La solución pasa por la voluntad política y un plan a largo plazo dotado de recursos

La vertebración demográfica de España y la recuperación de las comarcas con una menor densidad de habitantes pasa por un plan a largo plazo, que vaya mucho más allá de una legislatura política, y disponga de recursos financieros para impulsar las medidas financieras planteadas desde el territorio. El titulado en el doble grado universitario en Ciencias Políticas y Sociología Alberto Zamorano incide en que tienen que ser proyectos con un horizonte muy amplio, de dos décadas, para ir más allá de las promesas electorales e implicar a partidos de diferente color. Ese plan, que será el que marque la hoja de ruta y los recursos necesarios, tiene que estar diseñado por profesionales independientes que conozcan el propio territorio.

El titulado en Sociología y Ciencias Políticas, que es natural de Zamora y acaba de terminar su Trabajo de Fin de Grado sobre la despoblación en la Universidad Carlos III de Madrid, remite, como ejemplo de éxito, a las Tierras Altas e Islas de Escocia, gestionadas por la organización Highlands and Islands Enterprise (HIE), y que logró aumentar su población un 22,4% desde 1961 hasta el 2011, diez veces más que el conjunto de Escocia.

Las bonificaciones fiscales para favorecer el asentamiento de empresas que ahora hay en Teruel, Cuenca y Soria, es una buena medida (aunque actualmente apenas llega al 1%, frente al 20% que podría alcanzar), pero “debe ir encaminada a nivel comarcal, para que no se asienten sólo en Teruel capital, tiene que ser una ayuda en función de la despoblación que sufres”, matiza.

Acceso laboral de la mujer

Uno de los pilares en los que se debe asentar ese plan ­–que podría ser gestionado por una agencia, al igual que en las Tierras Altas de Escocia– para recuperar el músculo poblacional en el territorio es, a juicio del sociólogo, favorecer el acceso laboral a la mujer en el medio rural, un espacio en el que los empleos están orientados al hombre mientras la mujer “se ve abocada a un papel de cuidadora con el que no puede crecer”.

Otra de las problemáticas que se deben de solventar es la falta de viviendas, una carencia que para Zamorano tiene “un fuerte componente sociológico” por la falta de interés de los propietarios por arrendar la casa familiar. En este sentido indicó que las iniciativas ciudadanas a través de redes de contacto pueden ser una posible salida para poner en común dueños con arrendatarios.

Por otra parte, para Alberto Zamorano una baza importante que tienen los pueblos es la posibilidad del teletrabajo y plantea que desde las administraciones públicas se debería apoyar a las empresas que apostaran por esta fórmula laboral. “Si el Estado beneficiase a las empresas para que sus trabajadores estuvieran en el mundo rural, estos irían, porque en las ciudades hay un problema enorme de vivienda”, asegura. Sin embargo, recalca que esta apuesta porque la gente se vaya a los pueblos debe ir acompañada de servicios, una pieza clave para hacer atractivo el vivir alejado del entorno urbano, “de nada sirve apostar por el teletrabajo si te cierran la escuela o no funciona el internet, tiene que ser un punto más para un objetivo común, una rama más de esta estrategia contra la despoblación.

“Una de las medidas que podría funcionar es el plan 100/30/30” que planteaba la formación política España Vaciada durante la campaña electoral para impulsar el medio rural con una distancia de 30 minutos como máximo hasta los servicios básicos, una conexión a internet de 100 megas y que no haya una distancia superior a los 30 kilómetros hasta una vía de alta capacidad.

Falta de vivienda en la ciudad

En cuanto a si en las ciudades son conscientes de la problemática que entraña la falta de equilibrio territorial, Zamorano considera que sí, y asegura que están a favor de tomar medidas para lograr ese reequilibrio territorial puesto que el acceso a la vivienda es, según se muestra en las encuestas del CIS de forma continuada, una de los principales problemas para la mayor parte de los españoles.