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La Audiencia de Teruel juzgará al ‘Rambo de Requena’ el 22 y 23 de marzo La Audiencia de Teruel juzgará al ‘Rambo de Requena’ el 22 y 23 de marzo
Agentes de la Guardia Civil desplegados en la zona donde fue detenido el ‘Rambo de Requena’ en junio de 2020. A. García

La Audiencia de Teruel juzgará al ‘Rambo de Requena’ el 22 y 23 de marzo

El delincuente se enfrenta a penas de prisión que van de 29 a 61 años
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La Audiencia Provincial de Teruel ha señalado para los próximos días 22 y 23 de marzo el juicio contra Pedro Lozano Giménez, alias el Rambo de Requena, que en junio de 2020 hirió gravemente a un agente de la Guardia Civil en Muniesa, y protagonizó una alocada huida por carretera desde El Castellar hasta Andorra, donde finalmente fue detenido tras desplegarse un amplio operativo policial. El delincuente se enfrenta a penas de prisión que van de los 29 a los 61 años, según los escritos de calificación de las distintas partes personadas.

A pocos meses de que se cumplan dos años de su detención, ocurrida el 8 de junio de 2020, ya hay fecha para juzgar a este peligroso fugitivo que tras ser buscado de forma infructuosa tanto en la Comunidad Valenciana como en Aragón, acabó siendo atrapado en la provincia de Teruel tras protagonizar una alocada huida.

Tras ser descubierto en El Castellar, donde se había escondido en una vivienda que no estaba ocupada y a la que accedió rompiendo la cerradura, huyó en un vehículo robado hasta Muniesa. Allí, unos agentes de la Guardia Civil, alertados por el aviso de lo ocurrido en El Castellar, intentaron identificarle, pero el acusado les emboscó y disparó contra ellos, causándole heridas de gravedad a uno de ellos.

Tras el tiroteo, huyó a pie por las calles de Muniesa y robó otro vehículo que estaba estacionado, abierto y con las llaves puestas. Con él se dirigió hasta la localidad de Andorra, donde debido a la velocidad que llevaba en su huida colisionó contra una pared.

Continuó su fuga a pie por las calles de Andorra, armado todavía con la escopeta del calibre 12 con la que había disparado contra los guardias civiles, y que había robado tres años antes en Valencia.

En su huida, se subió por la puerta trasera de un vehículo cuyo conductor estaba al volante, y le pidió que le sacara del municipio a cambio de no hacerle nada. Es lo que hizo el conductor, que le llevó hasta una zona de huertos en las inmediaciones de la A-223, ya fuera del casco urbano, y allí el delincuente se bajó del vehículo para continuir su fuga a pie.

Poco después el fugitivo fue interceptado por el amplio despliegue de la Guardia Civil que se montó, aunque se resistió a entregarse y encañonó a los agentes con la escopeta. Pudo ser detenido tras diparar contra él un agente y resultar herido, motivo por el cual tuvo que ser trasladado en helicóptero a un hospital. Desde entonces se encuentra en prisión provisional.

En el caso, además de la Fiscalía, están personados como acusación particular los dos agentes de la guardia civil contra los que disparó el Rambo de Requena, así como la AUGC y la aseguradora RGA. Las acusaciones le imputan en sus calificaciones hasta ocho tipos de delitos diferentes.

Mayor pena solicitada

La mayor pena, que suma 61 años de prisión, la pide el abogado de los dos guardias civiles, Jorge Piedrafita, quien ayer indicó que sus representados están satisfechos tanto del señalamiento de la vista como de que se haya admitido toda la prueba propuesta por esta acusación para acreditar los delitos que se imputan.

Piedrafita auguró que “pese a ser un juicio con tribunal profesional y menos sesiones a diferencia del celebrado contra Igor El Ruso -en el que él también fue uno de los abogados de la acusación particular-, en el mismo no puede haber ninguna confianza y habrá que realizar un intenso trabajo por esta parte en la sala para acreditar la existencia de los numerosos delitos cometidos por el investigado”, además de conseguir la pena máxima para que el acusado “no sea un peligro para la ciudadanía”.

La Fiscalía y las otras dos acusaciones particulares piden una pena total de 29 años de prisión, casi la mitad de lo planteado por la representación de los dos agentes contra los que disparó el fugitivo.

La diferencia de las penas se debe a que el ministerio público y las otras acusaciones han calificado los hechos como un presunto delito de tentativa de homicidio, pero en cambio el letrado de los guardias civiles lo ha calificado como asesinato en grado de tentativa porque a su juicio la intencionalidad del agresor era matar por la manera como les emboscó. Sostiene en este sentido Jorge Piedrafita que el fugitivo rodeó el vehículo para sorprender por la espalda apuntando a la cabeza, además de emplear munición modificada, lo que provocó que la herida que sufrió el agente al que hirió fuese de mayor gravedad.

Además de por tentativa de homicidio o asesinato en grado de tentativa, al Rambo de Requena se le acusa de otros delitos por tenencia ilícita de armas, robo con fuerza en casa habitada, hurto de vehículo, conducción temeraria, lesiones graves, atentado a agentes de la autoridad y coacciones.

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