Las autovías que reclama Teruel Existe son las planificadas y olvidadas por Fomento
El Plan Estratégico 2030 tiene los mismos objetivos planteados hace una décadaEl Plan Estratégico Teruel 2030 presentado días atrás por los movimientos ciudadanos turolenses, que de realizarse permitiría que la provincia quedase vertebrada a través de varias autovías, no ha sido un brindis al sol ni una carta a los Reyes Magos, sino la actualización de lo que han sido los planes de infraestructuras del Ministerio de Fomento del último cuarto de siglo, así como los compromisos adquiridos hace un década por el Gobierno central con el Plan de Actuación Específico para Teruel. Solo 217 millones de euros se han presupuestado desde 2006 en los Presupuestos Generales del Estado para avanzar en esas infraestructuras, de los cuales apenas se ha invertido la mitad y solo para ejecutar 22 kilómetros en carreteras convencionales.
No es nada nuevo el Plan Estratégico que proponen Teruel Existe, la Federación de Vecinos y la Plataforma en Defensa del Ferrocarril en lo que a infraestructuras de carreteras se refiere. De haber cumplido el Estado la planificación que hizo hace un cuarto de siglo en el Plan de Infraestructuras (PDI) 1993-2007, buena parte de esa red de autovías estaría ya hecha.
En aquel entonces, el Ministerio de Fomento planificó dos grandes ejes viarios de alta capacidad que procedentes del oeste y el sur de España se dirigían hacia Cataluña entrando en la provincia de Teruel por el suroeste y el sur atravesándola y vertebrándola, puesto que se sumaban a las otras dos autovías planificadas, la A-23 que lleva una década en servicio, y la A-68 por el Bajo Aragón.
Plan específico
Lo que plantea ahora Teruel Existe es lo mismo prácticamente pero con variaciones, y por tanto no es ninguna ocurrencia sino que algo que el Estado planificó en su momento y se tradujo en el llamado Plan de Actuación Específico para Teruel en la primera década de siglo, pero después cayó en un olvido quién sabe si interesado. Prueba de ello es la autovía A-40 Cuenca-Teruel, que de figurar como prioritaria en los planes estatales, en el plan actualmente vigente solo se considera “en estudio”.
Con razón el Justicia de Aragón, Ángel Dolado, en su informe sobre la provincia de Teruel recientemente presentado, llega a la conclusión de que la sociedad civil turolense va por delante de las instituciones y de la clase política, como ahora demuestra recuperando un plan estratégico que no hace sino retomar lo que en su día planificó el Estado y desde la Administración central ya nadie parece recordar.
La propuesta de los movimientos ciudadanos pasa por impulsar la construcción de la A-68 ahora que cuenta ya con una Declaración de Impacto Ambiental positiva, a la vez que se retoma el desdoblamiento de la carretera N-211 entre Monreal del Campo y Alcolea del Pinar prolongándola hasta Montalbán, donde enlazaría con ese otro gran eje que procedente del centro y sur de España atravesaría por el centro la provincia de Teruel en dirección a Cataluña; la A-40 con salida a Tarragona.
A eso se suma otro eje, que sí es novedoso con respecto a lo que planteaba en su día el Estado, aunque está recogido en la planificación de la Comunidad Valenciana, denominado “corredor mediterráneo interior” y que conectaría por autovía Ademuz con Utiel-Requena y con Almansa desdoblando la actual N-330.
Con excepción de este último eje, y del enlace entre Monreal y Montalbán, todo está recogido en el Plan de Actuación Específico de Teruel de 2004, con la salvedad de que entre Teruel y Alcañiz se planteaba una vía rápida construyendo las variantes de población, pero siempre con la expectativa por parte de los agentes sociales turolenses de que esa carretera acabara convirtiéndose también en autovía y ese fuera el primer paso que se diese. De hecho, la planificación ministerial de 1993 la concebía como eso, como una autovía.
Presupuestos
Fueron muchos millones los que se comprometieron con ese plan para hacer realidad, solo en infraestructuras viarias sin contar con las ferroviarias, esa provincia vertebrada que permitiera situarla al mismo nivel competitivo que otros territorios vecinos. Un dinero que se presupuestó en pequeñas cantidades para numerosos proyectos que con el tiempo fueron desapareciendo de los Presupuestos Generales del Estado y cuya ejecución ha sido ínfima. Pero frente al olvido que suele caracterizar toda actuación política e institucional, ahora Teruel Existe refresca la memoria con su propuesta del Plan Estratégico Teruel 2030, que para las cuencas mineras supondría además un impulso importante.
