La jornada de Patrimonio Natural de Teruel del IET, germen de una red de conocimiento
Los ponentes coinciden en la necesidad de promover el conocimiento dentro y fuera de la provinciaTejer una red de conocimiento sobre la provincia es uno de los objetivos que se había marcado el Instituto de Estudios Turolenses al organizar la Jornada de Encuentro en Torno al Patrimonio Natural de Teruel.
Por el salón de actos de la Cámara de Comercio en Teruel pasaron algunas de las voces más autorizadas en cuanto al patrimonio físico y biológico de la provincia y las conclusiones fueron siempre parecidas: A la provincia de Teruel le falta tanto reconocimiento en el exterior como entre los propios vecinos del territorio.
La directora del IET, Inmaculada Plaza, aseguró que “esta jornada es parte de un ciclo que estamos haciendo de reflexión sobre Teruel, presente y futuro, que se ha planteado a todos los consejeros científicos y a los mismos referentes, que planteen mesas en las que traigan ponentes relevantes para plantearnos cómo está Teruel en el presente y hacia dónde caminamos en el futuro”. Plaza destacó que entre los objetivos de esta jornada estaba el de reflexionar. “Reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro, sobre dónde estamos, hacia dónde vamos y desde el instituto cómo se les puede apoyar” para lo que desde el Instituto de Estudios Turolenses se quiere “crear un punto, un núcleo de arranque, de encuentro, para crear redes de contacto entre investigadores científicos que trabajamos en Teruel y desde Teruel en el ámbito del patrimonio natural” porque en estos momentos “esa red no existe”, concluyó.
Plaza confió en que la jornada sirva como germen “de esa red de colaboración y reivindicación y puesta en valor de lo que es el patrimonio natural desde un punto de vista de investigación y de generación de conocimiento” que se podría articular mediante “encuentros digitales” desde los que coordinar acciones conjuntas que se puedan realizar para, de una manera cooperativa, poner en valor toda la investigación y el trabajo que se está haciendo en Patrimonio Natural en Teruel”.
La jornada se estructuró en torno a distintos ejes temáticos. La primera mesa redonda, moderada por el profesor de Geografía de la Universidad de Valencia, Alejandro Pérez, abordó El Medio Físico. A continuación, José Carrasquer, del Departamento de Didácticas Específicas del Campus de Teruel de la UZ, se centró en El Medio Biótico. Tras la pausa para la comida, el profesor José Luis Simón, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y coordinador del evento, condujo el debate La protección del patrimonio natural turolense: Retos y amenazas para dar paso, tras su conclusión, a un debate abierto entre todos los asistentes.
El profesor Simón destacó que uno de los objetivos de esta jornada era “reivindicar el patrimonio y que se reivindique por si mismo” y reclamó un reconocimiento tanto interior como exterior porque, continuó, “ la primera gente que tiene que conocer el valor de lo que tiene es la gente que vive en los pueblos, en el territorio rural”. Por otra parte, quiso reivindicar ante las instancias administrativas, que saben más o menos lo que se está haciendo, (...) financiación para las investigaciones”. Además, señaló que “luego, a veces, no se preocupan tanto de cuáles son los resultados y de qué capacidad o potencialidad de transferencia tienen esos resultados”. Así, Simón concretó que “sí que es una reivindicación al conocimiento, a que nos tomen en cuenta y también a la protección, a un grado mayor de protección del patrimonio natural que Teruel necesita”.
“El patrimonio natural de Teruel es inmenso, la geodiversidad y la biodiversidad de Teruel son inmensas. Gracias en buena medida a que ha sido una provincia, un territorio que ha quedado un poco fuera del desarrollismo, digamos, a partir de los años 60-70, eso ha permitido mantener un medio ambiente y un paisaje en estado mucho más natural, pero que desgraciadamente se ve amenazada y de una manera acelerada en estos momentos por proyectos industriales, energéticos, mineros, que amenazan seriamente esa biodiversidad y esa geodiversidad”, explicó el moderador de la mesa.
