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La cuenca del río Matarraña se encuentra en situación La cuenca del río Matarraña se encuentra en situación
Miguel Zurita, presidente del Sindicato de Regantes, y Manu Gargallo, vocal, en la balsa de La Trapa, con evidente escasez de agua

La cuenca del río Matarraña se encuentra en situación "muy complicada" por la sequía y con las reservas a la baja

El Sindicato de Regantes programa regadíos cada treinta días, siempre y cuando la climatología lo permita
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La situación en la cuenca del río Matarraña es “de sequía extrema” y “muy complicada”. Así de pesimista se mostró este viernes el presidente del Sindicato Central de Regantes, Miguel Zurita, quien reconoció que “la cuenca está a expensas de lo que depare la climatología en las próximas semanas” y que, aunque confía en completar la campaña de riegos de este año, existe mucha preocupación por las escasas reservas que quedarán para las siguientes campañas.

Las balsas de José María Puyol y La Trapa acumulan en este momento 1,230 hectómetros cúbicos de agua, repartidos en 1 hectómetro en la primera y 230.000 decámetros en la segunda, mientras que el embalse de Pena (17,88 Hms3) se encuentra en torno al 50% de su capacidad. Actualmente, el embalse situado en la cabecera acumula 8,7 hectómetros cúbicos..

La sequía y la falta de lluvias, que tiene una incidencia muy importante en la margen derecha del Ebro esta temporada, ha llevado este año a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a declarar a la cuenca del Matarraña en situación de prealerta (la del Guadalope, en situación de alerta) además con un deterioro paulatino de las reservas hídricas en sus embalses.

“A nuestra cuenca nos colocaron en situación de prealerta, pero, en nuestra opinión, la situación es bastante más complicada”, consideró Zurita, que tildó de “muy justas” las reservas actuales que tiene la cuenca para completar la campaña de riegos. No en vano, hasta ahora solamente se ha realizado una suelta de agua para el primer riego de la temporada, y de momento se ha establecido que los riegos tendrán una periodicidad de 30 días, más allá de los 21 días de margen en los que está autorizando regar la cuenca del Guadalope, que se encuentra en situación de alerta.

Preocupación

Según Zurita, “nuestra preocupación está en la campaña actual, pero también en los años venideros, porque la situación de sequía y la falta de precipitaciones viene arrastrándose desde hace dos o tres años y nos quedaremos con pocas reservas a final de campaña, con lo que la duda es si el año que viene habrá para regar y para agua de boca; si la situación no mejora, habrá problemas”, auguró el presidente del Sindicato Central de Regantes del Matarraña.

Según Zurita, la cuenca está realizando “el mejor uso posible del agua; nos hemos esperado todo lo que hemos podido para iniciar la campaña y apenas hemos efectuado un primer riego”. En este sentido, señaló que “lo único que podemos hacer a partir de ahora es alargar todo lo posible los intervalos de riego, permitiéndolos cada 30 días”, añadió el presidente de los regantes, si bien matizó que esta periodicidad “dependerá de la climatología y del calor que haga”. En este caso, la cuenca no tiene otras alternativas, ya que sus recursos son reducidos y se limitan al embalse de cabecera y a las dos balsas de la cuenca media y baja”, para regar las 2.500 hectáreas que tienen derecho.

Otras medidas como la que adoptó la cuenca del Guadalope para limitar los riegos de huertos no se contemplan en el caso del Matarraña, puesto que “aquí los huertos apenas tienen incidencia en el balance global; es un consumo mínimo”, añadió Zurita. No obstante, lo que sí ha hecho el Sindicado de regantes es prohibir los riegos de segundo turno de la cuenca, aquellos que no tienen derecho preferente.

En cuanto al siguiente riego de la campaña, el presidente de los regantes señaló que todavía no está programado el próximo desembalse del pantano de Pena, puesto que se hará en función de qué zona de la cuenca necesite regar antes.

Guadalupe y Aguas Vivas, en situación preocupante

Los ríos Guadalope y Aguas Vivas en la provincia de Teruel, junto al Huerva en Zaragoza, son las unidades territoriales que todavía se encuentran en situación de sequía en la cuenca del Ebro, según declaró este mes de mayo el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Carlos Arrazola, durante la   Comisión de Desembalse celebrada este mes en la que se puso en conocimiento de los usuarios las decisiones para la gestión del agua este 2024.

Según el responsable del organismo de cuenca, hay unidades territoriales en situación de sequía y escasez y en algunos casos preocupante, como es el caso de las dos cuencas turolenses mencionadas. En el Guadalope ya hace semanas que se están aplicando medidas de contención del gasto del agua como es la reducción de la asignación de caudales para riego por hectárea, dotación que ya está por debajo de los 6.000 metros cúbicos.