

La Virgen de la Soledad y el Cristo Nazareno acudieron a su tradicional encuentro, pese a la lluvia
Las dos cofradías ofrecieron uno de los momentos más característicos del Domingo de Ramos y realizaron el Vía Crucis, que terminó con un chaparrónAunque muchos de los fieles añoran el tiempo en el que los pétalos de flores se arrojaban desde lo alto del Arquillo, este domingo la situación meteorológica no estaba para derroches, por lo que las algo más de 200 personas que se reunieron bajo el arco de la antigua traída de aguas junto a San Nicolás dieron por bueno que se desarrolla con normalidad -aunque un importante retraso- el instante más característico de la procesión del Encuentro que se desarrolla cada Domingo de Ramos en Teruel.
Se trata de instante en el que los pasos de la Virgen de la Soledad y el Cristo Nazareno se encuentran bajo el Arquillo, la primera realiza tres genuflexiones ante el paso del Cristo y después emprenden juntos el Vía Crucis hacia el Calvario.
Todo se desarrolló con normalidad, pese a que desde primeras horas de la mañana los responsables de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad habían estado en conversaciones dadas las previsiones que apuntaban lluvias, incluso torrenciales, que podrían interrumpir la procesión.
Se tomó la decisión de que ambos pasos salieran como tenían previsto, y se produjera el momento del Encuentro bajo el Arquillo. Si en ese momento el tiempo lo permitía, los dos pasos realizarían el tradicional Vía Crucis por el Calvario, y en caso contrario realizarían un recorrido más corto por el Centro Histórico o incluso regresarían a sus respectivos templos.
El Nazareno salió a las 15 horas desde la iglesia de San Martín, media hora antes de que la Virgen de la Soledad lo hiciera desde Santa Clara. Poco antes de las 16 horas comenzó a llover y el agua arreció hasta las 16.20 horas, en el que el Sol apareció de nuevo para tranquilidad de decenas de turolenses, que especialmente a partir de ese momento comenzaron a llenar la confluencia entre las calles Carrel, Javalambre y Arquillo, donde se produce el encuentro.
A las 16.40 horas llegó la hermandad del Cristo Nazareno desde abajo, por la calle del Carrel, y como manda la tradición espero paciente y silencioso a su madre, la Virgen de la Soledad. Esta solo se hizo esperar diez minutos, y apareció por el lado contrario, por el camino del Arquillo, bajo un Sol radiante -aunque nubes grises en el horizonte. Al encontrarse ambos pasos, la Soledad realizó las tres inclinaciones tradicionales, tras la marcha militar con corneta y percusiones.

En ese momento se lanzaron las flores, cuatro cestos de pétalos variados por cada peana, lanzados por niños con el hábito por parte de los Nazarenos, y por varios cofrades por parte de la Virgen de la Soledad. Es el tercer año que se realiza sin que la lluvia de color tenga lugar desde lo alto del Arquillo, como ocurría desde 1996, cuando se recuperó esta procesión, hasta 2022, con la única salvedad de 2020 y 2021 por la pandemia.
En 2023 terminó la restauración del Arquillo, que luce ahora mucho mejor que antes de que se remozaran los sillares de piedra. Sin embargo desde entonces no se ha vuelto a lanzar los pétalos desde arriba, para evitar caídas y accidentes, y se hace desde el suelo. Muchos de los fieles más veteranos que no se pierden ningún año esta procesión echan de menos esa estampa, visualmente mucho más potente, pero aceptan la nueva con resignación la nueva, especialmente este año con la amenaza de la lluvia.
El Ayuntamiento de Teruel sigue buscando alguna solución para que se vuelva a la situación anterior, como podría ser instalar una línea de vida, un cable en la parte superior de la traída de aguas al que engancharse con un arnés. Sin embargo por el momento la solución tendrá que esperar.
Camino al Calvario
Tras el tradicional Encuentro, los responsables de las hermandades se reunieron para decidir si seguían adelante con el Vía Crucis hacia el Calvario. Aunque las tallas de madera y los tambores sufren con la lluvia, el principal inconveniente es el firme mojado, que puede provocar resbalones y la caída de alguno de los pasos. Las alternativas eran dirigirse a Teruel y hacer el Vía Crucis dentro de alguna iglesia, como La Merced.

Los cofrades tomaron la decisión de seguir adelante hacia el Calvario y el Vía Crucis se desarrolló bien, quizá con algo más de prisa que en otras ocasiones. La procesión pudo hacer todas las estaciones, pero en torno a las 19 horas volvió a llover, y los pasos tuvieron que acelerar el paso hasta sus respectivas iglesias, completamente empapados pero satisfechos por haber podido cumplir con la tradición un año más.