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La Universidad de Zaragoza inicia en Teruel contactos con Turquía para apoyar la educación de refugiados La Universidad de Zaragoza inicia en Teruel contactos con Turquía para apoyar la educación de refugiados
Inauguración de la muestra fotográfica sobre los niños refugiados en la sala de exposiciones del Vicerrectorado de Teruel

La Universidad de Zaragoza inicia en Teruel contactos con Turquía para apoyar la educación de refugiados

Las Jornadas Amparo Sánchez sensibilizan a los futuros maestros sobre la realidad de los niños sirios
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La Facultad de Ciencias Sociales y Humanas del Campus de Teruel acoge desde el lunes las cuartas jornadas de Magisterio Amparo Sánchez que en esta ocasión se han centrado en la docencia en escuelas con niños refugiados procedentes de zona de conflicto. Este proyecto internacional ha permitido iniciar relaciones entre responsables educativos de la provincia turca de Altinözü y la Universidad de Zaragoza para dar a conocer la realidad de los niños y jóvenes en el campo de refugiados de Boynuyogun y para establecer más colaboraciones en el futuro. Desde la institución académica aragonesa, promovido desde Teruel, se quieren plantear fórmulas para que alumnos de Magisterio puedan hacer prácticas de cooperación en aquel país e, incluso, que jóvenes refugiados puedan ser acogidos para su formación superior en la Universidad de Zaragoza.

Este proyecto tiene su germen en una estancia Erasmus de un joven turco en el Campus de Teruel, Mikail Karaali, que ha continuado desarrollando proyectos e investigaciones con el profesor de Bellas Artes Juan Bernardo Pineda. El más ambicioso es este que busca dar a conocer la labor que está desarrollando Turquía en el ámbito educativo con los niños refugiados sirios, según indicó Pineda. La actividad formativa en Teruel comenzó con la inauguración de una exposición fotográfica sobre los chicos del campo de Boynuyogun.

El proyecto encajaba muy bien con las jornadas profesionales de Magisterio que llevan el nombre de Amparo Sánchez, que fue profesora del grado de Magisterio en la facultad turolense y que falleció recientemente. La coordinadora de esta titulación universitaria, Charo Ramo, explicó que una de las líneas de trabajo de estas jornadas es precisamente la cooperación internacional. Recordó que con Amparo Sánchez iniciaron muchos proyectos de ayuda en zonas desfavorecidas de América Latina y de África. Asimismo, destacó el interés de dar a conocer la realidad de los menores refugiados.

“Es importante que los alumnos de Magisterio conozcan este tema. Es diferente la integración de un niño refugiado que de otro procedente de la inmigración. Hay que darles voz”, explicó Ramo, quien recordó que hay que saber de dónde vienen y qué han vivido estos chavales.

La coordinadora de Magisterio de Infantil confió en que estas jornadas permitan “la apertura de nuevos puentes” entre ambos países y señaló que desde el Campus de Teruel están muy interesados en que sus alumnos de Magisterio puedan hacer prácticas de cooperación en este campo de refugiados donde se está trabajando en la alfabetización de los niños.

Además de esta posibilidad, Juan Bernardo Pineda también planteó que jóvenes sirios de este campo turco puedan llegar a estudiar en la Universidad de Zaragoza.

Precisamente, para establecer unas primeras líneas de colaboración, la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza, Ángela Alcalá Arellano, mantuvo una reunión de trabajo con los responsables turcos y turolenses de este proyecto para analizar fórmulas de colaboración.

“La idea es que un futuro se pueda establecer un procedimiento para que los refugiados sirios puedan tener calidad educativa y acogida en la Universidad de Zaragoza”, comentó la vicerrectora que reconoció que hay que ir poco a poco pero que tener en Teruel a los responsables turcos era un gran comienzo para poder conocer sus necesidades. 

Alcalá insistió en que la Universidad de Zaragoza es “muy sensible” con estos temas y recordó que hay precedentes como la experiencia que tiene con saharauis. La responsable universitaria señaló que lo fundamental es establecer un “buen protocolo” y trabajar para ver cuáles son las necesidades que tienen estos estudiantes. 

En la reunión en Teruel se planteó un guion de trabajo para avanzar y que se pueda realizar otro encuentro más adelante en Turquía.

La vicerrectora de Estudiantes también señaló que Teruel podía ser un excelente lugar para comenzar un proyecto de este tipo porque estas personas cuando salen fuera necesitan “sitios pequeños” donde puedan sentirse acogidos y Teruel lo es. Asimismo, señaló que las diferentes titulaciones del Campus tienen muchas posibilidades para “enganchar a este alumnado”.

Exposición

La jornada comenzó con la presentación de la exposición Un documento fotográfico de Altinözü, campo de Boynuyogun. Su autor, Rubén Día de Greñu, explicó que este trabajo surgió de una visita docente a este campo de refugiados sirios en Turquía. Durante su estancia pidió permiso para fotografíar a los niños y se lo dieron. Explicó que quiso mostrar las imágenes lo más fieles posible a lo que allí vio. Destacó “el cariño de los profesores hacia los niños”.

Díaz de Greñu señaló que los europeos tenemos “una imagen emborronada de la labor que está haciendo Turquía con los refugiados” y valoró que están ayudando “a escolarizar a estos niños y a darles opciones de vida”. Señaló que muchos de ellos no tienen padres y han vivido situaciones muy duras.

El coordinador internacional de este proyecto, Mikail Karaali, explicó que la ciudad turca de Hata y Altinözü está próxima a la frontera con Siria y por ello recibe muchos refugiados y comentó que con esta propuesta han querido “llamar la atención de la situación que se vive en una parte del mundo”.

Karaali señaló que para estos niños es “una alegría” que sus fotografías se puedan ver en otro país porque de esta forma “saben de su existencia” porque se siente “olvidados y perdidos” y les emociona que “esta información llegue al otro lado del mundo”.

El director general de Educación de la provincia de Altinözü, Mehmet Güner, también mostró su satisfacción por poder tener la atención de “gente de otros lugares del mundo” sobre la labor que desarrollan con los refugiados. Recordó que Turquía ha acogido hasta 4 millones de desplazados sirios. 

Señaló que al principio se plantearon asentamientos provisionales porque no creían que el conflicto se alargara tanto. Respecto a la escolarización de los menores, insistió en que nunca han dejado que “perdieran su educación”. Entre 2011 y 2015 se daba la enseñanza en su idioma pero desde 2016 se conjuga este con el turco, para que se puedan integrar en la educación de este país y también se integran en escuelas turcas.

Güner también señaló el esfuerzo económico que supone esta atención.