido al PAR en un escenario sin salida política interna y externa".
Para los críticos “la formación política que fundara Hipólito Gómez de las Roces, sin la que es imposible entender la historia del Aragón contemporáneo que renace con la Transición, no merece estar a merced de unos dirigentes que no han ahorrado esfuerzos para arruinarla políticamente en beneficio propio”.
En la actualidad, consideran que la voluntad de buscar soluciones para la reconciliación de la militancia del Partido Aragonés es "nula", con un presidente "enrocado" y unos dirigentes que aun cuando en su momento le apoyaron "ahora se encuentran en un camino de luchas personalistas en el que dejan sin futuro político a cientos de alcaldes y concejales, llevando al Partido a una situación irreversible y de absoluta falta de credibilidad ante la sociedad aragonesa".
“Lejos de aceptar los hechos probados por la Sentencia y presentar la dimisión de sus cargos y su baja como militantes, uno y otros han optado por seguir arrastrando por el lodazal el nombre del Partido Aragonés, en una guerra tan infame como inútil por sacudirse las culpas del amaño. La descomposición de esta ejecutiva que, con su todavía presidente a la cabeza, tanto ha hecho por descomponer al partido ha llegado a un punto de no retorno”, afirman.
También reprochan a Arturo Aliaga que como vicepresidente no haya generado "ni un solo avance en positivo" en la defensa del Pacto del agua, la eliminación del impuesto de sucesiones o la custodia compartida, entre otros aspectos que le reclamaron, o que no haya actuado "de palanca de freno de la deriva del partido socialista que avergüenza al votante tradicional del PAR".
"El aragonesismo no solo defiende el deber de hacer más aragonés a Aragón, sino también de defender una España constitucional", señalan los críticos del PAR quienes se muestran dispuestos a seguir "luchando por un Aragón más decisivo en una España fuerte y unida" pero desde fuera de las filas del PAR, que abandonan, no obstante, "agradecidos por los momentos de compañerismo político vividos junto a alcaldes, militantes y concejales del PAR, pero profundamente decepcionados".
“El Partido Aragonés no tiene solución interna para la defensa del aragonesismo y España” aducen desde el sector crítico del PAR, liderado por Elena Allué, quien ha presentado su baja en el partido junto a Julio Esteban, Javier Callizo, Berta Zapater, Lucía Guillén, Carlos Sánchez o Pepe Sanmiguel y que se suman a las que durante estos meses se han producido de otros militantes de reconocida trayectoria política como José María Fuster, Marina Sevilla, Ramón Millán o el histórico alcalde del Bajo Aragón histórico, Fernando Cavero.
En opinión de los críticos, los hechos probados por la sentencia que anula el congreso son de “tal gravedad que descalifican a sus autores, coautores y cómplices para seguir un solo minuto más, no ya al frente del partido, sino incluso como militantes de base. Si todavía conservan un mínimo sentido de la dignidad, unos y otros no tienen otra salida que abandonar los órganos de dirección y el propio partido al que tanto daño han hecho.”
Sin embargo, "cansados de esperar" que Arturo Aliaga iniciara, con su Comisión Ejecutiva, un camino hacia la reconciliación interna del partido como le solicitaron, critican que el presidente del PAR haya "profundizado en nuevas heridas y divisiones", también entre quienes le apoyaron, y que "han sumido al PAR en un escenario sin salida política interna y externa".
Para los críticos “la formación política que fundara Hipólito Gómez de las Roces, sin la que es imposible entender la historia del Aragón contemporáneo que renace con la Transición, no merece estar a merced de unos dirigentes que no han ahorrado esfuerzos para arruinarla políticamente en beneficio propio”.
En la actualidad, consideran que la voluntad de buscar soluciones para la reconciliación de la militancia del Partido Aragonés es "nula", con un presidente "enrocado" y unos dirigentes que aun cuando en su momento le apoyaron "ahora se encuentran en un camino de luchas personalistas en el que dejan sin futuro político a cientos de alcaldes y concejales, llevando al Partido a una situación irreversible y de absoluta falta de credibilidad ante la sociedad aragonesa".
“Lejos de aceptar los hechos probados por la Sentencia y presentar la dimisión de sus cargos y su baja como militantes, uno y otros han optado por seguir arrastrando por el lodazal el nombre del Partido Aragonés, en una guerra tan infame como inútil por sacudirse las culpas del amaño. La descomposición de esta ejecutiva que, con su todavía presidente a la cabeza, tanto ha hecho por descomponer al partido ha llegado a un punto de no retorno”, afirman.
También reprochan a Arturo Aliaga que como vicepresidente no haya generado "ni un solo avance en positivo" en la defensa del Pacto del agua, la eliminación del impuesto de sucesiones o la custodia compartida, entre otros aspectos que le reclamaron, o que no haya actuado "de palanca de freno de la deriva del partido socialista que avergüenza al votante tradicional del PAR".
"El aragonesismo no solo defiende el deber de hacer más aragonés a Aragón, sino también de defender una España constitucional", señalan los críticos del PAR quienes se muestran dispuestos a seguir "luchando por un Aragón más decisivo en una España fuerte y unida" pero desde fuera de las filas del PAR, que abandonan, no obstante, "agradecidos por los momentos de compañerismo político vividos junto a alcaldes, militantes y concejales del PAR, pero profundamente decepcionados".
