"La inteligencia emocional forma personas empáticas, asertivas y responsables"
Sonia García publica el manual para el aula '12 meses,12 metas: descubriendo las emociones"La diplomada en Magisterio y licenciada en Psicopedagogía Sonia García Calvo ha publicado 12 meses, 12 metas: descubriendo las emociones, un manual sencillo y práctico para su utilización en el aula que se puede adquirir en Amazon. Esta profesora del colegio público Pierres Vedel de Teruel considera que “un buen desarrollo de la inteligencia emocional ayudará a los niños y niñas a formarse como personas empáticas, asertivas y responsables en el futuro e influirá a su vez en su adaptación social, en su bienestar emocional y en sus logros académicos”.
El manual está dirigido a docentes de Primaria y Secundaria, aunque muchas de las dinámicas se pueden adaptar a la etapa de Infantil, y pretende ser una guía para que cada docente lo lleve a cabo en su totalidad o en alguna de sus formas. Por eso, puede seguir el orden propuesto o modificarlo para adaptarlo a su forma de ser y de sentir y las necesidades de su grupo.
Este proyecto surge de su experiencia en el aula con el aprendizaje cooperativo y la lectura de libros de crecimiento y desarrollo personal pero, sobre todo, de la constatación durante la pandemia de la importancia de contar con herramientas para ayudar al alumnado a afrontar sus miedos y la necesidad de escucharlo.
“El proyecto surgió en el confinamiento. De un día para otro, se anunció el cierre de los colegios y nos encontramos con una situación para la que no estábamos preparados”, explica. “Teníamos que atender al alumnado fuera del aula, sin los medios técnicos necesarios y, en mi caso, sin los conocimientos de las herramientas digitales que teníamos que utilizar”, añade.
Como docente, pudo percibir que la situación era igual de complicada para los niños y niñas, que presentaban dudas, miedos e incertidumbres y, en los casos más graves, ansiedad y dificultades para dormir. “El profesorado tenía que afrontar esta circunstancia desde casa y sin saber cómo ayudarles”, precisa.
El uso del arte
Fue entonces cuando comenzó a buscar soluciones, una de las cuáles fue grabar vídeos con técnicas de respiración y de relajación y meditaciones sencillas para ayudarles a dormir. Y de cara a las vacaciones de verano, ideó el Álbum del arte, donde proponía al alumnado buscar un cuadro que se identificara con las emociones que estaban sintiendo en ese momento.
“Surgieron reflexiones muy bonitas y me di cuenta de que, sobre todo, lo que necesitaban era ser escuchados. Los docentes, inmersos en la vorágine del día a día, ocupados en seguir la programación y en completar el temario, además de en los trámites burocráticos, nos olvidamos muchas veces de escucharles”, argumenta.
Por este motivo, amplió el álbum con pintura, escultura, arquitectura, poesía y música. “Quería que encontraran canciones que les hicieran saltar encima de la cama o bailar a lo loco, que tuvieran un motivo de esperanza de que todo iba a volver a la normalidad”, dice.
Durante el verano de 2020, Sonia García siguió buscando herramientas que puso en práctica en el aula durante los dos siguientes cursos y que son las que ahora aparecen recogidas en 12 meses, 12 metas: descubriendo las emociones.
“Trabajar las emociones en el aula es de vital importancia para ir construyendo la identidad de los niños y las niñas, mejorar el rendimiento escolar y reducir los comportamientos negativos y la angustia emocional”, asegura.
Estructura
12 meses, 12 metas está basado en las cinco competencias socioemocionales básicas: autoconocimiento, autocontrol, habilidad de relación, habilidad social y toma responsable de decisiones.
En la primera parte de este manual que se puede adquirir en Amazon se encuentra la propuesta de contenidos a trabajar mes a mes. De septiembre a agosto, serían: Conócete, Trátate bien, Tus logros, nuestros logros, Coeducando, Agradecimientos, El poder de la palabra, Conectamos, Todos somos uno, Red de apoyo, Nos comunicamos y Emoción-Arte, este último para los meses estivales.
En la segunda, las herramientas que pueden utilizar (aprendizaje cooperativo, Sikkhona edu, Ikonikus, técnicas de relajación, álbum de arte, etcétera) y ejemplos para su aplicación.
La tercera parte es una sencilla programación con los objetivos a trabajar cada mes y las herramientas propuestas para alcanzarlos. Y finalmente se ofrece también el material fotocopiable utilizado a lo largo del mismo.
Los docentes se encuentran en las aulas con muchos niños y niñas que no saben identificar, mostrar, gestionar y regular sus emociones. Por todo ello, la autora considera que trabajar las emociones en el aula “es de vital importancia para ir construyendo la identidad de los niños y las niñas”. “Un buen desarrollo de la inteligencia emocional les ayudará a formarse como personas empáticas, asertivas y responsables en el futuro. Influirá, a su vez, en su adaptación social, en su bienestar emocional y en sus logros académicos”, añade.
Práctica
“Todo lo que aparece ha sido puesto en práctica en el aula y, como me ha salido bien, lo quiero compartir. Además de a los docentes y al alumnado, puede servir a cualquier persona para conocerse, tratarse bien y quererse emocionalmente. Además, ayuda a enfrentar mejor los conflictos y a evitar la violencia”, indica.
Y es que, apunta García, “percibimos la realidad a través de los sentidos. Pero es nuestro cerebro el que le da un significado o interpretación personal dependiendo de nuestras experiencias vividas en el pasado y de nuestras expectativas futuras”.
Por eso, “conocer nuestras emociones y cómo determinan la forma en la que percibimos e interpretamos nuestro entorno y saber cómo influye en otras personas la comunicación que hacemos con ellas nos ayudará a ir construyendo relaciones positivas y a la toma responsable de decisiones”.