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La provincia se protege contra los incendios forestales con 933 puntos de abastecimiento de agua La provincia se protege contra los incendios forestales con 933 puntos de abastecimiento de agua
El jefe de sección de ingenieros forestales camina hacia un depósito. J. L. R.

La provincia se protege contra los incendios forestales con 933 puntos de abastecimiento de agua

Cada año se incorporan cinco o seis nuevas balsas con el objetivo de que no haya más de 2,5 kilómetros entre ellas
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José Luis Rubio

De los más de 3.500 puntos de abastecimiento de agua para la extinción de incendios que hay catalogados en la comunidad de Aragón, 933 se encuentran en la provincia de Teruel. El objetivo es disponer de un lugar donde las aeronaves puedan abastecerse para combatir el fuego en un radio máximo de 2,5 kilómetros del siguiente. Infoar, el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales, trabaja para ir ampliando esta red de puntos de abastecimiento incrementándola a un ritmo de cinco o seis cada año en el territorio provincial.

El objetivo es que en las zonas de alto riesgo, la distancia en vuelo entre un punto y otro no sea superior a cinco o seis minutos. Un tiempo que se relaja ligeramente en las zonas de riego medio, donde se amplía ese margen hasta los siete u ocho minutos. En el caso de medios terrestres, el tiempo máximo de desplazamiento entre un punto de agua y el siguiente será de 15 y 21 minutos, respectivamente, informó el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Aragón.

La distribución de estos puntos de abastecimiento de agua no es uniforme y se encuentran repartidos de forma desigual por las nueve comarcas turolenses. La que más puntos de agua dispone es la Comarca del Maestrazgo, con 175, seguida de la Comunidad de Teruel, con 137. Por contra, la de Gúdar - Javalambre, con 30 puntos, es la que presenta una cifra inferior.

Distinta tipología

No hay dos depósitos iguales ya que el servicio de prevención de incendios adapta cada una de estas infraestructuras a las condiciones del lugar en el que se instala y a la experiencia adquirida con el uso de los anteriores, aportando mejoras e implementando los sistemas.

Actualmente se ha apostado por un modelo que se considera más eficiente y que consiste en una balsa de hormigón encastrada en el terreno, con paredes con inclinación para que los animales puedan acceder a beber y salir por sus propios medios en caso de precipitarse dentro, y que se abastecen, casi en su totalidad, del agua de lluvia. Aunque la inversión en este nuevo sistema de almacenamiento de agua es similar a la de depósitos cilíndricos con las paredes vistas, su capacidad de almacenamiento de líquido se multiplica por 2,5.

Hasta ahora, no obstante, se han empleado diferentes técnicas. La chapa metálica, con o sin galvanizar, o el hormigón han sido los materiales con los que hasta ahora se construían estos depósitos, que compartían siempre dimensiones con un diámetro de 10,7 metros y una profundidad de 3, lo que aporta una capacidad de 220.000 litros.

Unos y otros deben cumplir algunos requisitos para resultar operativos en caso de incendio. Estos lugares de abastecimiento deben tener una zona despejada alrededor de 30 metros para evitar que las aeronaves encuentren algún obstáculo en el momento de la recarga. También se tiene que atender a las corrientes de aire para facilitar la maniobra. Además, el depósito debe tener más de un metro de agua para poder recargar los bambi bucket (bolsas de transporte de agua). Con estos parámetros, el resto del depósito, por debajo de ese umbral de altura de agua, estaría a disposición de los medios terrestres. De esta manera, un depósito convencional de 220.000 litros permitiría cerca de 80 descargas de helicóptero, explicó el jefe de sección de ingenieros forestales, José Fernando González.

Las balsas ofrecen distintas opciones para que las autobombas se abastezcan. Todas permiten el llenado de los depósitos mediante succión, que es la opción favorita, aunque otros muchos también permiten conectar el mangote de 110 milímetros de diámetro a una boca de incendios.

Cada uno de los puntos de abastecimiento tienen una nomenclatura que empieza por la W de water (agua, en inglés), seguido del código de la comarca y una numeración para que sea perfectamente identificable por todo el operativo anti incendios.

Cada año, antes de la campaña de incendios, los agentes de protección de la naturaleza revisan todos los puntos para confirmar cuáles están operativos y optimizar los vuelos en caso de incendio.

Para abastecer de agua a estas balsas “se intenta hacer un llenado por gravedad desde fuentes que tienen un caudal casi todo el año”, explicó González, acompañado del jefe de Unidad de Gestión Forestal, Eduardo Saura, y del APN Jaime Gómez. Sin embargo, al sequía de este año ha hecho que algunas fuentes hayan dejado de manar con “tenemos un 30 o un 40% de depósitos que se han quedado sin agua o sin entrada de agua”, dijo el técnico de Infoar. Mientras, en el nuevo modelo de balsa se apuesta, no obstante, por recoger el agua de lluvia usando los caminos adyacentes como “tejado” y canalizándola hasta le propio vaso, donde se decanta para reducir los materiales en suspensión.

Según el Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales, las principales formas de llenado son las redes de abastecimiento inagotables (365 puntos), las fuentes (190), y escorrentías (59). Otros puntos de agua se llenan con medios externos.
 

El depósito de la Fuente El Rubio, en Alfambra, está construido en hormigón y tiene capacidad para 220.000 litros.  J. L. R.