El profesor del Departamento de Ciencias Agrarias y Ambientales y Medio Natural del campus de Huesca (UZ), José María Nicolau, apostó por “adaptar nuestro territorio, nuestros paisajes, nuestros ecosistemas al nuevo escenario climático y al nuevo escenario social” y puso el acento en la necesidad de “incrementar la biodiversidad dentro de las tierras de cultivo”. Nicolau puso como ejemplo la concentración parcelaria llevada a cabo en Monreal del Campo donde, dijo, “no ha ido en contra de la producción agrícola, sino todo lo contrario, pero además se ha favorecido la biodiversidad”. Además de en los cultivos, el profesor destacó la necesidad de “adaptar también nuestros montes al nuevo escenario climático” ante riesgos como los incendios o las inundaciones, por lo que apostó por “manejar el monte”.
Tras la dana que arrasó el pasado 29 de octubre parte de la provincia de Valencia, “todo el mundo tiene muy claro que hay que adaptar el territorio valenciano al nuevo clima que hay ya la nueva sociedad”, dijo Nicolau, apostando por la generación y conservación de “ecosistemas saludables”. Además, señaló que “hay un nuevo escenario climático y social”, en referencia a la despoblación y cómo eso está cambiando la manera de utilizar el territorio, en un proceso denominado “naturalización”. “La gente de los pueblos dice que el monte se está vistiendo. Ha vuelto el bosque a donde antes había pastos, a donde antes había bancales” y aunque aseguró que eso es “una buena noticia”, avisó de la necesidad de gestionar ese esos espacios.
Sobre el despliegue de parques eólicos y fotovoltaicos, Nicolau alertó de su impacto sobre la fauna, “sobre todo sobre la avifauna” y de las consecuencias de los movimientos de tierras para la construcción de los accesos, apostando por una planificación de estas explotaciones energéticas.
El biólogo Chabier de Jaime, en representación del Centro de Estudios del Jiloca, puso el acento en el interés ambiental de los agroecosistemas, hablando de “sistemas muy intervenidos por el ser humano que generan un valor ambiental notable”, poniendo como ejemplo las parameras ibéricas y las riberas chopos cabeceros, como “ ejemplos de cómo la actividad humana ha propiciado unos ecosistemas de un gran interés ecológico”. De Jaime destacó la diferencia entre “el valor ecológico que puede tener un lugar con que ese lugar sea el que tú quieres irte de vacaciones” para justificar la necesidad de proteger estos espacios tan modestos y, al mismo tiempo, tan ricos de biodiversidad.
El paleontólogo Luis Mampel recordó que la Fundación Conjunto Paleontológico Dinópolis nació para “ investigar, conservar y difundir el patrimonio de nuestra provincia. El caldo de cultivo en el que se enfrentaba este proyecto eran más de 2.000 yacimientos paleontológicos catalogados por la carta paleontológica de Teruel. Una provincia en la que entre otros hitos se había descrito el primer taxón de dinosaurio de España y también la primera tortuga mesozoica de España”.
Entre las conclusiones que se extrajeron de la primera de las mesas redondas, la que abordó el medio físico de la provincia, el moderador, el profesor Alejandro Pérez, explicó que “las conclusiones son muy sencillas. El medio físico y el medio biótico es impresionante el de Teruel. Si en este momento tuviésemos que elegir dónde ubicar un parque natural o con qué temas, prácticamente cualquier lugar de la provincia podría ser candidato a un parque natural”. Pérez destacó que “en términos de geología, Teruel es un libro abierto”.
Después, el conductor de la mesa redonda sobre El medio biótico, José Carrasquer, destacó que “en los últimos años también estamos consiguiendo que algunos especialistas hagan trabajos de mucho interés, pues seguramente si hubiera más tendría mucho más conocimiento de la riqueza de la provincia”.
La jornada se cerró con un homenaje a Gonzalo Mateo Sanz, titular de Biología Vegetal del Departamento de Botánica de la Universidad de Valencia.