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Las asociaciones de vecinos de Teruel piden recrecer el embalse del Arquillo hasta los 30 hectómetros cúbicos Las asociaciones de vecinos de Teruel piden recrecer el embalse del Arquillo hasta los 30 hectómetros cúbicos
Embalse del Arquillo, donde los vecinos plantean recrecer la presa unos 4 metros, construir otro muro unos metros antes que el actual, o hacer una balsa lateral

Las asociaciones de vecinos de Teruel piden recrecer el embalse del Arquillo hasta los 30 hectómetros cúbicos

La propuesta busca garantizar un suministro suficiente de agua a la ciudad de Teruel con vistas a su desarrollo económico
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Recrecer el embalse del Arquillo de San Blas de los 21 Hm3 de capacidad que tiene actualmente hasta los 30 Hm3. Esa es la propuesta que ha lanzado la Federación de Asociaciones de Vecinos San Fernando de Teruel a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y a los grupos municipales del Ayuntamiento de la capital pensando en el futuro desarrollo económico de la ciudad. El presidente del movimiento asociativo vecinal, Pepe Polo, advirtió de que el futuro de Teruel no puede estar condicionado a la disponibilidad de un recurso tan importante como es el agua.

Las dos grandes sequías padecidas por Teruel a mediados de los años 90 del pasado siglo y durante 2017, que llevaron al embalse del Arquillo a secarse prácticamente, es lo que ha llevado a la Federación de Barrios a hacer esta propuesta, que este lunes presentaron en rueda de prensa su presidente, Pepe Polo, y la técnico de la misma, Patricia Blasco.

Para sustentar la iniciativa, la Federación ha elaborado un pequeño informe justificativo que estaría avalado por expertos, según comentó Polo, quien no precisó sus nombres, pero dio a entender que eran técnicos de la propia Administración y por tanto bien conocedores de una infraestructura de este tipo.

Las asociaciones vecinales quieren que esta propuesta sirva para abrir ya el debate en la ciudad sobre la necesidad de contar con más reservas de agua, en lugar de esperar al día de mañana cuando el problema de escasez surja y sea entonces demasiado tarde para afrontarlo.

Frente a la alternativa de las captaciones subterráneas, a las que ya se recurrió con la última sequía, Polo defendió la necesidad de poder disponer de un pantano con mayor capacidad de embalsado.

“No estaríamos hablando de una obra cara”, comentó el presidente de la Federación de Barrios, quien estimó que el coste podría rondar entre los 15 y los 20 millones de euros en función de la solución por la que se optase: aumentar la capacidad del embalse se podría conseguir elevando el muro de la actual presa, construyendo una nueva un poco más adelante donde finaliza el paseo fluvial del Guadalaviar, o haciendo una balsa lateral.

Únicas alternativas

Los representantes de las asociaciones vecinales recordaron que la presa de los Alcamines se descartó ya en su día, y que la única alternativa que se ha dado hasta ahora han sido los pozos de San Blas y de Escandón.

El motivo que argumenta la Federación en el informe que ha elaborado es el “cambio climático”, comentó Blasco, pero también las expectativas de crecimiento de la ciudad en un futuro por el efecto de “vaciamiento” de los pueblos por la despoblación, y sobre todo el desarrollo económico que puede haber en los próximos años al calor de la actividad del Aeropuerto de Teruel y la llegada del tren de alta capacidad con doble vía electrificada para tráfico mixto de mercancías y viajeros.

Aunque las expectativas actuales apuntan a un descenso de la población en la capital, Polo dijo que había que tener visión de futuro y prever lo que va a suceder, no solo en términos demográficos sino también de posibilidades de desarrollo económico con el ferrocarril Cantábrico-Mediterráneo y las empresas que puedan instalarse.

Unas previsiones que según el representante de las asociaciones vecinales no pasa solo por el crecimiento de la población sino por la demanda de agua que pueda haber por parte de las industrias que quieran instalarse en un futuro en la ciudad.

El agua es hoy día un recurso valiosísimo del que podría depender en un futuro la captación de firmas industriales atraídas por la proximidad de Valencia, un tren de altas prestaciones, y un aeropuerto industrial hasta el que llega la vía de tren, lo que no sucede en otras instalaciones aeroportuarias.

“El abastecimiento de agua a la ciudad es una hipoteca de futuro que tenemos”, argumentó Polo, quien recordó que el cambio climático es una realidad que tenemos ya encima y hay que actuar adelantándose a futuros acontecimientos.