En el cuadro que se reproduce en este reportaje aparecen todos los proyectos de carreteras que figuraron en el Plan de Actuación Específico para Teruel. Teniendo en cuenta que desde que se planifica una obra hasta que se supera la fase administrativa, se contratan y se ejecutan las obras pasan diez años, a fecha de hoy la provincia debería estar ya vertebrada por esas autovías. Bien es cierto que Teruel, como siempre le ha pasado, tuvo la mala suerte de toparse con una crisis económica devastadora que paralizó estas actuaciones.
En cualquier caso, desde 2006 hasta 2018, a la vista de que los de 2019 no han podido salir adelante de momento, los Presupuestos Generales del Estado han consignado en todos estos años algo más de 217 millones de euros, que solo han servido para ejecutar 22 kilómetros de carreteras convencionales. Por un lado estaría la variante de Alcañiz, en la que se invirtieron 43,5 millones de euros, y por otro la N-232 entre Ráfales y el límite de la provincia de Castellón, que según los PGE del año pasado el coste total es de 73 millones de euros. En el primer caso supuso construir 8 kilómetros de carretera y en el segundo intervenir en 14 kilómetros con todos los problemas que ha dado esa infraestructura.
Solo la parte correspondiente a la provincia de Teruel de la A-68 hasta el Mediterráneo tenía un coste aproximado de 300 millones de euros, según datos de septiembre de 2011 recogidos en el informe que la Subdelegación del Gobierno en Teruel realizó sobre la “Valoración Plan de Actuación Específico para Teruel en el territorio durante el periodo 2004-2011”.
Por lo tanto, los 217 millones presupuestados para todas las obras comprometidas con el Plan Específico es una cantidad muy por debajo de lo asumido en su día e irrisoria si se tiene en cuenta además que, año tras año, no se ha ejecutado prácticamente nada descontando la variante de Alcañiz y la Ráfales-LP de Castellón.
Además, un análisis exhaustivo de los PGE revela cómo las cifras, repetidas en todos los ejercicios porque no se ejecutan, engordan la inversión en los presupuestos al no ser reales. Así se puede apreciar con la variante de Alcañiz, que si se suma lo presupuestado el coste asciende a 61 millones, cuando costó 43,5 millones, o el caso de la N-232 entre Ráfales y el límite de la provincia, cuya suma total de lo presupuestado desde 2006 eleva la cuantía total a 112 millones, cuando en los PGE de 2018 el coste de la obra se cifraba en 73 millones.
El cuadro resumen de las inversiones consignadas, y no ejecutadas en la mayoría, que acompaña este reportaje muestra cómo la intención era potenciar ese eje que atravesase la provincia de Teruel procedente por un lado de Cuenca y por otro de Guadalajara, y cómo conforme ha ido pasando el tiempo ha ido cayendo en el olvido hasta desaparecer prácticamente las partidas. Es el caso de numerosas variantes, mientras que el desdoblamiento de la N-211 entre Alcolea y Monreal suma una inversión, aunque habría que decir consignación, de casi un millón de euros en todos estos años sin que se haya hecho nada. Bueno, en realidad sí que se ha hecho, puesto que se ha dejado caducar el estudio informativo, aparte de lo que ha sucedido con la A-40 Cuenca-Teruel, que nadie sabe si está en el limbo o dónde se encuentra, pese a lo cual suma ya más de 12 millones de euros.
Mandato
El Plan Estratégico Teruel 2030 propuesto por los movimientos sociales reivindicativos, con el respaldo de toda la sociedad como se puso de manifiesto en la manifestación del 6 de mayo en Zaragoza, pretende rescatar ahora del olvido lo que desde los PGE y el Estado central han pretendido que se olvidara con el paso del tiempo. En pleno año electoral, Teruel Existe se reactiva y los partidos deberán retratarse de cara a las próximas elecciones porque lo que se está pidiendo no es nada nuevo, sino algo que se arrastra desde hace un cuarto de siglo, que se puso en presupuestos hace una década y que poco a poco se fue sacando de la planificación sin dar explicación alguna, más allá de la excusa de la crisis económica.