La residencia San Hermenegildo de Teruel cumple su primer año: “Trabajamos para mantener activos a los residentes y con máxima autonomía”

Con motivo del aniversario de su apertura, el  director del complejo residencial San Hermenegildo Luis Latorre y el trabajador social Carlos Gracia explican cómo funcionan unas instalaciones que están sirviendo de modelo para otros proyectos similares.

-¿Qué peculiaridades tiene la San Hermenegildo sobre otros complejos o residencias de mayores?

-C.G.: Esta residencia está en régimen de cooperativa sin ánimo de lucro pero, aunque esta sea la base, está abierta a todo el mundo con sus tarifas como cualquier otra residencia, con precios competitivos a la par que otras residencias de Teruel. En cuanto a los servicios, son muy completos y nos sentimos muy orgullosos de lo que ofrecemos dando opción a las personas autónomas de poder disponer de amplios apartamentos con la independencia que ellos desean y con el equipamiento oportuno para cubrir sus necesidades. Tenemos además un servicio de cocina, donde se elaboran diariamente menús tradicionales con materia prima casera. Por otro lado, contamos con 80 plazas para asistidos con la opción de habitaciones individuales y dobles y dentro de los servicios para personas asistidas tenemos terapia ocupacional, de lunes a viernes por la mañana y por la tarde hacen actividades para estimular cognictivamente a cada uno de los residentes tras hacer una valoración inicial para ajustarnos a sus capacidades. Hay talleres de cálculo, memoria, pintura, etc. También se incluyen tres sesiones de fisioterapia a la semana, porque el objetivo es mantener durante el máximo tiempo posible la movilidad que tengan.

-Todo esto ¿es posible por el equipo de profesionales que trabajan en el complejo?

-C.G.: El equipo es muy profesional y estamos muy orgullosos de ellos. Es un equipo con muchas ganas y mucha ilusión y, en este sentido, tras este primer año de apertura cuentan con las mismas ganas o más que al principio para seguir dando el servicio y cubrir las necesidades de los residentes y sus familias.

-Las modernas instalaciones están en un emplazamiento privilegiado y con mucha luz. ¿Qué destacaría de ellas?

-C.G.: Que nos permite hacer actividades al aire libre y que con sus espacios amplios nos alejamos de las residencias convencionales. Estamos muy contentos porque en otro sitio sería imposible tenerlas.

-¿Qué actividades desarrollan los residentes autónomos que viven en el centro?

-L.L.: Una de ellas es el servicio de voluntariado que han impulsado las personas autónomas que viven en la residencia para atender a las personas asistidas alojados también aquí y que necesitan por ejemplo compañía cuando son hospitalizados. También tenemos un bibliotecario voluntario que ha registrado todos los libros informaticamente y se encarga del préstamo. Asimismo, vamos a poner en marcha unos huertos verticales que facilitan la labor para no tener que agacharse en exceso.

-¿Qué otras actividades se desarrollan en el complejo?

-L.L.: Hacemos también gimnasia saludable con José Catalán. Intentamos además colaborar con otras instituciones y entidades. Ha venido por ejemplo una rondalla y participamos en la campaña de envejecimiento activo del Ayuntamiento. 

-C.G.: El objetivo es mantener activas a estas personas y que continúen con su independencia y autonomía lo máximo posible.

-¿Se abren con este programa a la sociedad turolense?

-L.L.: Así es. Hemos firmado por ejemplo un convenio con el campus turolense de la Universidad de Zaragoza. En breve, desde Bellas Artes nos van a decorar los muros de hormigón que tenemos en la residencia. Van a venir alumnos a instalar esculturas en espacios que tenemos y harán exposiciones. También habrá voluntarios para dar clases de pintura. Además, desde Ingeniería están trabajando en unas aplicaciones móviles para facilitar la economía y memoria de los residentes.

-¿Se fomenta así las relaciones intergeneracionales?

-L.L.: Sí, porque va a haber una interacción. Todos van a ser partícipes de esas actividades.

-Desde el punto de vista económico para ingresar en el complejo ¿se adaptan a las posibilidades de los futuros residentes?

-L.L.: Tenemos que aclarar que este complejo no es en exclusiva para los cooperativistas. Está abierta al resto de la ciudadanía.

-C.G.: Los precios son similares a los de otras residencias de Teruel y sube algo más por el plus de calidad que supone poder vivir en un apartamento. En cuanto a las ayudas, como trabajador social iniciamos el trámite en el caso de los asistidos para que les otorguen el grado de dependencia y en base a él y a la pensión que tienen se les da una dotación económica concreta que ayuda a pagar la cuota de la residencia. Estamos a expensas también de contar con un número de plazas concertadas y poder adherirnos a un acuerdo con la Administración para que salga la estancia igual que en una residencia pública. Desde aquí hacemos una labor de asesoramiento y acompañamiento en decisiones difíciles como la de ingresar a un familiar que necesita asistencia con empatía para poder hacer más fácil este paso que entendemos que es complicado ayudándoles y facilitándoles la información.

-Desde el complejo ¿cómo se desplazan a Teruel? 

-L.L.: Tenemos un servicio de transporte privado que da cobertura al centro de día y a los residentes. Estamos tratando por todos los medios que el autobús urbano llegue hasta nuestra residencia. Estamos en contacto con el Ayuntamiento y la semana que viene nos reuniremos con ellos. Vamos a buscar una solución intermedia para que vengan varias veces por la mañana y por la tarde.

-¿Cómo funciona el centro de día de la residencia?

-C.G: Tenemos un servicio que todavía es desconocido pero que queremos dar a conocer que es el de centro de día. El usuario puede pasar aquí la jornada con posibilidad de que coma y meriende aquí. Durante el tiempo que permanece aquí con nosotros realizamos terapia ocupacional y estimulación cognitiva y después, una vez que termina la jornada, se lleva de vuelta a su domicilio hasta el día siguiente.