Los bomberos transportan en cuatro meses el 75 % del agua suministrada en todo el 2023 por los efectos de la sequía
La Diputación de Teruel ha recibido este año 66 solicitudes para realizar sondeos frente a las cuatro del ejercicio anteriorLa acuciante sequía que afecta a gran parte de la provincia de Teruel ha provocado que el suministro de agua realizado por los bomberos hasta este jueves se eleve a 1.644.000 litros de agua, frente a los 2.204.500 que se llevaron hasta las poblaciones, a causa de la escasez hídrica, en todo el año 2023. En los cuatro primeros meses del año se ha transportado hasta los pueblos por la sequía el 74,6% del total de agua que se suministró en todo el pasado ejercicio.
De esos litros descargados por los bomberos de la Diputación de Teruel, casi la mitad (768.000) han ido a parar a los depósitos de La Iglesuela del Cid, donde tienen problemas de escasez a consecuencia de la sequía desde el verano pasado. Prácticamente la otra mitad (708.000 litros) han tenido como destino Albentosa y los 105.000 restantes el barrio El Paúl, de Manzanera, según las cifras facilitadas por la DPT.
Si no se producen precipitaciones, el verano será difícil en lo que se refiere al suministro de agua para muchos pueblos de Teruel, sobre todo los de la zona del Maestrazgo, donde el seco invierno ha dejado sin apenas agua los manantiales de La Iglesuela, pero también de Cantavieja, Villarluengo o Mirambel, entre otros.
En el año 2023 los bomberos llevaron 2,2 millones de litros a pueblos de Teruel a consecuencia de la sequía, una cifra sustancialmente superior a la de los tres años anteriores, donde apenas hubo problemas de suministro por este motivo. En el año 2020 los bomberos transportaron 152.000 litros de agua; 220.000 en 2021 y 310.000 en el año 2022 y, según fuentes de la Diputación de Teruel, la mayor parte de ese agua se descargó en la localidad de Abejuela, donde el problema del suministro de agua se extiende a hace más de una década.
En estos cuatro primeros meses del año los bomberos han suministrado un total de 2,94 millones de litros, más de la mitad, 1,64, por la sequía. En 2023 los litros llevados a los pueblos fueron 3,57 millones y de ellos 2,2 a consecuencia de la escasez de precipitaciones.
Se cubrirá todo lo urgente
La dramática situación ha llevado a un total de 66 pueblos turolenses de diferentes comarcas a solicitar la adhesión al convenio marco de la Diputación de Teruel para la realización de captaciones que garanticen el suministro a sus vecinos. El presidente de la institución, Joaquín Juste, destacó la gran cantidad de solicitudes recibidas y recordó que el año pasado hubo sólo cuatro. “La mayoría son por la sequía”, comentó, para añadir que ya se están realizando dos sondeos en Villel y La Iglesuela del Cid. Adelantó que el responsable del gabinete geológico está recorriendo los pueblos afectados para elaborar un informe donde se establezcan las necesidades con el fin de financiar “todas las que sean urgentes”, aseguró Juste. El presidente detalló que destinará “la cantidad suficiente”, procedente de los remanentes, a la realización de sondeos para poder acometer todos los que los técnicos consideren prioritarios. En un primer informe hay perforaciones incluidas por valor de 2,4 millones, aunque Juste aclaró que se dará prioridad a aquellos pozos que sean para abastecer poblaciones y no otras demandas, como polígonos industriales o ganaderos.
En toda la zona del Maestrazgo la situación es dramática. Se han secado fuentes y también árboles y matorrales, como pinos, carrascas o aliagas. Las mayores complicaciones a nivel de suministro se dan en La Iglesuela del Cid, donde los bomberos llevan cada semana varias cubas para que los vecinos puedan beber. En la localidad no hay restricciones porque las tuberías son muy viejas y, cuando se producen cortes, la presión del aire provoca roturas”, especificó el alcalde, Fernando Safont, quien matizó que la medida que han adoptado es la concienciación de la gente del pueblo y el uso del agua únicamente para consumo humano.
La localidad está trabajando en la perforación de un sondeo en la Rambla de las Truchas, donde mana un mínimo de 4,5 litros por segundo y un máximo de 8 litros, “en estas circunstancias actuales”, asevera. El pozo es de apenas siete metros, aunque la idea es llegar hasta los 14 metros por cuestiones de seguridad, ya que así lo aconsejan los técnicos.
