La Fundación Bodas de Isabel expone en la Cámara de Comercio algunas de sus indumentarias
Vestidos y complementos convertidos en auténticas piezas dignas de un museoAprovechando la presencia de ponentes de toda España, Francia, Italia y Portugal, la Fundación Bodas de Isabel expondrá la muestra de indumentaria El vestuario de las Bodas de Isabel como valor recreacionista con motivo del Congreso Internacional de Recreaciones que se celebra en Teruel, junto a la Partida de Diego, durante todo el fin de semana.
La exposición podrá visitarse gratuitamente en la sala de muestras de la Cámara de Comercio de Teruel, uno de los centros neurálgicos del congreso. En principio está previsto que se mantenga abierta hasta el domingo, aunque la Fundación Bodas de Isabel estudia prorrogar el plazo durante más días.
La exposición, que ya pudo verse en Alcorisa durante el mes de mayo, está compuesta por una selección de once trajes de entre la gran cantidad de piezas de la Fundación. Aunque el periodo histórico más representado es el siglo XIII, la muestra va más allá, y se remonta desde la indumentaria romana e íbera, sobre el siglo II a. C., hasta el modernismo de principios del siglo XX, pasando por el vestuario renacentista o barroco.
La principal característica de la indumentaria expuesta es el mimo con el que está diseñada y confeccionada, sirviéndose para ello de un exhaustivo trabajo de documentación. La mayor parte de los diseños están realizados por Raquel Esteban y Lorena Muñoz, de la propia Fundación Bodas de Isabel, aunque en ellos también participan personas como Encarna Catalán, la modista Ana Escriche, la diseñadora Araceli Sancho que suele encargarse de los tocados y complementos, Isabel Mateo, especializada en vestuario y complementos de cuero y piel o Jorge Lanzuela, especialista en indumentaria tradicional desde mediados del siglo XVIII en adelante y que asesora en este sentido a la Fundación.
Aunque el desarrollo de las Bodas de Isabel, del fin de semana Modernista o de las diferentes recreaciones históricas permiten combinar piezas y vestidos, cada atuendo tiene todos sus elementos y complementos perfectamente inventariados, y de hecho en la exposición de la Cámara de Comercios los maniquís están perfectamente vestidos, con camisas, encajes, joyería, tocados, enaguas o tontillos, una prensa femenina consistente en una almohadilla que se colocaba sobre los glúteos para acentuar y estilizar la silueta.
Selección de piezas
Según Lorena Muñoz, de la Fundación Bodas de Isabel, “tenemos mucho material y lo más complicado de montar la exposición ha sido seleccionar las piezas”.
Las que se corresponden al siglo XIII se han seleccionando ateniendo a la preeminencia de los personajes que las visten durante las Bodas de Isabel, ya que en ese sentido suelen ser más espectaculares.
En ese sentido, ocupan un lugar central en la muestra un traje nupcial de Isabel de Segura –el que se utilizó en 2015–, compuesto por una saya oro encordada en un lateral, con mangas y cuello adornados en terciopelo y con motivos florales, bajo un pellote frambuesa y rematado por un tocado castellano alto, realizado en los mismos tonos, y una capa de terciopelo granate; y también un traje de Diego de Marcilla de reciente creación, que luce las barras de Aragón en una tela rica, con la que pretendía impresionar a la familia Segura tras su vuelta a Teruel, camisa, banda anudada, calzas, una cota de ante y una coraza de cuero, de evidente influencia mediterránea y andalusí.
Además puede verse otro traje nupcial de Isabel, inspirado en la exótica moda bizantina con colores vivos y tejidos lujosos como la seda, el tafetán y el terciopelo; o un traje de boda masculino de Pedro de Azagra con un peculiar tocado.
De otras épocas diferentes puede verse un vestido romano inspirado en el siglo II a. C. o un traje íbero de influencia mediterránea, utilizado en la recreación Lakuerter Íbera de Andorra, que recuerda poderosamente a la Dama de Elche.
Sobre el modernismo pueden verse tres piezas; un traje masculino diseñado para el personaje del fotógrafo Domingo Uriel de la recreación modernista turolense, un traje que viste Pilar Fonts, esposa del arquitecto Pablo Monguió, y un lujoso vestido diseñado para el personaje de la soprano Elisa de Villar y Jurado, conocida artísticamente a principios del siglo XX como La Volpini.