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Lección de solidaridad y responsabilidad ciudadana de los turolenses en la No Vaquilla Lección de solidaridad y responsabilidad ciudadana de los turolenses en la No Vaquilla
Aspecto de la Plaza del Torico, a media tarde del domingo. Bykofoto / Antonio García

Lección de solidaridad y responsabilidad ciudadana de los turolenses en la No Vaquilla

Estos días, antes tan especiales, transcurren sin incidencias dignas de relevancia
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Si durante el estado de alarma por el coronavirus mostraron su solidaridad, ahora los turolenses han demostrado ser responsables. Hasta ayer por la tarde, la No Vaquilla estuvo transcurriendo sin incidentes destacables. La noche del sábado al domingo, que durante un año normal es la más conflictiva por el gran número de personas que se concentran en al ciudad, transcurrió sin incidentes destacados y hasta que la tormenta descargó al mediodía el fin de semana se pasaba como se pretendía: como un fin de semana normal, para evitar aglomeraciones y evitar el peligro de contagio del Covid-19, que era de lo que se trataba cuando se suspendieron las Fiestas del Ángel.
La Junta Local de Seguridad decidió desplegar para este fin de semana un dispositivo similar al de la Vaquilla de años anteriores, pero la noche del sábado al domingo transcurrió de forma tranquila. Fuentes de la Subdelegación del Gobierno destacaron la tranquilidad con la que había transcurrido la primera jornada de la No Vaquilla.
Desde el Ayuntamiento de Teruel subrayaron también este ambiente empañado solo por las molestias de fiestas en viviendas particulares, lo que originó llamadas a la Policía Local por ruido durante la noche. No hubo botellones en vía pública y tampoco se detectaron incumplimientos en locales de ocio para los más jóvenes. Los bares y terrazas cerraron en hora y se levantó acta por una terraza del Ensanche que excedía en mobiliario.
Ayer por la mañana la tranquilidad era la tónica general en las calles turolenses, más incluso que los anteriores fines de semana de la llamada nueva normalidad. Muchos vecinos han optado por marcharse de la ciudad a la playa, al pueblo o a otras ciudades aprovechando que hoy es festivo y los que se han quedado han llevado su rutina habitual los fines de semanas. Las terrazas de la avenida Sagunto, del Óvalo o del Centro Histórico estaban ayer abiertas a la hora del vermú. 
Sus responsables indicaron que el ambiente del sábado de la No Vaquilla había sido bueno, más tranquilo que otros fines de semana. Había habido en algunos casos reservas de grupos que tradicionalmente se reúnen en el mismo sitio para comer antes de la puesta del pañuelo o por la noche para cenar, que mantuvieron esta costumbre y a pesar de no celebrarse las fiestas volvieron a reunirse, porque “lo que importa es estar con los amigos”.
Lo que más preocupaba a los hosteleros es mantener los aforos establecidos por la alarma sanitaria, incluso en algunos sitios decidieron no sacar tantas mesas como tenían concedidas para poder atender mejor las reservas.
El vicepresidente de Teruel Empresarios Turísticos, Fernando Cánovas, destacó el buen ambiente que se vivió el sábado. “La gente está muy concienciada” señaló, algo que también subrayaron en otros establecimientos hosteleros de la capital. “La gente ha sido muy educada”, como indicó Miguel Rodilla, del Ambigú.
La ocupación hotelera también se animó la noche del sábado al domingo con las reservas de última hora, después de que se produjeran cancelaciones cuando se dijo que en Aragón había habido rebrotes, comentó Cánovas, cuando la distancia al foco de la infección es enorme.  
En algunos establecimientos indicaron que los ingresos que se habían producido este fin de semana eran similares a otras Vaquillas porque el tipo de cliente que este año había optado por sentarse a comer o cenar en sus establecimientos se gastaba más. Sin embargo, en otros comentaron que se había ingresado un 50% menos que un sábado de la Vaquilla.
Lo que tenían claro es que había que abrir. “No sabemos cuándo puede venir otro confinamiento”, indicó Alberto Escudero, de El Pegaso, establecimiento que en un domingo de Vaquilla es un hervidero de gente, desde la hora de los almuerzos y el vermú, hasta la comida y la hora de la merienda, cuando cientos de turolenses pasan por sus puertas para dirigirse a la plaza de toros. También cuando salen y paran a tomarse algo antes de ir a cenar a la peña. Un trasiego que ayer se echaba de menos, pero que todos respetan porque saben que es por una causa mayor.
Y quien no se consuela es porque no quiere, porque con la lluvia que cayó por la tarde, hizo pensar a más de uno que ayer no era un buen día para disfrazarse y salir a la arena de la plaza de toros. Al año que viene tendremos que estar todos, no puede faltar nadie así que hay que tomarse en serio las recomendaciones sanitarias. Ahora todos con mascarilla para que se pueda celebrar la Vaquilla de 2021 y no haya que echar a nadie más en falta.