La asociación Acacia limpia las laderas que unen la ronda Ambeles y San Julián de Teruel

La Asociación de Amigas y Amigos de los Árboles de Teruel (Acacia) escogió el domingo las laderas situadas entre la ronda de Ambeles y el barrio de San Julián, desde el viaducto nuevo hasta la estación de autobuses, para llevar a cabo su cuarta convocatoria para limpiar los espacios verdes de la ciudad. La presidenta de la asociación, Carmen Sanz, destacó que el objetivo principal de esta actividad es concienciar a la ciudadanía de no ensuciar las zonas comunes y de respetar la vegetación.

Las acciones previas llevadas a cabo en el parque de las Arcillas, los alfares de los hermanos Górriz y el entorno del IES Segundo de Chomón, así como la difusión realizada a través de las redes sociales, hizo que en esta ocasión se dieran cita más de 40 personas.

A la convocatoria realizada  bajo el lema Porque la basura no es natural, quedamos y limpiamos acudieron socios de Acacia, usuarios de la Asociación Turolense de Ayuda a la Discapacidad Intelectual (Atadi), miembros del nuevo Club de Leones de Teruel (una asociación de servicio comunitario) y de la corporación municipal.

Tras congregarse a las 11:00 horas en el monumento a la Vaquilla, se repartieron por los diversos tramos de laderas ubicadas desde la base del viaducto nuevo hasta la estación de autobuses.

La presidenta de Acacia, Carmen Sanz, indicó que se había escogido este lugar por su proximidad al centro histórico más que porque fuera un lugar especialmente sucio. Y es que el objetivo fundamental de esta actividad, además de limpiar, es “concienciar a la ciudadanía y especialmente a los niños y jóvenes sobre la importancia de no manchar”.

“Es sobre todo una acción educativa porque nunca podremos hacer frente a la limpieza de tantos espacios que lo requieren en la ciudad de Teruel y su entorno”, argumentó.

Durante las más de dos horas que estuvieron recorriendo este paraje encontraron vidrios, latas, plásticos, papeles… Incluso uno de los participantes se encontró una cartera con documentación y dinero, que tenía aspecto de llevar tiempo perdida, Tras dar aviso a la Policía Local, una brigada se acercó a recogerla.

La parte más baja de las laderas fue la que encontraron más sucia, pero tras el paso del grupo todo quedó “bastante decente”, según Sanz.

En opinión de la presidenta de Acacia, “es importante que los turolenses vean que hay personas que se preocupan por mantener la ciudad en condiciones y, sobre todo, transmitir la idea de que es necesario respetar y cuidar nuestro entorno”.

Desde la asociación, Luis Miguel Berzal lamentó la presencia en las laderas de especies alóctonas e invasoras como el ailanto y señaló la necesidad de que las brigadas municipales no poden estos árboles sino que los arranquen para evitar su expansión.

El ailanto fue una especie muy utilizada por su rápido crecimiento para sostener taludes de carreteras, pero cuenta con unas raíces muy fuertes que pueden dañar las aceras y los cimientos de los edificios.

Apadrina un olmo 

Denunciar la acumulación de basura en espacios verdes de la ciudad es solo una de las múltiples actividades que Acacia realiza en defensa del arbolado y las plantas. A finales de este mes, la asociación, en colaboración con los centros de Educación Infantil y Primaria y el Ayuntamiento de Teruel, va a llevar a cabo la plantación de 12 olmos autóctonos de entre un metro y medio y dos metros en cuatro espacios habilitados en la ciudad. Los escolares darán nombre a cada uno de los árboles y lo apadrinarán de forma que se ocuparán de su cuidado durante los 3 o 4 años siguientes a la plantación.

En marzo tendrá lugar una nueva reforestación en el parque de Las Arcillas en colaboración con el Ayuntamiento de Teruel. Respecto a la realizada el año pasado, Carmen Sanz explicó que muchos de los árboles se secaron tras un verano muy riguroso, con temperaturas muy elevadas y escasas precipitaciones.

En esta ocasión, desde el consistorio les han garantizado que podrán contar con una cuba para regarlos en caso necesario. Esta previsto plantar 250 ejemplares de sabina, carrasca y pino.