El presidente vecinal comentó que Teruel no puede tener esa hipoteca si quiere crecer. “Si nos planteamos crecer, cualquier empresa que tuviera que venir aquí a instalarse, sin reserva hídrica no se implantaría”, argumentó.

Polo recordó además que la presa del Arquillo tiene ya medio siglo y las demandas de agua que había entonces no son las actuales, por más que se hiciese entonces una previsión de futuro.

Polo explicó que el Arquillo tiene una capacidad de 21 hectómetros cúbicos, pero en realidad no es esa el agua que embalsa ya que no pasa de los 19, puesto que por motivos de seguridad en caso de avenidas, cuando llega a ese nivel se desembalsa tanta agua como entra para que no supere esa cantidad. 

Además, si se tienen en cuenta los 4 Hm3 que debe reservar siempre el embalse para evitar que se seque, la realidad es que la capacidad de agua disponible para abastecer a los hogares y para uso industrial es de 15 Hm3. Por eso piden un recrecimiento que permita almacenar 30 Hm3.

Polo argumentó que eso es posible porque en periodos de lluvias podría almacenar más recursos hídricos al verter la cuenca del Guadalaviar más agua de la que actualmente tiene capacidad de embalsar el Arquillo.

Puso como ejemplo que desde que el embalse se llenó en primavera alcanzando los 19 Hm3, y hubo que empezar a desembalsar tanta agua como entraba, en dos semanas se desaguaron más de 4 Hm3.

Polo aseguró que la alternativa de los pozos no es viable porque la captación encarecería el precio del agua y afectaría a estas reservas cuyo uso debe hacerse solo en casos extremos. Para el representante vecinal, la opción “menos costosa” sería el recrecimiento, que permitiría a su vez luchar contra el cambio climático puesto que los acuíferos no es la alternativa porque se mermaría esta reserva.

“Técnicamente es viable”, aseguró Polo a partir de lo que esgrimen los expertos que han colaborado en el informe que han hecho y de lo que otros técnicos consultados también les dicen.

Abrir el debate

El estudio que han hecho con la demanda lo van a presentar en la Confederación Hidrográfica del Júcar, de quien depende la presa de San Blas, así como a los grupos municipales del Ayuntamiento de Teruel para abrir el debate sobre esta necesidad y que pueda figurar en la agenda política de las próximas elecciones pensando en el futuro de la ciudad. 

“Teruel tiene que apostar por incrementar su reserva hídrica”, recalcó Polo, quien precisó que “no podemos esperar otros veinte años, porque nada se ha hecho desde 1995”, en referencia a la vez anterior que se secó el embalse. En este sentido, estimó que en cinco o diez años debería hacerse este planteamiento sin mayor demora.

Crecimiento

El estudio que presentó la Federación de Barrios para pedir el recrecimiento del embalse del Arquillo de San Blas se apoya en los datos de embalsado del mismo durante los tres últimos años, y advierte de que la sequía es una amenaza permanente que entraña un riesgo de desabastecimiento.

Pepe Polo puso  como ejemplo, y así lo recoge además el estudio que se va a entregar a la CHJ y al Ayuntamiento de Teruel, que el embalse de Santolea va a pasar de los 48 Hm3 actuales hasta los 104, más del doble. En el caso de San Blas, el dirigente vecinal argumentó que la demanda se sustenta en la necesidad de garantizar un recurso en el futuro para que la ciudad pueda crecer, por más que las expectativas de aumento de la población que hay hoy en día sean a la baja.

A este respecto, frente a quienes no ven que la ciudad vaya a crecer en población, Polo se mostró optimista y aventuró que en diez años, “si todo encaja”, la ciudad podría tener 50.000 habitantes.  Reconoció, no obstante, que en esa estimación había una “parte de realidad” y una “parte de ilusión”. Además, lo condicionó a que Teruel cuente con un ferrocarril de alta capacidad, como se está demandando, lo que haría aumentar las posibilidades logísticas de las instalaciones industriales con que cuenta actualmente, entre ellas el aeropuerto.

A juicio del representante vecinal, Teruel capital va a crecer “por desgracia” por el “vaciamiento de los pueblos”. Aclaró que ese no era el futuro que quería ni el que esperaba, para añadir que si se hace el ferrocarril de doble vía, eso atraerá actividad industrial, pero que cualquier empresa que se deslocalice de otro sitio por escasez de agua, lo primero que va a demandar allá donde se reubique será que haya suficientes reservas hídricas para desarrollar su actividad.

“Tener agua es tener futuro”, recalcó Polo, quien incidió en que la misma es “un recurso fundamental para Teruel”.