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Los arrastres de una rambla cortan el río Alfambra y lo desvían por choperas y huertas Los arrastres de una rambla cortan el río Alfambra y lo desvían por choperas y huertas
La acumulación de sedimentos de la rambla Cedera taponaron el cauce del río (en primer término)

Los arrastres de una rambla cortan el río Alfambra y lo desvían por choperas y huertas

Quejas vecinales porque advirtieron en primavera a la CHJ de la acumulación de sedimentos en los cauces
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Los arrastres de una rambla han cortado el río Alfambra a la altura de Villalba Baja, tras las lluvias torrenciales del pasado domingo, y han desviado el cauce fluvial por las choperas y las huertas. El río no puede seguir su curso habitual al haber quedado completamente cegado por toneladas de piedras arrastradas por la rambla Cedera, a un kilómetro de la pedanía. Los vecinos se quejaron ayer de que advirtieron del riesgo  a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en primavera, así como de la acumulación de sedimentos en el río a su paso por el barrio, lo que provocó que entrara agua en algunas viviendas el domingo.

El río Alfambra ha inundado choperas y huertas a su paso por  Villalba Baja tras la riada del domingo, además de haber provocado destrozos en el parque que hay junto al puente, pero el mayor problema que existe ahora es que el cauce fluvial está cortado por la acumulación de toneladas de sedimentos procedentes de una rambla a un kilómetro de la pedanía.

Al estar cortado el cauce natural del Alfambra, el agua discurre libremente por las choperas y huertas, y es a través de las acequias como regresa al río pasado el puente que hay en la pedanía rural.

El concejal delegado de Barrios Rurales, Julio Esteban, que visitó ayer la zona afectada por las tormentas, aseguró que el Ayuntamiento de Teruel había comunicado por la mañana esa anomalía al guarda de la CHJ.

Acumulación de piedras

Mientras no se retire la acumulación de rocas y sedimentos que han cegado el cauce fluvial, el río seguirá desviándose por las choperas y acequias porque el lugar donde se ha producido el tapón, a causa de los arrastres de la rambla Cedera, está lleno de toneladas de rocas y sedimentos que impiden el paso del agua.

Aunque no afecta a viviendas,  porque en esa margen del río solo hay choperas y huertos, todo el campo está anegado por el agua, que busca su salida a través de las acequias para retornar al cauce fluvial un kilómetro más allá.

Algunos vecinos se quejaron de esta situación porque aseguraron que habían advertido ya a la Confederación Hidrográfica del Júcar del mal estado en que estaba la rambla, al haber acumulado muchos sedimentos sin que se hayan limpiado.

Los vecinos también se quejaron de que el agua embalsó varias calles del pueblo e inundó alguna casa porque el cauce está sucio a su paso por la pedanía y el nivel llegó a la misma altura de los desagües. Debido a ello, el agua que discurría por las calles era revocada al llegar a los desagües y no poder tragarla, ya que se encontraban con la riada del Alfambra al mismo nivel.

Uno de los afectados, Lorenzo González, que  tiene su casa al otro lado de la carretera, prácticamente a la altura del puente sobre el río, explicó que el agua entró en su vivienda y el nivel llegó a subir entre 20 y 40 centímetros. Explicó que tuvo que hacer un murete en la puerta para contener el agua.