En Abejuela los problemas en el suministro de agua son crónicos puesto que siempre que hay sequía los manantiales resultan insuficientes. Con 708.000 litros de agua suministrados es el segundo municipio, tras La Iglesuela del Cid, donde más servicios han realizado los bomberos en estos cuatro primeros meses del año.
La alcaldesa de Abejuela, Mari Carmen Civera, indica que en los últimos años se han realizado actuaciones para mejorar la red de abastecimiento, con la construcción de depósitos y renovación de parte de las tuberías, pero mientras los manantiales sean los mismos y no haya precipitaciones, el problema persistirá. “Hace días que no nos suministran porque en Semana Santa cayeron cuatro gotas y aumentaron los manantiales, pero ahora estamos otra vez al límite, ha bajado much el nivel y en un mes tendremos que volver a pedir agua”, avanzó. La localidad es una de las que ha solicitado adherirse al convenio de la DPT para la perforación de un pozo.
En Mirambel y Cantavieja todavía no han echado mano del servicio de bomberos por la sequía, pero la falta de lluvia y nieve ha reducido a la mínima expresión los manantiales y ambos han solicitado ayuda a la Diputación de Teruel para realizar sendos sondeos. La alcaldesa de Mirambel, Mari Carmen Soler, indica que de momento agua de boca tienen y, hasta la fecha, se van apañando con la reserva hídrica de las balsas que tienen para abastecer a los ganaderos.
Entre las medidas que han tomado, además de la prohibición de regar huertos y jardines, está la canalización del agua de las dos fuentes que tienen en el pueblo para que se acumule en una balsa y ahí acudan los ganaderos con sus cubas para poder transportar el agua a sus depósitos. En Mirambel hay un total de 25 explotaciones de vacuno, porcino y ovino.
Un verano complicado
El diputado delegado del servicio de Extinción de incendios y Protección civil, Francisco Narro, avanzó que, si no llueve, “va a ser un año bastante complicado” porque hay pueblos grandes, como La Iglesuela o Cantavieja que ya están teniendo problemas y cuando llegue el verano “saldrán más porque los municipios se llenan de gente”, aseveró. Además, planteó que también tienen demanda para campamentos, aunque aclaró que lo prioritario serán las poblaciones. Lo que más le preocupa, aseguró, son los municipios que están más alejados de los parques de bomberos debido a la distancia que hay que recorrer para abastecerlos.
Narro es además el alcalde de Camarena de la Sierra, conocido como el pueblo de las cien fuentes y, pese a ello, “hay abrevaderos que se han secado y en alguna fuente, como la de los Caños, apenas sale un chorrillo de agua”, lamentó.
La causa de esta situación está en la falta de precipitaciones no sólo en estos cuatro primeros meses del año, sino también en los últimos del pasado ejercicio, que es cuando se registra la lluvia y la nieve de la que se nutren los acuíferos de las zonas de montaña. Según la estación meteorológica de Fortanete, que forma parte de la red de los Polos del Frío, desde que se inició el presente año hidrológico, en el mes de octubre, la precipitación registrada han sido 194 litros por metro cuadrado, lo que arroja un déficit de precipitación del 50,5%, es decir que ha llovido la mitad de la media habitual. En este sentido, el responsable de estas estaciones, Manuel Sabater, indicó que en esta zona los meses más lluviosos son octubre, mayo, agosto y abril –en ese orden– y matizó que en dos de ellos no cayó una gota. Sin embargo, Sabater precisó que aunque estamos ante un año de escasez de precipitación, hay otro factor de vital importancia a tener en cuenta, y son las elevadas temperaturas, con una desviación de 2,7 por encima de la media. Esto es lo que ha acelerado la sequía al evaporar más agua y propiciar, por otro lado, que la demanda hídrica sea mayor.
Según los datos registrados por la estación de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de Vilafranca del Cid, en Castellón, que es la más cercana al Maestrazgo, en los cuatro primeros meses del año se registraron 62,2 litros por metro cuadrado. En el mes de abril llovió sólo cinco días, entre el 25 y el 29, pero la precipitación máxima fueron 7,8 litros por metro cuadrado y en total sólo alcanzaron los 13 litros.
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