Los aparejadores de Teruel editan dos guías para dar respuesta a 101 preguntas sobre accesibilidad
Se lanzan colaboración con los administradores de fincasTodos los edificios deberían de ser accesibles para cualquier usuario desde el 4 de diciembre de 2017, según la Ley General de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social. Sin embargo, su aplicación genera numerosas dudas, a las que han tratado de dar respuesta desde el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Teruel (COAAT) y el Colegio de Administradores de Fincas (CAF) de Aragón con la publicación de dos guías, que fueron presentadas en los Jardines de San Pedro.
La Guía para la gestión de actuaciones y obras de mejora de accesibilidad en comunidades de propietarios se complementa con la publicación 101 preguntas sobre accesibilidad en edificios de viviendas ya existentes. Ambas han sido elaboradas por la comisión de Accesibilidad del COAAT.
La primera guía tiene como objetivo principal ayudar a entender la manera en la que se debe acometer la adecuación efectiva de las condiciones de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad y personas mayores de 70 años en el acceso y utilización de los edificios existentes de viviendas.
La guía quiere servir también para concienciar a los vecinos sobre la obligatoriedad de adecuar los edificios existentes y facilitar la gestión a los administradores de fincas y a las comunidades de propietarios.
La guía se complementa con el documento 101 preguntas sobre accesibilidad en edificios de viviendas existentes, que pretende dar respuesta de manera directa a las diferentes cuestiones y dudas que pueden surgir en esta materia.
El presidente del COAAT, José Juan Salvador, explicó que “queda una gran labor por realizar para garantizar la accesibilidad de los edificios, sobre todo en los cascos antiguos”. Añadió que los aparejadores y arquitectos técnicos pueden asesorar a las administraciones públicas y a las comunidades de vecinos sobre las actuaciones a realizar para cumplir con la normativa y sobre las subvenciones existentes para llevarlas a cabo.
El presidente del CAF Aragón, Miguel Ruiz Lizondo, apuntó que, aunque existen mecanismos legales para eliminar las barreras arquitectónicas y garantizar la accesibilidad a los edificios, en muchos casos el coste económico es el principal obstáculo para llevar a cabo las obras necesarias.
Ruiz Lizondo añadió que, en algunos casos, “la vivienda se convierte en una celda porque las personas con movilidad reducida no pueden salir”.
El presidente del CAF Aragón recomendó a las comunidades de vecinos que cuenten siempre con un profesional para que las actuaciones cumplan con la normativa, “porque de otra manera pueden cometerse errores que representen un peligro”, señaló.
La jefa del servicio de Vivienda y Rehabilitación del Gobierno de Aragón en Teruel, Teresa Navarro, explicó que, aunque en 2020 se actualizarán los datos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) tan solo el 24% de los edificios existentes en la Comunidad Autónoma son accesibles. “Hay una tarea intensa y dura por delante”, sentenció.
Navarro dijo que existen políticas públicas para el fomento de la accesibilidad universal, como las subvenciones para la rehabilitación de vivienda, “que en Aragón están dando magníficos resultados”.
En este sentido, comentó que el 80% de las ayudas otorgadas en la última convocatoria se han destinado a actuaciones de accesibilidad y que se han beneficiado 5.900 viviendas, 500 de ellas ubicadas en la provincia de Teruel.
El coste medio de esas actuaciones ronda los 6.000 euros y las ayudas alcanzan los 2.700 euros, explicó.
El concejal de Urbanismo, Vivienda, Infraestructura y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Teruel, Juan Carlos Cruzado, aseguró que el equipo de Gobierno pretende bonificar en un 90% el coste de las tasas de las licencias de obras destinadas a acometer obras de accesibilidad.
Añadió que en los edificios públicos municipales se están incorporando rampas y dispositivos mecánicos para facilitar el acceso y que en la ciudad se encuentran a veces con dificultades para eliminar las barreras arquitectónicas por su orografía o por la existencia de calles estrechas. Esta última problemática pretenden resolverla limitando la circulación a un solo sentido para ampliar las aceras.
