La prisión de Teruel transmite tranquilidad tras el positivo de un trabajador

La prisión de Teruel transmitió tranquilidad, dentro de la preocupación que existe en el conjunto de la sociedad por la pandemia, después de que un funcionario diese positivo en Covid-19 cuando se encontraba de permiso. Avisó de que no podía regresar al trabajo y está ingresado desde el fin de semana en la UCI del Hospital Obispo Polanco.

Ninguno de los compañeros que estuvieron con él la última vez que estuvo trabajando, el pasado 13 de marzo, presenta síntomas, y entre los internos tampoco, según manifestó ayer la directora de la prisión, María Vila, quien dijo que se están tomando las medidas preventivas entre la población penitenciaria así como entre los trabajadores.

La noticia de este caso saltó el pasado sábado en una cuenta de Twitter estatal de trabajadores penitenciarios, con un mensaje que decía que había ingresado en la UCI un trabajador que había estado desempeñando su trabajo “hasta hace pocas horas” con normalidad, además de aventurar que pudieran existir otros contagiados.

Tanto en la dirección del centro como entre los representantes sindicales ha causado malestar la forma como se difundió ese mensaje y lo que se dice en el mismo, ya que el trabajador acudió por última vez el 13 de marzo y después cogió un permiso de descanso por los días que le correspondían. Fue días después cuando avisó de que no podía regresar a sus funciones al acabarse su libranza por encontrarse mal e ingresó en la UCI.

La directora de la prisión indicó que al personal que trabaja con los reclusos se les han dado mascarillas y guantes para desarrollar su labor y se tienen en cuenta las normas generales para evitar contagios como mantener las distancias y el lavado de manos.

Vila indicó que ningún recluso presenta síntomas y tampoco los funcionarios que coincidieron con él el último día que trabajó. A todos ellos se les ha comunicado que se controlen la temperatura y cualquier indicio que pudiera indicar un posible contagio, y que en ese caso se harían las gestiones para acelerar la realización de las pruebas.

La responsable de la institución penitenciaria añadió que en el centro no existe más preocupación que en la calle por la pandemia, y que lo que sí les preocupa es evitar a toda costa transmitir la enfermedad a los internos. Para ello se están siguiendo los protocolos y normativas establecidos por Instituciones Penitenciarias, de forma que los nuevos ingresos guardan una cuarentena de 14 días aislados del resto antes de poder compartir espacios comunes.

Instituciones Penitenciarias informó ayer de que en todo el país no ha habido ningún incidente reseñable en las cárceles y que se han contabilizado hasta ahora 27 contagios por coronavirus, 25 de trabajadores de prisiones y otros dos de internos.

La delegada sindical del centro penitenciario de Teruel, Inmaculada Sánchez, se mostró molesta por cómo se había difundido ese tuit y aseguró que “no se puede crear alarma”, y mostró su esperanza de que el compañero se pueda recuperar y salir de la UCI pronto. “Lo que queremos hacer es lanzar un mensaje de ánimo al compañero y a su familia y decirle que deseamos poder verlo pronto”, indicó.

Sánchez dijo que hay preocupación en el centro, como en la calle, pero tranquilidad, y que “no hay que crear un alarmismo innecesario porque no tiene sentido” ni generar nerviosismo.

En el centro penitenciario están ingresados actualmente unos 190 internos, de ellos 150 penados y el resto preventivos, y la plantilla total de la cárcel es de unos 128 trabajadores, según la dirección. Por prevención no entran ya las ONGs para desarrollar su labor y evitar así contactos con la calle y se han reforzado las medidas de seguridad.

El fin de semana que se declaró el estado de alarma, el 14 y 15, ya no se permitieron las visitas vis a vis aunque se mantuvieron las de los locutorios, y después se han suspendido por completo aunque las llamadas que pueden hacer al exterior se han incrementado para que tengan la posibilidad de mantener un mayor contacto con sus familias.